Capitulo 12.5

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Pov ( Marinette)

Marinette trataba de mantener los ojos abiertos, pero el sueño y la monotonía de la clase de matemáticas hacían su lucha imposible. Sentía cómo sus párpados se cerraban lentamente mientras el profesor explicaba algún concepto sobre geometría que ya le parecía un idioma desconocido. Un pequeño empujón en el hombro la trajo de vuelta a la realidad.

—¡Vamos, Marinette, no te duermas! —susurró Rosita desde el asiento detrás de ella. Marinette suspiró y se giró apenas lo suficiente para ver a su amiga.

Rosita era de estatura baja, con el cabello rubio que caía en un flequillo que le cubría ligeramente los ojos de un azul zafiro profundo. Llevaba su característico labial rosado, un toque de color que contrastaba con su uniforme escolar.

—No lo haría si esta clase no fuera tan terriblemente aburrida —murmuró Marinette, tratando de evitar que el profesor la oyera. Rosita se rio suavemente.

—Sabes que no puedes decir eso en voz alta. No todos somos tan genios como tú para entender matemáticas solo con pestañear —respondió Rosita, guiñándole un ojo.

Marinette soltó una pequeña risa. Justo en ese momento, sintió un ligero golpe en el hombro izquierdo. Era Juleka, quien se inclinaba un poco hacia adelante desde su asiento, observándolas con esa expresión serena y misteriosa que siempre tenía.

—Rosita y yo iremos al centro comercial después de clases —dijo Juleka con voz suave—. Vamos a comprar algunas telas nuevas para la clase de costura. ¿Quieres venir?

Marinette se enderezó en su asiento, animándose un poco con la idea.

—Claro, me encantaría ir con ustedes —respondió con una sonrisa—. Además, necesito algunas cosas para un proyecto nuevo.

Rosita asintió con entusiasmo.

—Perfecto, salimos juntas en cuanto termine la última clase.

En ese momento, la profesora de matemáticas hizo una pausa en la explicación y lanzó una mirada de advertencia hacia ellas.

—¿Hay algo que quieran compartir con el resto de la clase, chicas? —preguntó la profesora con las manos en la cadera.

Las tres respondieron al unísono con un "lo siento, profesora" apurado y lleno de vergüenza. La profesora se limitó a asentir y continuó con la clase, pero no sin antes advertir:

—Recuerden que la próxima semana celebraremos el fin de curso, y mañana discutiremos sobre los preparativos. Todos deben participar.

Marinette y sus amigas asintieron, y ella trató de concentrarse en los últimos minutos de la clase. Al fin, sonó la campana, indicando que la tortura matemática había terminado. Marinette dejó escapar un suspiro de alivio mientras recogía sus cosas.

—No sé ustedes, pero yo ya estaba a punto de quedarme dormida —admitió mientras guardaba sus libros en la mochila.

—¿En serio? —rió Rosita, poniéndose de pie—. Entonces tenemos que asegurarnos de que no llegues tan tarde a la cama. ¿Qué hiciste anoche para estar así?

Marinette soltó una risa nerviosa, rascándose la cabeza mientras pensaba en cómo el caos de la noche anterior la había dejado agotada.

—Digamos que tenía cosas en la cabeza... problemas pendientes por resolver —dijo, bajando la voz.

—¿Problemas? ¿No dormiste bien otra vez? —preguntó Juleka, mirándola con curiosidad.

Antes de que Marinette pudiera responder, Tikki, su kwami, susurró desde el bolsillo de su chaqueta.

Un Nuevo Villano?   Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora