26 de Noviembre
Jueves
10:52 PM
Narrador Omnisciente:
Vivian había pasado días enteros preguntándose si alguna vez volvería a ver a Lukas, si alguna vez podría salir de este lugar oscuro y frío. Había soportado tanto dolor, tanto miedo y sufrimiento, pero la única chispa de esperanza que mantenía viva era la idea de que algún día estaría con él de nuevo.
Estaba acostada sobre el sucio colchón, el frío del edificio se le metía en los huesos, y la inquietud no la dejaba dormir. Cada vez que cerraba los ojos, lo único que podía ver eran los recuerdos del sufrimiento, de la separación, de los días que había pasado lejos de él. Pero lo peor de todo era la incertidumbre. El no saber qué iba a pasar. La única forma en que lograba mantenerse en pie era aferrándose a la idea de que, aunque todo parecía perdido, Lukas aún estaba vivo, aún podía volver a su lado.
De repente, el sonido metálico de la puerta que se abría hizo que Vivian se sentara rápidamente, su corazón latía con fuerza en su pecho. Sabía que algo estaba por suceder. El hombre que la había estado custodiando la empujó hacia fuera de la celda con brusquedad, y no dijo una palabra mientras la guiaba a través de los pasillos fríos del edificio abandonado. Vivian no podía evitar sentir un nudo en el estómago. Algo dentro de ella le decía que estaba cerca de una oportunidad. Algo dentro de ella le decía que hoy, finalmente, la llevarían donde Lukas.
Cuando la puerta se abrió de golpe, lo primero que vio fue un pasillo oscuro. Pero allí, al fondo, estaba él. Lukas. Su corazón se detuvo por un instante al verlo, pero no se atrevió a moverse. Sabía que el hombre de la puerta seguiría observándola y que no podía correr hacia él. Sin embargo, sus ojos se encontraron. Los de Lukas reflejaban sorpresa, pero también una pequeña chispa de esperanza. Sus labios se movieron, pero no podía escuchar las palabras, solo los gestos de su rostro.
El hombre que la había acompañado empujó a Vivian hacia el frente, y fue entonces cuando, con rapidez y sin pensarlo más, corrió hacia Lukas. No pudo evitarlo, todo su ser le gritaba que se lanzara hacia él, que todo lo que había vivido estaba por terminar. Al encontrarse en sus brazos, el alivio fue inmediato. Lukas la rodeó con su cuerpo, y por un momento, el resto del mundo dejó de existir.
—Vivian... —dijo Lukas, casi incapaz de creer lo que veía. Sus ojos brillaban, pero había algo más en ellos, algo de desesperación y dolor. Sabía que, aunque se hubiera reunido con ella, aún quedaba mucho por hacer.
Vivian temblaba en sus brazos, sus sollozos eran incontrolables. Su cuerpo no podía contener tanto dolor. Estaba tan rota por dentro que ni siquiera sabía cómo se mantenía de pie. Pero él estaba allí, y eso era todo lo que necesitaba. Sentirlo cerca, sentir su respiración, su calor, todo lo que representaba su presencia era su única salvación.
Lukas la abrazó con fuerza, rodeándola completamente, como si quisiera protegerla de todo el sufrimiento que había vivido. Sus labios murmuraban palabras reconfortantes, pero Vivian no podía escucharlas. Solo quería aferrarse a él y sentir que todo el dolor desaparecía.
—Shh... tranquila, bonita... estoy aquí, no vas a estar sola —susurró Lukas, acariciándole el cabello, tratando de calmarla.
Vivian se apretó más contra él, buscando el consuelo que solo su abrazo podía darle. Sus lágrimas caían sin cesar, y ella no podía hacer nada para detenerlas. El peso del miedo, la inseguridad, y todo lo que había pasado la aplastaban, y no podía dejar de llorar. En ese momento, todo su ser pedía ayuda, y Lukas era su única respuesta.
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HER ¡!
FanfictionEn un mundo lleno de cámaras, luces y pantallas, Lukas Urkijo y Vivian Vigevani parecen tenerlo todo. A primera vista, son solo dos adolescentes atrapados en el vertiginoso mundo de las redes sociales, donde las sonrisas y las vidas perfectas se ven...