Cleo
El tiempo en el ARCA pasaba de maneras extrañas. Suponía que era porque no podía asumir las cosas directamente por el sol. Entre los humanos suelen calcular inconscientemente gracias a la luz solar, como si llegas a un lado cuando hay sol y sales de ahí cuando ya no, asumes que ya es tarde. Ahí no era así. Por el momento no tenía reloj de muñeca, y calculaba a qué hora era el almuerzo, solo por la cantidad de clases que tenía antes.
Aunque en el ala sur tuvieran ventanas, la mayor parte de camino diario no pasaba por ahí, a menos que fuera con Mack a su habitación.
Por lo mismo era que me desconcertaba el hecho de haber alcanzado el viernes en nada. Ya me estaba haciendo a la idea de todo aquello y una parte de mi iba asumiendo las preguntas y respuestas con más calma. Mucha más calma. Iba con Mack a las respectivas clases, las comidas con todos los chicos. Hasta el momento no le estaba hallando tanto problema a todo aquello.
Ese almuerzo solo estábamos Mack, Seri y yo; J.J había llegado por comida y se había ido alegando algo de que su último invento era una aberración. Las otras mesas tampoco estaban mejor, todas medio vacías. Al parecer los de último curso tenían una importante prueba para pasar a ser cazadores oficiales. Una de tantas, según la boca Yaya, pero todas eran igual de importantes. Pero siguiendo lo que me había explicado Mack, la prueba no se hacía ahí, sino en el edificio de La Orden o en la Academia.
Aún no tenía una sola idea de que era la Orden, pero, como dije, ya me estaba tomando todo con más calma y mis preguntas ya no eran una tras otra. Solo tenía que sacar a relucir ese lado de mí que aceptaba todo lo que pasaba en las series de Netflix y estaría bien.
Seri me lanzó un poco de tomate cuando le dije que nunca fui muy fan de los animes; al parecer a ella le encantaban.
—¿Cómo no? —me preguntó con energía. Más tomate voló por la mesa.
—No lo sé —le respondí a risas. Mack tomó uno de los huevos en mi bandeja y se lo llevó a la boca. —Chiss.
—Es que, el anime es muy bueno, niña. Deberías probarlo algún día —y me apuntó con el tenedor.
—En eso tiene razón —la apoyó Mack—. Pero no los que ella mira —recalcó, señalando a Seri acusatoriamente—. Hubo uno que no recuerdo el nombre, pero unos tentáculos se cogían a las chicas —Hice una mueca. Intentó meter la mano en su bandeja también, pero Seri lo pinchó con el tenedor—. ¡Ay!
—De todo corazón —me llevé una mano al pecho sin querer imaginarme esa escena—, no quiero ver eso.
—Ay, ya supéralo —le dijo Seri a Mack y giró los ojos —. Ahora no querrá ver nada de lo que le diga.
—Mejor léete unos comics. Tienen menos romance y más acción.
—Eso me ofende —le respondió —. Pero hubo uno que si me gustó. Ese del soldado que se regeneraba las heridas y le borraban la memoria una y otra vez.
Me llevé lo último del tomate a la boca mientras repasaba su descripción
—¿Qué ese no fue en el que se basó la peli de Bloodshot?
¿La peli de qué?
—Bloodshot. ¿Vin Diesel? —aventuré al ver su cara de confundida. Negó sin saber de quién hablaba.
—Eh, tienes que explicarle mejor —dijo Mack gesticulando con las manos—. Es pésima para los nombres.
—Mmm... ¿Rápido y Furioso?
Sus ojos viajaron al techo y se movieron unos instantes como si estuviera clasificando las posibles películas que ella recordaba eran de Rápido y Furioso.
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La Espada de la Luna
Hombres LoboCleopatra no es una reina y definitivamente está muy lejos de serlo. Egoísta, problemática y manipuladora. Tres palabras para describirla recién llegada al Mundo Natural. Sin embargo, no muy lejos de su nuevo hogar la espera alguien cruel, salvaje...