Los días pasaron, el mundo se preparaba para un fuerte choque de poderes tras la declaración de Ryzak y empezaban a temer lo peor. Las especulaciones surgieron y las teorías se formulaban.
Alejado del mundo, en una cabaña al medio del bosque, donde los árboles habían sido cortados para para poder construir aquel hogar, se respiraba un aire de paz, de tranquilidad, puro y donde ni la jurisdicción de "Agros" ni la de "Vex" llegaba. Donde las reglas habían sido implantadas por una persona y obedecidas por otra.
Los troncos de maderas para la fogata, junto a un tronco cortado y un hacha empalada, yacían a un lado de la cabaña. En su interior había un pequeño comedor donde había una mesa con dos sillas y la chimenea. Solo había una habitación y nada, una habitación con dos camas y un ropero que guardaba la ropa de sus dueños.
Un pequeño gato gris con rayas negras en su cuerpo se encontraba sobre la mesa, listo para saltar a atacar o a jugar con lo que había encontrado. Se iba acercando poco a poco al filo de la mesa para poder ver un arco apoyado en la pared. Estaba listo, apunto de saltar a las cuerdas del arco para tomarlo como su presa. El gato salto y entonces, no logró su objetivo, fue tomado en el aire por una joven quien reía al ver la acción del gato.
—Chenkis —dijo la joven. —¿Qué ibas a hacer? Sabes muy bien que no puedes jugar con eso, a Saiko no le gusta que destruyas sus armas. Bueno, esa es mía.
En ese momento, la puerta de la casa se abrió y Saiko entró hasta el comedor cargando cinco conejos muertos en su cintura. En su espalda llevaba más troncos y algunas hierbas que había encontrado.
—¿Qué pasó con ese gato? —preguntó Saiko.
—Nada, iba a empezar a hacer sus destrozos otra vez —respondió la joven.
—Te he dicho que lo quiero lejos de aquí, Elise. Si lo vuelvo a ver haciendo alguna cosa rara, nos lo comeremos.
—¿Cómo puedes hablar así de alguien tan lindo como es este bebé?
—¿Lindo? Ese gato está más cerca de morir que nosotros.
—Que pesimista eres. Nadie entiende a mi hijo. No te preocupes Senkis, estoy segura que algún día serás aceptado, pero deja de traer porquerías a la casa y orinarte sobre la mesa.
Elise dejó ir al gato y este salió corriendo por la ventana, no sin antes detenerse, mirar a Saiko y soltarle un bufido.
—No entiendo en qué momento llegó esa cosa —dijo Saiko.
—Tienes que aceptar que le da algo de color a este lugar y a nosotras —dijo Elise.
—Si tú lo dices.
—¿Cómo te fue hoy?
—Conseguí todo esto. Nos servirá para unos días más. ¿Qué hiciste mientras me fui?
—Limpié la casa, ordené la habitación. Creo que nada más.
—¿Seguiste entrenando?
—No y justamente de eso quería hablarte. Sigo sin entender que pasa, no soy capaz de volver a llegar a ese nivel. Es como si solo hubiera pasado una vez y la siguiente solo fue suerte.
Saiko dejó las carnes a un lado, se acercó a Elise y la tomó de los hombros para mirarla directamente a los ojos.
—¿Qué fue lo que viste la última vez? —preguntó Saiko.
—Ya te lo dije, no vi nada —respondió Elise. —Solo esa extraña flama dorada y nada más.
—¿Sentiste algo? ¿Habló quizás?
—Ya te lo dije también, no pasa nada de eso.
Saiko soltó a Elise y se quedó mirándola por unos segundos, sabía que estaba mintiendo. La conocía tan bien que sabía cuántas veces iba a parpadear al día. ¿Por qué ella le mentiría? No era correcto que le ocultara cosas, pero era claro que lo hacía por una razón. Algo paso aquella vez.
Hace mucho tiempo, Saiko dedujo que no podía reprimir a Elise y tampoco sus poderes. Al hacer eso, la joven enfermaba. Su temperatura superaba los 36 grados llegando incluso a cifras mayores que matarían a cualquiera. Tenía ataques de ira bestiales y ráfagas de energía salían expulsados de su cuerpo. No comía, sufría vómitos y se aislaba totalmente. Fue entonces que Saiko entendió que Elise debía entrenar o encontrar alguna manera para poder dejar salir toda esa energía que tenía.
En uno de sus tantos entrenamientos, Elise se enfureció tanto y perdió el control una vez más. Saiko no supo cómo manejarlo y para resolverlo, golpeó a Saiko con un gran palo de madera que no llegó a impactar porque Elise lo detuvo. Fue entonces que Saiko gritó su nombre que sus ojos se tornaron blancos. Se había desconectado y quedó flotando en el aire. No tenía expresión alguna, no hablaba, estaba totalmente quieta. Saiko intentó golpearla, pero entonces ella esquivó el golpe. Empezó a lanzarle cosas para ver que hacía y todo lo esquivaba. Era mucho más rápida que antes y fue cuando se acercó a Saiko, la tomó del cuello, levantó el puño y ese estado se disipó. Elise cayó al suelo totalmente agotada y quedó inconsciente. Al día siguiente, no recordaba nada que lo que había pasado.
Tiempo después a ese acontecimiento, Saiko se pensó si Elise debía seguir con esa rutina, pero era peor seguir absteniéndola de quien era. Por desgracia, nuevamente pasó. Saiko y Elise solo estaban meditando para que Elise pueda relajarse, pero cuando Saiko abrió los ojos y se acercó a Elise, la joven abrió los ojos y nuevamente estaba blancos. Sin embargo, no parecía estar fuera de control.
Cuando despertó, le dijo a Saiko que recordaba algunos fragmentos de lo ocurrido, pero no sabía nada más. Saiko intuyó que Elise mentía, porque se le notaba más misteriosa y distante al día siguiente.
Elise salió de la casa y dejó a Saiko sin recibir una respuesta que le convenza. La joven levantó el vuelo y se alejó de la cabaña. Saiko salió corriendo para intentar detener a Elise, pero ya era tarde, la joven ya se había ido.
A Elise no le gustaba hablar de ese tema, parece que, lo que sea que haya visto, no fue algo agradable, pero quería entender eso. Quería entender lo que había pasado.
En ese lugar, todo era muy blanco, vacío en su totalidad con esa flama dorada en medio. Al acercarse lentamente a la flama y tocarla, la flama se expandió haciendo que Elise caiga al suelo brutalmente.
La flama le dijo su nombre y más datos que ella no conocía de sí misma. No la dejó hablar en ningún momento, solo le dijo todos sus pecados y todo el daño que hizo en su momento, pero parecía intentar darle alguna lección. No eran replicas, eran gritos desesperados para que pueda notar que no era lo que ella creía que debía ser. Elise se vio a sí misma como una amenaza por mucho tiempo. Después de aquella vez, Elise se había condenado por todas las vidas que se cobró.
Elise se quedó sentada sobre un tronco cortado, estaba deprimida, pensativa, con una piedra en la mano que lanzó lejos a causa de su rabia. En ese momento, se comenzó a escuchar unos pasos cerca de ella que la alarmaron. Elise se levantó rápidamente y generó unas flamas de fuego mientras veía a todos lados. Los pasos se iban acercando cada vez y la tensión y temor aumentaban en la joven. Cada vez más cerca y más, y más, y más hasta salió de entre los árboles y alcanzó a la joven.
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The Poker's: El Secreto Revelado
ActionLa tragedia que dejó el evento en la torre inicial, golpeó y acabó con "The Poker's" física y emocionalmente. Los años pasaron y el mundo se sometió al enorme poder de "Agros" y su líder absoluto que sumió a la población en una horrenda tiranía. La...