Dos días después de "buscar" a Freen sin éxito, Rebecca tuvo que despedirse de "La ciudad del amor", no sin antes tener una cita que inició a los pies de la torre Eiffel. Una caminata breve, una cena, una habitación en la que dos horas no fueron suficientes, una despedida, recomendaciones y promesas...-¿Freen?-
-mmm-
-Necesito preguntarte algo.-Freen se levantó un poco del pecho de Becky, donde descansaba abrazando su cintura.
-Dime- miró los ojos de la mujer a su lado y sus párpados pesaban por la paz y calidez que le transmitía reflejarse en ellos, y por el cansancio de las anteriores horas tan intensas que la habían dejado agotada.
-¿Quieres ser mi novia?- "OK, es oficial, el sueño me ha abandonado" pensó sorprendida mientras colocaba suavemente su mano derecha en medio del pecho desnudo de Becky. Alzó un poco las cejas y se quedó en silencio pensando en una "respuesta correcta". Ser el karma de cualquier lugar donde pisaba no era un tipo de vida que había imaginado con compañía.
En efecto, Rebecca le atraía de una forma que nunca imaginó, ni siquiera con hombres; ciertamente el "castigo" de ser su amante oficial para ella no era un verdadero castigo, y pensando bien, esa mujer tenía demasiadas cualidades que ella solo encontró en muchas personas, ¡ella las tenía todas! Y ya ni hablar de la intimidad: estar con una mujer era algo que había pasado por su cabeza en momentos muy breves y raros, pero justo con ella encontró la pieza faltante del rompecabezas que ajustaba a la perfección...
-¿Freen?-
-Es que... No sé que responderte, Rebecca.- Y justo cuando Becky asintió con visible cambio en su mirada y comenzó a moverse para levantarse (y recoger su dignidad) para marcharse, Freen la regresó a la cama apretándola contra su cuerpo de una manera silenciosamente suplicante.-Entiendo- respondió en voz baja.-Debo irme, gracias por todo y...-
-Calla un momento y escúchame, por favor... Becbec, mi última relación es un pasado con el que no quiero que cargues, entiendo que debo pagar por lo que te hice, pero hasta donde el trato llegaba éramos solo amantes...- Rebecca forcejeó lentamente para soltarse y Freen volvió a apretarla de nuevo contra su cuerpo.-No he dicho que no quiero- dijo en su oído con voz baja y besó el cuello de Becky, el beso se convirtió en lamida y mordida suave. Rebecca se tensó y su temperatura comenzó a subir de nuevo aún contra la decisión de su cerebro y voluntad.
-Debo irme-
-Ssshhhh-
Sin separarse de su cuello y acercándose a su oído Freen comenzó a hablar suavemente.-No es "cliché", no eres tú!... Becky, desde ese día en la iglesia no sales de mi cabeza, te pienso, te sueño, y no me arrepiento de haber evitado que fueras de alguien más para siempre, o lo que durara, que no iba a ser poco tiempo...- Rebecca escuchaba atenta mientras sus dedos tomaban vida propia y comenzaban a recorrer el antebrazo de Freen.
-El problema es mi pasado que...-
-Estoy contigo ahora, no me importa tu pasado y-
-Pues debería importarte, no soy lo que crees y no estoy segura de merecer estar al lado de alguien tan intachable como tú.-
-¿Eres Hitler, Herodes o los comerciales de youtube?-NOTA: no me vino a la cabeza algo más malvado que eso.
-Becc... En cuanto comencé a hacerme responsable de mis actos no ha habido un día en el que no ocurran cosas. Nadie ha estado tan cerca de mí, primero por que nadie ha estado suficiente tiempo conmigo como para crear lazos afectivos, y segundo por que no me perdonaría si por mis errores alguien por quien yo sienta algo salga dañado por mi culpa... Y respondiendo a tu pregunta: "Si, absolutamente... Nada me encantaría más en esta vida que tenerte como novia."-
Rebecca se quedó unos momentos digiriendo lo que Freen explicó y esperaba como la arena de un río a que las ideas y la información se fuesen asentando. Todo era confuso con cada palabra y sin saber a que se refería Freen con "pasado" o "daño" tomó una decisión.
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Tras sus huellas.
FanficEl caos y el orden son los momentos opuestos por los que todo tiene que atravesar alguna vez, pero coexisten en un breve momento... Y ese momento puede ser la razón de la existencia de ambos. Un momento inesperado, pero necesario.