Dormí toda la noche abrazada a una maldita almohada... O bueno, al menos eso creía hasta que abrí los ojos. Realmente no sabía que una almohada podía tener ojos, cabello, labios extremadamente carnosos y deseables, y movimientos voluntarios.
Mi reacción fue desenvolverme del abrazo en el que hace minutos estaba enredada inconscientemente. Pero joder, no pude evitar sentirme culpable al verla buscarme, aún dormida, con su mano. Y cuando un quejido casi sollozo escapó de su boca, volví inmediatamente a ella, como un adolescente volvería a su celular después de horas sin wifi.
No podía estar enojada, no con ella. Después de todo, era la única que me hacía sentir jodidamente bien y a salvo.
La ví abrir sus ojos y estirarse, su mirada clavada en la mía, diciendo millones de cosas sin emitir palabra alguna.
Y cuando oficialmente se reincorporó y apoyó su espalda en el respaldo, supe que el momento había llegado...
-Tenemos que hablar.- Dijimos al unísono y reímos.
-Sí, pequeña... Debemos hablar.- Dijo ella, acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Quiero disculparme, no debí haber ocultado nada.
-No lo deberías haber hecho, pero no soy nadie para juzgarte, opinar ni quejarme de nada. No debí haberte hablado así...
-Disculpas aceptadas, Billie.- Le ofrecí de mis más humildes sonrisas.
-Disculpas aceptadas, ___.- Se acercó a mí, acortó nuestra distancia y me besó suavemente. Reímos sobre el beso como dos niñas pequeñas haciendo travesuras.
Y la mañana se basó en caricias y amor, sin más ni menos. Viviendo como si las cosas no estuvieran desmoronándose a nuestro alrededor.
Narrador Omnisciente:
Institución, 08:03 am.
Directivos.-Hagan pasar a la chica.- Dijo director de la escuela, estresado por recibir tanta información e insistencia por los padres de Halley.
-¡No hace falta! Ella sólo estorba.- Dijo Gisselle, madre de Halley.
-Escúcheme, señorita Gisselle. Claudia aquí es la que hace el trabajo. Ella es la encargada de hablar con los abogados y ocuparse del tema en caso de que sea necesario. Así que, por favor... Si va a intervenir para molestar, será mejor que se retire.
-¡Yo me hice cargo de informarles! ¡Si fuera por ustedes no se habrían dado cuenta!.
-Déjeme decirle que siempre estamos al tanto de todo lo que pasa en mi escuela. Y si lo dejé pasar, entonces dudo que sea lo suficientemente grave.
-¿No le parece grave este caso? Una profesora y una alumna. ¿Cómo quedaría eso con la gran reputación que tiene la escuela?.- Y en ese momento, como si fuera un click, el director se puso más serio de lo normal.
-Está bien, la comprendo. Pero de todas formas, Claudia es de gran ayuda.- Dijo el director, abrió la puerta de la oficina y allí estaba la castaña rubia, parada firme y atenta. Fingiendo que hace dos minutos no estaba con el oído apoyado contra la puerta.
-Director...
-Claudia, pasa por favor.- Dijo él, haciéndose a un lado.- Como usted me informó, ya fue a hablar con las señoritas Blossom y O'connell.
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𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟𝑎 𝑂'𝑐𝑜𝑛𝑒𝑙𝑙
Fiksi RemajaLa clase había terminado, el recreo pasó volando, al igual que las últimas dos horas. Cuando salí de la escuela fui directo a la biblioteca, en el camino me topé con una enojada profesora de inglés. La miré y saludé con la mirada, ella estaba hablan...