Prólogo.

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Las luces de la ciudad parpadeaban, casi como si temieran permanecer encendidas en una noche que presagiaba algo oscuro. En los callejones, el aire era espeso y pesado, mientras una figura silenciosa caminaba por las sombras, invisible para aquellos que temían los secretos que el miedo podía esconder. "Nox", le llamaban los medios; "el asesino más buscado de Corea", un monstruo en la narrativa de los periódicos, una presencia constante en los noticieros.

La víctima de esta noche intentaba no mirar hacia atrás, su respiración errática empañando el frío de la madrugada. Sentía una presión en el pecho, un terror que se le enroscaba en las costillas, obligándola a avanzar, a correr, aunque cada paso parecía un intento inútil de huir de un destino que la había encontrado. Se detuvo de golpe cuando un silbido retumbó en sus oídos, un sonido agudo y perturbador que la hizo temblar. Sabía que estaba cerca.

Detrás de ella, el hombre conocido como Nox se detuvo y observó en silencio. No tenía prisa. Sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de indiferencia y desprecio, como si no estuviera ante una persona, sino ante un simple obstáculo que debía quitar del camino. Sin decir nada, dio unos pasos hacia ella, el sonido de sus botas resonando en el suelo. La víctima, ahora presa del pánico, intentó suplicar, pero las palabras se ahogaron en su garganta.

-P-por favor, n-no me mates -logró decir, sollozando.

Jungkook inclinó la cabeza, casi como si considerara la súplica. Una sonrisa cruel apareció en sus labios, fría y carente de piedad.

-¿Recuerdas lo que hiciste? ¿Recuerdas cuántas oportunidades tuviste para cambiar? -preguntó en un susurro helado-. Tú misma causaste tu final.

Con esas palabras, el destino de su víctima quedó sellado. A nadie le importaba realmente quién era ella, porque el país solo veía una estadística más, una razón para temer la noche y evitar caminar por las sombras. Para Jungkook, ella no era más que otra pieza en su cruzada de venganza, un recordatorio del desprecio que sentía hacia una sociedad que, según él, se había burlado y pisoteado a los suyos.

Lejos de allí, Kim Taehyung miraba las noticias con el rostro iluminado por la pantalla de su televisor, inmóvil y concentrado en cada palabra que describía el último asesinato de Nox. Su interés no era el de alguien horrorizado; no, en sus ojos había una mezcla de intriga y curiosidad insana, como si ver los crímenes de este asesino lo conectara a un mundo oscuro que apenas lograba entender. Había algo en la figura del asesino, algo que resonaba en su mente, como una sombra que no podía deshacerse. ¿Quién era este hombre que actuaba sin dejar rastro? ¿Qué había detrás de esa imagen monstruosa y despiadada que todos temían?

Taehyung apagó la televisión y se dirigió a la ducha, intentando sacudirse el escalofrío que las noticias le habían dejado. Mientras el agua caliente corría por su cuerpo, se preguntó, casi como en un susurro: ¿y si alguna vez él mismo se cruzara con el famoso Nox? Era un pensamiento absurdo, casi peligroso, pero no pudo evitar sentir una pizca de emoción al imaginarlo. Claro, solo era una fantasía, una que no se haría realidad.

Esa noche, ambos hombres dormían bajo el mismo cielo, separados por un destino que aún no les había revelado que estaban destinados a encontrarse. Un amor oscuro, prohibido y peligroso los aguardaba, y ni siquiera el frío filo de la muerte podría evitar que sus caminos se entrelazaran. Porque, en el fondo, el amor verdadero no siempre es puro ni perfecto; a veces, es oscuro y retorcido, una enfermedad de la que nadie desea sanarse.

A love out of the ordinary   [Kookv--Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora