— ¿Enserio tengo que salir a tantos flashes?— Cuestionó Mandy a Draco.
— No tenemos de otra. Ten, protégete un poco.— Le dió unas gafas de sol para que no se lastimara con las luces.
Draco le abrió la puerta a Mandy con una sonrisa. Era de las primeras veces que salían juntos en público, y aunque intentaba no darle importancia, no podía negar que su mente revoloteaba entre dudas. Draco había insistido en que nadie los molestaría, que los medios no sabían todavía de ella… pero en el fondo, ella temía que eso fuera solo un deseo.
Apenas llegaron al vestíbulo del edificio, los flashes la tomaron casi por sorpresa. Los paparazzi estaban allí, agazapados, como si hubieran estado esperándolos toda la tarde. Ella parpadeó, deslumbrada por las luces, mientras las preguntas comenzaron a llover, rápidas y punzantes:
—¡Draco! ¿Es esta tu nueva novia?—
—¿Nos puedes decir su nombre?—
—¿Otra conquista más?—
Mandy sintió cómo el pánico se apoderaba de ella, sus manos temblaron y su primer instinto fue retroceder, pero Draco no la soltó. Le tomó la mano con firmeza, entrelazando sus dedos, y su toque le dio algo de calma en medio de la tormenta de flashes y voces.
Él sonrió, tranquilo, aunque en sus ojos había una chispa desafiante. Sin dejar de mirarla, les respondió:
—Aún no han ganado el derecho de saber su nombre. Pero ella es alguien muy importante para mí, y eso debería bastarles.—
Mandy contuvo el aliento al escuchar esas palabras. Por un segundo, el alboroto de los paparazzi pareció desvanecerse. Había algo en la forma en la que Draco la miraba, algo profundo y verdadero, como si ella fuera su refugio en medio de ese caos. Y, de pronto, el temor comenzó a disiparse.
Mientras él la guiaba a través de la multitud de fotógrafos y preguntas, Mandy encontró el valor para sonreír ligeramente. No necesitaba que el mundo la conociera ni sabía qué dirían las revistas el día siguiente. Lo único que importaba era que, en medio de ese caos de fama y curiosidad, Draco había hecho claro que estaba a su lado.
Con agilidad Draco pudo pasar de los paparazzi exitosamente. Metiéndose a un callejón sin salida junto a Mandy, la abrazó mientras se apoyaba en una pared para descansar un poco.
— Creo que será mejor que dejes la tienda a alguien más, ya te descubrieron y no quiero que vean como mi novia trabaja como si yo no existiera.— Dijo mientras trataba de regular su respiración.
— ¿Y dejarla a cargo de Chester? No gracias, esa tienda va a ser un caos sin mi.—
— No soportarías ni dos minutos entre mil fotógrafos sin mi.—
— Aahhgg, está bien... Pero por si acaso tendría que ir buscando trabajo de respaldo.—
— ¿Estás suponiendo que vamos a terminar?—
— No- es que.. la vida puede dar tantas vueltas que no puedo confiarme.—
Draco rió por la vacía respuesta.— Pues yo no te dejare ir, te vas a quedar conmigo hasta el final de nuestros dias.— afirmó abrazándola otra vez.
Mandy acepto el abrazo, tenía miedo de separarse de el justo cuando empieze a depender emocionalmente de el. Cómo todos los hombres con los que ella ha estado.
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Señorita de caramelos
Fanfiction[¡Comisión- Rare Ship!] Draco era un solista del rock, comúnmente se lo llamaba "Guerrero del Dragón" por su apariencia medieval. Su melena tan sedosa y larga como la de un león junto a sus colmillos afilados. Cuyo ser que nadie se imaginaria que fu...