Soltar Y Sanar.

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- ¿Cómo?.- Xiao Rong se mostraba algo aturdido.

- Tal y como lo escuchaste.- Xiao Yue mostró una linda sonrisa.

- Pero... ¿No se suponía que estabas saliendo con Laura?. ¿Como es que de pronto resultó ser que te volviste novia de su hermano?

- ¿Quién te dijo que salía con ella?.- Frunció el ceño.- Solo somos amigas.

- Entonces...- Sacudió su cabeza.- ¿No se supone que te gustan las chicas?.- Frotó sus sienes.- Estoy tan confundido.

- Me gustan.- Volvió a sonreír.- Pero también los chicos. Amo disfrutar la belleza de ambos mundos.

- Entiendo.- Asintió.

- ¿Y? ¿Qué dices? ¿Lo apruebas o no?

- ¿Por qué tendría que aprobarlo o desaprobarlo?.- Se encogió de hombros.- Eres una adulta, ya tienes 22. No debería de opinar sobre tu vida.

- Sabes que siempre me ha importado tu opinión. Nuestros papás ya no están y solo quedas tu como cabeza de la familia. Así que tu opinión en realidad importa bastante.

- Mientras sea la persona que te haga feliz yo no tengo que oponerme. Solo quiero que estén bien.

- Gracias hermanito.- Se levantó de su asiento y corrió hacía el mayor para abrazarlo.

- Pero no entiendo.- Se quedó algo pensativo.- ¿Qué pasa con Yian?

- Nada pasa con Yian.- Su expresión cambió.- No hay necesidad de mencionarla.

- Lo menciono porque recuerdo que en Aspen...

- Lo que ocurrió en Aspen quedó en el pasado.- Lo interrumpió.- Solo eso.

- ¿Sucedió algo entre ustedes?

- No.- Sonrió.- Es solo que siempre he sido una persona segura en mi vida. Sé lo que quiero y a donde voy. No puedo tener alguien inseguro a mi lado que no sabe ni siquiera lo que quiere. Además sabes que después de lo que pasó con nuestros hermanos la relación entre ambas familias se volvió algo tensa.

- Los Wang son buenas personas.- Suspiró.- No tienen la culpa de las estupideces de su hijo.

- Es cierto pero lo más sano es seguir como hasta ahora. Nuestro hermano decidió cortar sus lazos para poder sanar y nosotros debemos apoyarlo.

- Eres una buena hermana.- Frotó la mejilla de la menor.

- Y hablando de nuestro hermano...- Una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios.

- No te voy a decir a donde fue.

- ¡Gege!.- Se levantó formando un puchero.

- No puedo hacer nada.- Se encogió de hombros.- Él no quiere que lo sepan. Quiere vivir su momento en paz. Por eso se fue lejos.

- Pero se llevó a la señora Shen con él.- Se cruzó de brazos.- Debió llevarme también.

- Mirate ¿Eres una niña?.- Sonrió.- ¿Y tu negocio? ¿Que pasaría con tu estética? ¿Serias capaz de abandonarla?

- Bueno...- Frunció los labios.

- Hablas con nuestro hermano todos los días. Ya sea por teléfono o video llamada. Sabes que está bien así que solo déjalo ser. Él necesita estar en paz.

- ¡Le digo que no puede entrar! ¡Nuestro jefe nos dio órdenes de que...!

- ¡Que tu jefe me lo diga a la cara!

Xiao Rong soltó un largo suspiro al escuchar el escándalo que provenía desde fuera de su oficina. Sabía que aquel día iba a llegar por lo que no fue sorprendido por aquel alboroto.

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