Samantha iba maquillándose en el carro mientras observaba cómo el tráfico estaba de la chingada y con gente mentándose la madre. Ella quería llegar temprano, ¿por qué? Por la simple y única razón de que sus amigas, Paulina y Mariana, le contarían un chisme.
—¿Pa, ya casi llegamos? —preguntó Samantha, volteando a ver a su papá, quien estaba tarareando una canción de Caifanes que sonaba en la radio.
—Ya casi, Sam. Solo espera a que avance este pinche tráfico —dijo su papá, mirándola por el retrovisor—. Pareces un payaso de semáforo —comentó, riendo al ver a su hija maquillándose.
—¿Ya vas a empezar? —dijo Samantha con una sonrisa, mirando a su papá—. Por cierto, mi labial se está acabando. ¿Me compras otro? —pidió la chica, mirando a su padre.
—En casa tienes una canasta llena de labiales, ¿cómo que se te va a acabar? —respondió su papá en tono burlón y algo confundido.
—No es lo mismo, pa. Esos son para darle brillo a mis labios... —explicó Samantha, intentando enseñarle la diferencia en su maquillaje.
—Bueno, ya. Mañana te compro otro cuando salga del trabajo —respondió su papá, queriendo evitar más explicaciones sobre maquillaje, ya que, en realidad, no le interesaba.
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Samantha entró algo apresurada a la prepa después de pasar por el tráfico. Fue a buscar a sus amigas en el lugar habitual, donde siempre se reunían para contarse cualquier chisme. Al darse cuenta de que no estaban, se sintió decepcionada; había llegado tarde para su chisme mañanero. Con algo de desánimo, se dirigió al salón y notó que ya estaba el profesor que mas le cagaba: el de matemáticas.
—Profe, ¿puedo pasar? —preguntó Samantha, mirando al profesor, algo desinteresada por su respuesta.
—López, apenas es el inicio de la semana y ya con retardo. ¡Pásele, córrele! —respondió el profesor, sin miramientos.
—Ajá, gracias —dijo Samantha de mala gana mientras entraba al salón y se sentaba en su lugar habitual junto a sus amigas.
—No inventes, Samantha, pensamos que no llegabas —susurró Mariana para que el profesor no las escuchara.
—El tráfico estaba de la fregada —exclamó Samantha, frunciendo ligeramente el ceño.
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Pasaron los minutos y el salón estaba lleno de murmullos; algunos estudiantes se pasaban papelitos. De pronto, Samantha notó algo.
—¿Y ese quién es? —preguntó, confundida, mientras veía cómo Marifer y Daniela usaban a un chico de cabello castaño como "puente" para pasarse un papelito.
—Es el nuevo —respondió Paulina, aunque iba a decir algo más, pero el profesor interrumpió.
—¡Guillermo Palacios! —llamó el profesor. Tenoch interrumpió, reclamando que lo había saltado en la lista.
—A ver, yo no me salté nada —respondió el profesor, visiblemente molesto—. Palacios, ¿es su primer día y ya se le pegaron las mañas de sus compañeritos? Pásele al frente a leer ese papelito que tiene en las manos.—
Memo se levantó, nervioso, ya que quería pasar desapercibido, pero no tuvo suerte. Abrió el papelito y luego lo cerró rápidamente.
—No puedo leerlo... —dijo, nervioso y tartamudeando.
—¿No sabe leer o qué? Léalo, o mejor llamo al director para que lo lea por usted.
Memo tragó saliva y volvió a abrir el papelito, leyéndolo en voz alta.
—¿Qué pasó, estás bien? Alex no se quiso acostar conmigo. No se lo digas a nadie... —leyó Memo, poniéndose aún más nervioso.
—A ver, ya váyase a su lugar. Examen, agradézcanle al señor Palacios —anunció el profesor. La mayoría del salón le lanzó bolitas de papel a Memo, y Samantha no fue la excepción.
—Pinche tartamudo —murmuró Samantha, mientras hacía un avión de papel para lanzárselo a Memo.
Memo, al sentir el avión de papel golpearle el cabello, lo tomó con la mirada baja y notó que llevaba un pequeño texto. Pensó que quizá sería algo bueno, pero...
—"Pinche freak, cómo nos cagas el día" —estaba escrito en el papel. Al leer eso, Memo se deprimió aún más.
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Ya era la hora de la salida, y aunque el día había estado bastante tranquilo, la situación se tensó al final: iban a hacerle poste a Memo, y Alex salió a Defenderlo. Memo, después de disculparse con Marifer por lo del papelito, estaba fuera de la escuela, apoyado en la pared mientras escuchaba "En algún lugar" de Duncan Dhu en su walkman. Miraba distraído a la salida cuando vio pasar a Samantha, quien revisaba su maquillaje en un pequeño espejo de mano.
Decidido, Memo se acercó. Sin embargo, al estar Samantha tan concentrada en su reflejo, no lo notó y se sobresaltó. El espejo se le resbaló de las manos y se estrelló contra el suelo. Memo, con el rostro sonrojado y los nervios a flor de piel, comenzó a disculparse.
—Lo siento, lo siento, no quería asustarte... si quieres, te puedo comprar otro —dijo rápidamente, sin saber dónde meter las manos, mientras Samantha lo miraba, todavía con cara de sorpresa y disgusto.
—¿Sabes lo que me costó conseguir ese espejo? —replicó ella, visiblemente molesta. Era uno de esos espejitos que siempre traía, decorado en la parte trasera con una imagen de una muñeca de porcelana, y encontrar uno igual le había costado mucho.
—Perdón, en serio, no quería... —balbuceó Memo, bajando la mirada—. Solo quería disculparme por lo del examen... tú me aventaste el avióncito, ¿verdad?
Samantha suspiró, echándole una última mirada al espejo roto antes de volver a ver a Memo.
—Ya no importa eso... —respondió, cruzando los brazos—, pero búscame otro espejo como ese, ¿eh?
Mientras le hablaba, Samantha notó los audífonos colgando del cuello de Memo y, con curiosidad, se acercó un poco más.
—¿Qué estás escuchando? —preguntó, mientras se inclinaba hacia él. Se puso de puntitas para acercarse al walkman y, apoyando una mano en su pecho para no perder el equilibrio, escuchó el ritmo de la canción.
Memo se puso aún más nervioso, sentía las manos temblorosas, pero respondió:
—Eh... este... Duncan Dhu —dijo, casi en un susurro.
Samantha escuchaba con la cabeza ligeramente apoyada en su hombro. Él, por su parte, no sabía dónde poner las manos ni cómo actuar. Empezó a mover un pie sin ritmo, esperando que sus nervios no fueran tan obvios. A su lado, Samantha seguía escuchando, algo absorta, mientras la canción seguía sonando en ese momento perfecto.
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Este fanfic se publica gracias a mis friends , quienes se toman el tiempo de leerlo y corregir cualquier error, para que ustedes disfruten de una mejor experiencia de lectura.🫀🫂
