El silencio se había instalado en la habitación y todas se habían quedado completamente inmóviles mirando fijamente a Mei.
—¿Eso es cierto, Astrid? —preguntó Lorena volviendo su mirada a Astrid.
Astrid guardó silencio mientras todas las demás volteaban a verla. No necesitaba hablar, su mirada ya decía más que mil palabras, para todas era obvio que lo que Mei había dicho era verdad... Selena era la misma Britany.
—¿Astrid, estás completamente segura de eso? —preguntó Adriana, su mirada fija en Astrid— ¿Cómo te diste cuenta?
Astrid respiró profundamente antes de responder. —La noche en que fui herida... estábamos en la antigua casa de Selena. En una de las habitaciones, vi una foto de ella cuando era niña. —Su mirada se desvió hacia el recuerdo—. En ese instante, supe que era Britany. La expresión de su rostro, la forma de sus ojos... era la misma que recordaba de las fotos de Britany.
Lorena se inclinó hacia adelante, su ceño fruncido. —Eso no puede asegurarnos nada. Podría ser solo una coincidencia. Debemos averiguar bien.
—Tienes razón —coincidió Adriana—. Debemos regresar a la casa de Selena y buscar pruebas concretas. Los papeles de adopción, documentos de identidad... algo que nos permita confirmar nuestras sospechas.
La habitación se sumió en un silencio reflexivo, todas considerando las implicaciones de lo que podrían descubrir. Astrid se veía con una expresión extraña, todavía no procesaba como la relación que quería tener con Britany había cambiado tanto.
—Mei, la ceremonia se cancela —dijo Adriana con seriedad—. Vamos a ir a la antigua casa de Selena, debe haber algún indicio que nos diga si es Britany o no.
Mei asintió en silencio y abrió la puerta de aquella habitación, lo primero que se encontró fue a Selena y a René, quienes se notaban bastante preocupadas.
—Lo siento mucho, chicas, pero la ceremonia tendrá que ser suspendida —anunció Mei, su mirada transmitiendo la tensión que se había instalado en la habitación.
—¿Por qué? —preguntó René, su voz llena de decepción—. Pensé que esto haría feliz a Astrid.
Mei suspiró, buscando las palabras adecuadas. —Lo siento, René. Pero para Adriana, Lorena y Astrid, celebrar esta ceremonia sin Britany es doloroso. Es egoísta de nuestra parte querer forzarla.
Selena frunció el ceño, confundida. —¿Pero, en serio para que Astrid disfrute este momento debe aparecer aquella niña? —preguntó.
Mei se volvió hacia Selena, su rostro serio. —Es complicado, Selena. Pero básicamente, Astrid y las demás no se sienten cómodas celebrando esta ceremonia sin Britany. Es como si estuvieran traicionando su memoria.
René asintió. —Entiendo.
Mei asintió. —Sí. Es mejor posponer la ceremonia hasta que puedan resolver sus sentimientos o encontrar a Britany.
Selena se veía cada vez más confundida y preocupada.
—Entonces... —comentó Selena, su voz llena de preocupación—, si nunca encuentran a Britany, ¿Adriana y Lorena no podrán celebrar su boda como debe ser?
Mei suspiró y bajó la mirada. —Lo siento, Selena. No quiero pensar en esa posibilidad. Pero creo que encontraremos a Britany pronto. Todo estará bien.
Selena bajó la mirada también, su rostro reflejando su preocupación. Luego, de inmediato preguntó por Astrid, porque estaba preocupada por ella.
—¿Y Astrid? —preguntó Selena—. ¿Está bien?