Capítulo 10

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Guido

Después de ese momento con Ro, se me vino todo abajo de repente. No pude seguir, no pude. Era raro que me detuviera en medio de un acto casi sexual, pero sentí que no se lo merecía, ella no, solo por el hecho de que quizá se confundiría. Aunque en realidad tenía miedo de confundirme yo, y no quería. Decidí cortar por lo sano y no seguir, pero quizá en otro momento se dé, o no. Habíamos llegado muy lejos, y además se me escaparon unas palabras que era muy pronto para decirlas, pero la cagada ya me la había mandado. Aunque por dentro deseaba que todas esas cosas pasaran.

Estaba rogando para que no estuviera enojada, se que le pregunté y me dijo que no, pero no estaba seguro del todo. Solté un largo suspiro y miré la tele. El ambiente estaba algo incómodo, pero se la veía evadir eso, o no le importaba o disimulaba muy bien.

-¿A donde es que se iban mañana?

Preguntó rompiendo el hielo.

-Mañana vamos a Neuquén y después a Córdoba, también está confirmada la fecha para un festival en Salta. Por eso me llamaron hace un rato.

Asintió mirándome ante mi respuesta.

-Mirá vos que cheto. Tremenda la rubia, todo un Rockstar.

Jodió soltando una leve risa. Al parecer lo de hace unos minutos atras había quedado en el olvido, así que seguí la conversación.

-Como sabes, vas a estar sola durante un par de días, más de seis al parecer, tenemos todos los shows casi seguido.

Se encogió de hombros y asintió.

-Si si, no hay problema. Sabes que yo te cuido la casa.

-No vayas a hacer fiestas eh.

La jodí.

-Pfff, no. Primero que no me gustan mucho, además, ¿A quien invitaría? No tengo amigos acá.

-Ah conchuda, gracias por la parte que me toca, ¿Y yo que soy?

-Tranqui rubia, sos mi amigo obvio, pero una fiesta de dos, ¿Dónde la viste boludo?

Se rió.

-Todo se puede intentar Ro.

Dije levantando las manos.

-Bueno, cuando quieras hacemos una fiesta los dos, e invitamos a Pato y a Gastón. Son los únicos que conozco, ya después ustedes ven.

Sugirió otra vez achicando sus hombros.

-Es que puede ser si, la idea es buena.

-Bueno listo entonces, se hace fiesta después de que vuelvan.

Rió y observé como se le marcaban los cachetes y sus ojos se hacían chinos. Sonreí y asentí, es preciosa.

Estuvimos hablando durante un rato más, hasta que ella decidió pararse e ir a la cocina, yo la seguí luego de ver la hora que marcaba el reloj.

-¿Te gustan las milanesas? Imagino que si, porque sino bala.

Preguntó soltando una risa y abriendo la heladera.

-Si me re gustan.

-Mas te vale puto.

Jodió mientras se agachaba un poco para ver adentro de la heladera. Su cuerpo ligeramente curvado y sus shorts apretando su culo, me hicieron imaginarme muchas cosas. Negué con la cabeza rápidamente dándome vuelta para disimular, se me complicaba demasiado no admirar su belleza.
Me senté en la mesada y la observé desde lejos.

-¿Necesitas ayuda en algo?

Pregunté viéndola poner una bandeja de milanesas en la encimera de mármol.

-Na, tranqui rubia. Me gusta hacer estas cosas a mi, aunque si te quedas ahí y me seguis hablando o me cantas algo te agradezco.

Me jodió mirándome por sobre su hombro. Sonreí.

-Claro, me quedo acá. ¿De que querés hablar?

-No se, de cualquier cosa rubia. ¿Estás emocionado por irte?

Preguntó sin mirarme justo cuando ponía un par de milanesas en una asadera para mandarlas al horno enseguida.

-Si, que se yo, es para hacer lo que más me gusta así que si, me emociona bastante. Siempre es lindo ver siempre como disfrutan los fans.

Respondí sin dejar de mirarla. Asintió ante mis palabras.

-Si me imagino. Además de que podes conocer a cantidad de minitas que te aman y te van a hacer sentir querido siempre.

-Si, eso también está bueno, aunque aveces es estresante no poder hablar con ellas porque estamos apurados o cosas así.

-Ta pero, digo, en cualquier momento que tengas libre te podes juntar con alguna que otra, los demás también.

No entendía el por qué de la conversación, pero quizá quería llegar al momento de decir, "¿Te vas a ver con alguna minita?". Estoy seguro de que indirectamente quería hablar de eso.

-Y si, que se yo, puede ser.

Respondí a sus palabras. Ella asintió y soltó un leve suspiro discreto. Se volteó y apoyó las manos en la mesada.

-Yo si fuera famosa lo haría también.

-¿Qué cosa? ¿Emocionarte o interactuar con fans?

-Ambas, además si tengo fans que quieren darme cosas y eso, con gusto me juntaría con ellos.

Dijo encogiéndose de hombros. Sonreí asintiendo a sus palabras.
Minutos después sacó la asadera del horno con las milanesas ya hechas y las dejó sobre la mesada. Sacó de la heladera una bolsa de tomates y lechuga.

-Pero boluda, ¿Qué tanto compraste?

Me miró y rió.

-Yo cuando compro, compro en grande, corazón.

-¿Gastaste mucho?

Pregunté viéndola picar las verduras y ponerlas en un boul.

-Eso no se pregunta rubia. Solo disfruta y close the orto putita.

-Me vas a matar Ro.

Dije ya rendido soltando una risa. De verdad estaba casi rendido a sus pies, pero la idea era que no se diera cuenta. Ella sonrió mientras se arrimaba a la mesada con el boul con la ensalada ya hecha. Yo me encargue de traer los platos y los cubiertos ya que quería ayudar en algo, y ambos nos sentamos a comer en silencio.

-Que rica mila nesaaaaa

Cantó ella poniéndose a bailar sobre su asiento. La miré hasta que terminó de hacerlo y justo reí.

-La verdad que están muy buenas si.

-Son mejores las que hago yo igual pero ta, la carne de la carnicería no me servía para hacerlas.

Comentó para luego comer lo que le quedaba en el plato.

-¿Me vas a seguir sorprendiendo en algún momento?

Pregunté. Asintió.

-Por supuesto rubia, cada vez que pueda.

Respondió guiñándome el ojo. Desde la distancia que teníamos podía sentir una leve tensión que comenzaba a surgir de nuevo. Nada más sonreí y solté un suspiro.

-Voy a darme un baño antes de que nos vayamos, así me pongo linda.

Comentó ella pasando por al lado mío tocándome el hombro.

-No que sino te van a mirar mucho y no quiero.

Me miró caminando hacia atrás, sonriendo.

-¿Qué? ¿Te pones celosa rubia?

Jodió volviendo a darse vuelta para despues desaparecer por el pasillo.

¿Celoso? ¿Yo? Si, un poco quizá, no voy a mentir. Aunque no quisiera, ni me lo imaginara, me ponía algo tenso el solo hecho de pensar de que alguien más la mire con otros ojos. La quiero solo para mi aunque aun no me anime. La tengo que seguir tratando como una amiga solo porque soy un verdadero pajero.








Sos todo lo bueno, sos todo lo malo...|Guido Armido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora