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Pov: Rai
Rai estaba sentado en la pequeña y acogedora cocina de Madame Dupont, saboreando la cena casera que ella había preparado. Las velas iluminaban suavemente la estancia, proyectando sombras cálidas en las paredes. El aroma de las especias llenaba el aire, creando un ambiente tranquilizador, casi familiar. Madame Dupont, una mujer de edad avanzada con un semblante amable y ojos que reflejaban años de sabiduría y trabajo duro, había tomado a Rai bajo su ala, sin hacer preguntas, aceptándolo como un joven trabajador más en su pequeña panadería.
—Hoy fue un día duro en el local —comentó Dupont, rompiendo el silencio mientras cortaba un trozo de su comida—. Tuvimos tantos pedidos que terminamos cerrando tarde. A veces me pregunto cómo logramos cumplir con todo.
Rai la observó por un momento, sintiendo una mezcla de admiración y melancolía. Era sorprendente cómo esta mujer, con sus años, seguía trabajando con tanta dedicación. A veces se preguntaba si alguna vez ella se había dado cuenta de lo fuera de lugar que él estaba, o si simplemente había decidido no preguntar demasiado.
—Al menos consiguieron cumplir con todos los pedidos —respondió Rai, tratando de sonar relajado.
—Tienes razón, querido —dijo Dupont, con una sonrisa cansada pero sincera—. A propósito, ¿tenemos lo necesario para mañana?
—Sí, no te preocupes. Me aseguré de que todo estuviera en orden antes de cerrar el local. —Rai le devolvió la sonrisa, aunque había algo en sus ojos que traicionaba su fachada tranquila.
—Eres un verdadero tesoro, Rai. No sé qué haría sin ti. —Madame Dupont suspiró, agradecida—. ¿Y esos amigos de los que me hablaste hace unos días? ¿Sigues en contacto con ellos?
Rai sintió que algo se endurecía en su pecho. Durante un instante, sus ojos se encontraron con los de Dupont, y el peso de su vida secreta le cayó encima como una losa. No podía decirle la verdad; no podía revelarle la oscuridad que realmente le rodeaba, las sombras con las que convivía a diario.
—Sí, todavía hablamos, pero ellos están ocupados en este momento —respondió, manteniendo su voz neutral, aunque sabía que ella merecía más que una mentira a medias.
—Espero conocerlos algún día. —Dupont lo miró con calidez, sin sospechar la verdad detrás de sus palabras.
Rai le devolvió una sonrisa, pero por dentro sabía que esa oportunidad nunca se daría. Era imposible. No podía permitir que alguien como ella, tan inocente, tan al margen de su otra vida, se involucrara con Pierre y Eclipse.
—Lo haré en el momento indicado —dijo, usando una sonrisa falsa que Dupont, afortunadamente, no supo leer.
Al terminar la cena, ambos se levantaron. Rai tomó los platos usados y los llevó al fregadero. Mientras lavaba los platos, su mente se quedó atascada en las palabras de Madame Dupont. Por un lado, deseaba poder presentar a Eclipse y Pierre como amigos normales, personas con las que ella podría compartir una charla o una comida. Pero sabía que esa realidad era imposible. Sus "amigos" no eran como cualquier otra persona. Eran sombras, manifestaciones de poder y caos que no podían coexistir con la paz y la tranquilidad que Madame Dupont representaba.
Después de secarse las manos, Rai se despidió de Madame Dupont y se dirigió a su habitación. Al cerrar la puerta detrás de él, sintió el peso de la soledad que le aguardaba en el cuarto oscuro. Sus pensamientos eran un remolino de inquietud y cansancio, pero antes de que pudiera procesarlos, una presencia familiar apareció a su lado.
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Un Nuevo Villano? Miraculous Ladybug
Fanficla historia es buena, denle una oportunidad.