Capítulo 7: La Sombra en el Espejo.

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"La sombra siempre estuvo dentro de él, esperando a que la dejara salir."

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El dolor siempre había sido una constante en la vida de Taehyung. Desde que lo conoció, desde que su camino se cruzó con el de Nox, el dolor se convirtió en algo tangible, algo que podía sentir en sus huesos, en su pecho, en cada latido de su corazón. Y aunque intentó luchar, aunque intentó encontrar una salida, pronto se dio cuenta de que la salida ya no existía. Estaba atrapado, y no era por la fuerza de Nox, sino por su propia voluntad.

Cada encuentro con Nox lo dejaba marcado de una manera que no podía ignorar. No eran solo las cicatrices físicas, que por supuesto comenzaban a acumularse. Había algo mucho más profundo, algo que se había incrustado en su alma. Nox no solo lo dominaba en cuerpo; lo dominaba en mente, en espíritu. Cada palabra, cada mirada, cada toque, lo arrastraban más y más hacia la oscuridad. Y lo peor de todo es que Taehyung ya no sabía si luchaba contra eso o si deseaba que lo absorbiera por completo.

Esa noche, como tantas otras, Taehyung se encontraba frente al espejo en su apartamento. El reflejo que le devolvía la mirada no era el mismo que había conocido. Sus ojos, siempre llenos de vida y curiosidad, ahora estaban apagados, vacíos, como si se hubieran resignado a lo que estaba sucediendo. La piel de su rostro, que alguna vez había sido suave y tersa, ahora tenía marcas de noches sin dormir, de noches de dolor y de deseo reprimido. Cada vez que miraba su reflejo, veía más y más lo que Nox le había hecho. No solo en su cuerpo, sino en su mente.

Se tocó la cicatriz en su cuello, el lugar donde Nox le había dejado una marca física, pero lo que realmente lo aterraba era la marca que no se veía, la que Nox había dejado en su alma. Era una sombra que lo seguía a todas partes, una sombra que lo perseguía incluso cuando Nox no estaba cerca. Esa sombra era la obsesión, la misma obsesión que había crecido dentro de él como un monstruo, y Taehyung ya no sabía cómo detenerla.

El teléfono vibró en la mesa. Taehyung no necesitaba mirarlo para saber quién era. La constante sensación de que Nox estaba siempre ahí, observándolo, lo acosaba. Sin pensarlo, tomó el teléfono y vio el mensaje:

"Te espero en el parque. Esta noche es diferente."

Algo en esas palabras le hizo temblar. Nox siempre tenía un aire de misterio, de amenaza, pero esas palabras parecían más oscuras que nunca. Taehyung no podía negarse. Sabía que debía ir. Aunque su instinto le decía que era una trampa, que esa noche sería la que marcaría su final, no podía dejarlo pasar. La sombra lo había arrastrado una vez más.

La noche estaba extrañamente quieta cuando Taehyung llegó al parque. Las luces titilaban en la distancia, como si la oscuridad misma estuviera jugando con la luz. Un escalofrío recorrió su columna vertebral cuando entró, sabiendo que Nox lo estaba observando desde algún rincón sombrío. El aire frío calaba en sus huesos, y todo parecía más oscuro que nunca.

De repente, un sonido rompió el silencio: el suave silbido de Nox, esa melodía familiar que siempre precedía su presencia. Taehyung no podía evitar sentirse fascinado por el sonido, como si fuera una melodía que lo llamaba, que lo atraía hacia algo de lo que ya no podía escapar.

Nox apareció de las sombras, sus ojos brillando con una intensidad que hacía que Taehyung se sintiera más pequeño, más vulnerable, aunque en el fondo lo deseaba. El asesino se acercó con calma, con esa arrogancia que siempre lo acompañaba, como si él ya supiera el desenlace de todo.

-¿Sabes lo que voy a hacer esta noche? -preguntó Nox, su voz grave, llena de una amenaza velada.

Taehyung, aunque asustado, no pudo evitar mirarlo. Algo en su interior quería desafiarlo, quería decirle que no, que ya no iba a seguir el juego. Pero no podía. Algo lo mantenía allí, en esa misma posición, como si fuera una marioneta controlada por hilos invisibles.

-No lo sé -respondió, su voz temblando, aunque lo intentó disimular. El miedo le cortaba la garganta, pero también lo excitaba. Ese miedo lo mantenía vivo, lo mantenía en pie. Era la única emoción que sentía ahora.

Nox se detuvo frente a él, sus ojos fijos en los de Taehyung, como si estuviera observando cada centímetro de su ser, buscando algo. La tensión en el aire era palpable, como si el mundo entero estuviera conteniendo la respiración, esperando que algo estallara.

-Esta noche te haré entender que no hay vuelta atrás, Taehyung -dijo Nox, sus labios curvándose en una sonrisa peligrosa.

No era una amenaza, era una promesa. Y Taehyung lo sabía. Ya no había marcha atrás. La oscuridad había absorbido todo lo que era, y él, ahora, era solo una extensión de ese caos, de esa obsesión que Nox había sembrado en él desde el principio.

Los dedos de Nox se posaron en su rostro, tocándolo con suavidad, pero de inmediato Taehyung sintió que el control se le escapaba de las manos. Cada roce, cada caricia de Nox, lo destrozaba un poco más, mientras su alma se iba hundiendo en la misma oscuridad que Nox había creado a su alrededor.

-Eres mío, Taehyung -susurró Nox, y esa palabra, esa afirmación, no solo resonó en su mente, sino en su cuerpo, en cada fibra de su ser. Y en ese momento, Taehyung comprendió lo peor de todo: ya no quería escapar. Ya no podía.

A love out of the ordinary   [Kookv--Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora