Capítulo 6

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OLIVER

No me gusta escuchar ese maldito nombre de mierda en sus labios, unos que siguen rojos e hinchados por el beso que nos dimos, la observo mientras se cambia, Elsa me mira mal por estar viendo a su amiga, no me interesa, se pone una maldita falda plisada, una blusa crop top, bucaneras negras, se viste tan rápido que se le olvida ponerse puto sostén, su amiga tiene las maletas en las manos y salimos de la habitación.

Le quito una mochila que carga, me lanza una mirada amenazante, pero suelta la correa, caminamos hacia donde están las escaleras de emergencia, Elsa va al frente y yo detrás de Lilibeth, tenerla cerca me trae recuerdos de cuando le hacía el amor.

Mi polla se pone dura cuando llegamos al final y rodeo su cintura deteniendo su paso.

—Primero Elsa, tenemos que salir, mi auto está aparcado en el estacionamiento.

—¿Y cómo sabré cuál es? —inquiere la amiga.

Sonrío.

—Busca el auto más deportivo, color rojo —responde Lilibeth tensando el cuerpo.

Le doy las llaves y asiente. Sale e intenta asomarse a ver a su amiga, pero la detengo.

—Rojo como tu coño cuando termino de follarte ¿recuerdas? —le susurro al oído.

Toma una bocanada de aire. Empujo las caderas para que sienta mi erección golpear sus nalgas. El tiempo pasa, vemos que Elsa logra salir por la puerta trasera.

—Es hora —digo.

Ella asiente y estamos a nada de cruzar el umbral, cuando la puerta se abre y vemos que Artemis comienza a discutir con la recepcionista, Lilibeth se estremece, y mi rabia por lo que le hizo me consume.

—Tranquila —le pido.

—Es fácil decirlo —susurra por lo bajo.

—Y hacerlo.

El tiempo pasa, Artemis no está dispuesto a irse hasta que le den el número de la habitación donde cree que está ella, la chica se pone nerviosa y revisa algo en el ordenador, mientras Lilibeth se pone nerviosa cuando observa que Artemis mira por todos lados, buscando algo.

—Deja de temblar, estás conmigo —le aseguro.

—Eso no ayuda.

—Tal vez esto sí.

Desciendo mis manos por sus caderas y subo su falda, llego hasta sus bragas y se las bajo.

—Oliver —musita.

—Shhh, nos pueden escuchar y encontrar —ella se agarra de los extremos de las orillas de la puerta.

—No lo hagas —dice, pero su cuerpo me pide otra cosa.

La verga está a punto de romper mis vaqueros y lleno de rabia, la libero y enfilo en su perfecto coño.

—¿Has follado con alguien más después de mí? —pregunto ardido.

No quiero escuchar la respuesta, sin embargo, tengo que hacerlo, ella guarda silencio un par de segundos, Artemis sigue discutiendo.

—No, a diferencia de ti.

Río entre su cuello.

—Rodeado de muchas putas —inspiro su olor a lavanda—. Pero jamás he tocado a nadie luego de ti.

Y diciendo esto, de una estocada profunda la parto en dos, cubriendo su boca para ahogar su grito de dolor. Intenta moverse, soltarse de mi agarre, no puede. Está tan estrecha que podría acabar aquí mismo, ahora, pero no quiero, su pecho sube y baja, dejo que se amolde a mi pene de nuevo, que reconozca la polla que solo puede follarla.

Un Corazón Maligno #2 © [COMPLETA]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora