Capítulo 4: El Abismo se Abre.

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"Arrastrame al abismo, por favor. Te lo suplico."

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La ciudad seguía su curso. Taehyung, sin embargo, sentía que algo había cambiado dentro de él, como si ya no formara parte de este mundo, como si el peso de sus decisiones comenzara a hundirlo en un abismo del que no podía escapar. Cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de Nox, su presencia siempre ahí, acechante, como una sombra que no se disolvía.

Pasaron varios días desde el último encuentro. La sensación de estar siendo observado nunca desapareció, pero Taehyung trató de mantener su vida en marcha. El trabajo, la rutina, la gente alrededor... todo parecía ser lo mismo, pero él ya no era el mismo. Su mente seguía regresando a esa noche, a esa mirada oscura, esa que lo había atrapado como un insecto en una telaraña. ¿Era miedo lo que sentía? ¿Era deseo? ¿O ambas cosas entrelazadas de manera mortal?

Esa noche, la llamada llegó sin previo aviso. El teléfono vibró sobre la mesa, su pantalla iluminándose con un número desconocido. Taehyung no necesitó pensarlo mucho. Sabía quién estaba al otro lado de la línea antes de contestar.

-Vas a venir esta noche. -La voz de Nox era suave, pero llena de una autoridad helada. No era una pregunta, era una orden. Y aunque Taehyung sabía que no podía negarse, la angustia lo invadió. No podía dejar de pensar en lo que Nox había insinuado la última vez. ¿Hasta dónde lo llevaría este juego? ¿Qué esperaba de él?

Colgó el teléfono, respiró profundamente, y se preparó para lo inevitable. La decisión ya estaba tomada. Aunque temía lo que pudiera suceder, algo en su interior, algo oscuro y profundo, lo empujaba a seguir adelante.

La noche lo encontró caminando por las mismas calles solitarias, bajo la luz fría de las farolas, cada paso una decisión hacia lo desconocido. Su corazón latía con fuerza, el pulso acelerado, pero su cuerpo, casi por instinto, lo guiaba hacia el parque. El lugar ya no era solo un punto en el mapa; ahora era el epicentro de todo lo que había comenzado a cambiar en él.

Al llegar, el parque parecía aún más desolado que de costumbre. El viento soplaba con fuerza, agitando las hojas secas, pero no había un solo alma en los alrededores. Solo la neblina espesa que cubría el lugar como un manto oscuro. Taehyung se detuvo frente al banco, sus ojos buscando alguna señal, algún rastro de la presencia que sabía que estaba cerca.

No tuvo que esperar mucho. El silbido, suave al principio, comenzó a llenar el aire, envolviéndolo como una melodía siniestra que helaba la sangre. Su respiración se aceleró. En cuanto el sonido se intensificó, giró hacia su izquierda y ahí, entre las sombras, estaba Nox. De pie, observándolo con esos ojos oscuros que lo veían como si pudieran atravesarlo.

-Has llegado -dijo Nox, su voz grave y resonante. Se acercó con pasos lentos, sus movimientos calculados, como si cada gesto estuviera diseñado para atrapar a Taehyung aún más en su juego. El asesino se detuvo justo frente a él, a una distancia peligrosa, y la tensión se volvió palpable.

Taehyung sintió su pulso acelerarse. No podía apartar la mirada, aunque la sensación de peligro lo rodeaba, lo amenazaba en cada segundo que pasaba junto a Nox. La atracción era innegable, pero también lo era el miedo. Miedo a lo que esa relación, si es que podía llamarse así, podía implicar.

-¿Sabes por qué estás aquí? -preguntó Nox, la pregunta flotando en el aire como una amenaza. Taehyung tragó saliva, su garganta seca, pero no dejó que el miedo lo dominara.

-Porque tú lo quieres -respondió, y aunque sus palabras sonaban firmes, su cuerpo temblaba ligeramente. Había una necesidad creciente en su interior, algo que lo empujaba hacia Nox, algo que no podía controlar.

Nox sonrió, y en esa sonrisa había algo oscuro, algo que lo llenaba de una sensación extraña, casi peligrosa.

-Tienes razón -dijo él, sus ojos brillando con malicia-. Te quiero, pero no en el sentido que crees. Te quiero porque eres lo suficientemente fuerte como para desafiarme, pero lo suficientemente débil como para ser destruido.

Taehyung no sabía cómo responder a eso. La verdad, esa verdad cruda y aterradora, se asentó en su pecho como un peso que no podía ignorar. Nox no estaba aquí para salvarlo. No estaba aquí para ser su protector, ni mucho menos su amante. Estaba aquí para destruirlo, para llevarlo al límite, para probar hasta dónde podía llegar su control sobre él.

Pero algo en el fondo de Taehyung, algo muy profundo, respondía a esa oscuridad. Lo odiaba, lo temía, pero al mismo tiempo lo deseaba con una intensidad que no podía explicar. Y eso lo aterraba aún más.

Nox dio un paso más cerca, y esta vez, cuando Taehyung no se movió, Nox levantó la mano y le acarició el rostro con los dedos, una caricia suave, pero cargada de una amenaza sutil.

-Te haré mío -murmuró Nox, y aunque las palabras eran claras, el tono era ambiguo, como si fuera una promesa y una condena al mismo tiempo.

La respiración de Taehyung se aceleró, y un estremecimiento recorrió su cuerpo. Estaba atrapado. No podía retroceder. En ese momento, se dio cuenta de que el abismo que había estado mirando ya no era una opción. Había caído en él, y ahora no podía salir.

A love out of the ordinary   [Kookv--Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora