Me encontraba desnudo en una esquina de aquella habitación, hipando mientras me abrazaba a mi mismo buscando algo de refugio en mi mismo.
— ¿Cuánto más piensas seguir llorando, mierda? ¿No te gustó? — Reclamó aquel sujeto.
Lo miré con asco y odio, ¿Cómo era que podía tener el cinismo de preguntar eso? Quería morirme allí mismo, me asqueaba todo mi cuerpo, me sentía sucio y usado. El señor con olor a Tabasco caminó hasta donde estaba, me observó durante un corto tiempo y me obligó alzar la mirada tomando mi mentón con brusquedad y chasqueo la lengua antes de hablar.
— Te hice una pregunta, puta.
— No. no me gustó. Maldito viejo cochino, coges horrible. — Escupí. — Nunca había tenido un sexo tan malo, tu pene es increíblemente pequeño, tan malditamente pequeño que me dio tanto asco porque parecía que era un maldito gusano que había ingresado en mi. Ni lo sentí.
Siempre había sido un cobarde con boca filosa.
Solo pude notar cómo su agarre en mi mentón se intensificaba, su mirada destilaba odio y las venas en su rostro por el enojo que le marcaron aún más, admito que me arrepentí por un momento y hasta pensé que volvería a golpearme, vi sus intenciones, su mano estaba a milímetros de mi rostro hasta que tocaron la puerta de la pequeña habitación, la desesperación se hacía notar en cada llamado y el viejo se dirigió a ella.
— Espero que sea algo muy importante para que me interrumpas.
— Señor, tenemos que irnos ahora. Se acercan montones de caminantes, no podremos todos con ellos. — Explicó el otro hombre. — en cuestión de cinco minutos están aquí.
— Mierda. Recoge a esta basura y vámonos.
...
Todos nos encontrábamos en las camionetas, esta vez y por la rapidez del asunto solo tenía atada las muñecas. Los caminantes habían llegado a la cabaña donde estábamos por lo que sin una pisca de humanidad dejaron unas cinco personas como carnada, esas personas fueron obligadas a usar sus vidas para que nosotros huyéramos y desde la distancia, no tan considerable en la que nos encontrábamos, podía escuchar los gritos afónicos y el ruido característico de esas bestias.
En este momento todos estaban concentrados en huir, así que no me prestaban la suficiente atención, estaba en una de las últimas camionetas con un gran abasto de comida y combustible a mi alrededor. Si iba a escapar, si iba a luchar por mi vida debía hacerlo de la mejor manera.
...
— ¿Dónde dices que se dirigían? — preguntó un Taehyung curioso mientras llenaba de combustible el auto que se habían robado.
— Busan, dicen que hay un refugio del gobierno en Busan. Ellos quieren robar todas esas armas y quedarse con el refugio para gobernar Corea. — Explicó el mayor de ambos a la par que devoraba una golosina.
Que arriesgado y estúpido suena ese plan. Las personas en verdad se están volviendo locas.
Pensó Taehyung, colocando la manguera de la gasolinera en su lugar. Habían pasado cuatro días desde que se encontró con Jin, al inicio ambos se encontraban negados a compartir muchas palabras pero después del segundo día se dieron cuenta de que ninguno de los dos era mala persona, en ese momento Jin se quejó de que por su culpa ya no podría sonreír más porque dos de sus dientes inferiores ya no estaban en su lugar.
En un suspiro el castaño caminó hasta la puerta del piloto mirando todo a su alrededor, estaba tan solo y tétrico que parecía una película de terror podía ver el deterioro y abandono de las propiedades, el color de todo se veía tan opaco y eso que solo había pasado dos meses y algo desde que todo comenzó. Extrañaba su vida hace dos meses o por lo menos extrañaba estar con el pelinegro y no con este dedentado.
— Hey... — susurró el otro chico.
El menor levantó la mirada saliendo de su trance para ver el rostro del contrario mirando algo en la dirección contraria de donde estaban, cuando observó hasta esa dirección pudo notar la presencia de una niña pequeña que cargaba con un pequeño conejo que del sucio se había vuelto gris, su vestido estaba cochino y su cabello cubría parte de su cara.
— Vámonos, debe ser uno de esos malditos caminantes. — mencionó el otro hombre subiéndose de inmediato al auto.
Tae por su parte corrió hasta donde estaba la niña cargando consigo un bate porque a pesar de todo debía ser precavido, la llamó por lo bajo para que lo mirara. Recordó por un momento el rostro de Jungkook cuando en su apartamento no pudieron hacer nada por esa madre y su hija, no quería dejar a la niña ahí. No había peligro, ¿cierto?
Esperaba por lo menos ayudar a una persona inocente.
— Peque, ¿Estás bien? ¿Y tus padres? — Volvió a hablar Taehyung.
— ¡No seas idiota! ¡Ven! — Gritó en un tono bajo Seok Jin, tenía un muy mal presentimiento.
Pero Taehyung lo ignoró acercándose más a la niña, su pecho iba al ritmo de su desesperado corazón y el suspenso al no recibir respuesta de la infante lo ponían más nervioso, mientras que con cada paso que daba sus venas se marcaban en el agarre del bate que tenía en la mano y cuando estuvo lo suficientemente cerca fue a tocarla apartándole parte del cabello de la cara.
Pésima idea.
Maldijo en sus adentros y aunque no quería hacerlo; no lo pensó dos veces. En cuanto vio la mitad de su rostro despedazándose y pudriéndose, lo supo al instante.
Descansa en paz, pequeño ángel.
Antes de siquiera esa criatura pudiera reaccionar Taehyung ya le había desprendido la pequeña cabeza de un solo batazo, rodó a lo lejos y pudo observar el pequeño cuerpecito caer al suelo inerte, por fin muerto y descansando en paz. Corrió de vuelta al carro cuando se percató que no era la única y que habían más niños en la misma condición.
— ¡Mierda, mierda, mierda! — Gritó corriendo mientras esos enanos intentaban devorarlo.
Jin que se había percatado de la situación cambió de asiento y manejó cerca de Tae para que este pudiera subir al lado del copiloto, y aceleró, como si su vida dependiera de ello.
De ahecho.
— ¡Mierda te lo dije! ¿Por qué eres tan estúpido? — le regañó, mientras manejaba con brusquedad intentando avanzar lo más posible.
— Solo quería hacer algo bien por primera vez. — El castaño suspiró rendido.
El otro pareció comprenderlo porque relajó la mirada y ya estando lo suficientemente lejos le dio un taptap en la cabeza, el castaño lo miró y sin importarle su dentadura le sonrió.
— Vamos por tu novio.
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.¡Feliz viernes!
Espero estén disfrutando de la obra, gracias por seguirla. Me sentí muy feliz que en menos de dos días pasó de 200 vistas a 1k.
También debo darle créditos a mi novio que me ayuda editando.
Disculpen si hay alguna falta, más adelante estaré editándolo.
Con mucho cariño su amigo, D.

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2024. | Taekook.
Bilim KurguJusto luego de haber terminado, comenzó lo que sería el verdadero terror para ambos chicos que sin previo entrenamiento tendrán que enfrentarse a cientos de criaturas que darán lo que sea por comerse sus cabezas. Sangre, muertes vivientes, sexo y m...