Capítulo 37

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OLIVER

Los párpados me pesan, intento moverme, pero es como si miles de toneladas hubieran caído encima de mí, poco a poco abro los ojos mientras el recuerdo de lo que pasó en plena pelea con Artemis, me va haciendo encajar las piezas del rompecabezas. Lo primero que veo es el techo, muevo mi mano derecha, todo está bien, luego la izquierda...

Me incorporo al sentir algo y frunzo el ceño al ver que es el anillo de compromiso que le di a Lilibeth.

—Mierda, por fin despiertas.

Levanto la mirada y me encuentro con Damián, acompañado de Teal, quien me observa con ojos de cachorro.

—¿Qué ha pasado? —pregunto.

Siento la garganta seca y muevo el cuello con estrés, la cabeza me duele un poco y noto que la tengo vendada.

—Recibiste un disparo en la cabeza, no fue tan grave, lograron sacarte la bala incrustada a un costado, no tocó el cerebro —me explica y trato de retener la información.

—Lilibeth —inquiero—. ¿Dónde está?

Ambos se miran cómplices.

—Hablen.

—No te va a gustar, congelaron tus cuentas bancarias luego de la pelea, al parecer Artemis no tuvo nada que ver, sino su padre, quien en estos momentos es buscado por la policía, hemos encontrado las pruebas necesarias —dice Damián—. Mis cuentas fueron bloqueadas también, pero ya se arregló todo, al parecer supuestamente hubo un fallo en el sistema, en cuanto a Lilibeth... se fue con Artemis porque prometió pagar el hospital, de ese modo nos daría tiempo a encontrar las pruebas para meter a la cárcel a su padre, sabemos que tiene a la policía comprada, pero no al nuevo juez.

La sangre se me pudre con lo que me dice y ya comienzo a imaginarme la zurra que le voy a dar por malcriada, ahora sí le voy a partir el culo en dos.

—Pero las cosas con Artemis se han salido un poco de control —esta vez es Teal quien se atreve a hablar.

Hace años que no nos hablamos, y para ser honesto, me cuesta creer que la mujer parada frente a mí, sea a quien llegué a amar y dar todo por ella. Ahora no siento más que lástima.

—Artemis planea casarse con ella mañana —añade Damián.

Sus palabras me hacen levantarme de la cama.

—Tienes que descansar —arguye Teal.

No respondo, mi familia está en manos de la locura de Artemis Francori, no puedo quedarme acostado esperando a que las cosas mejoren o empeoren, Lilibeth está esperando otro hijo mío, si lo pierde por esto, no sé cómo reaccionaría.

—Sal —le digo a Teal.

Esta asiente y sale de la habitación, localizo una muda de ropa y comienzo a vestirme, sabiendo que con el único hombre con el que va a casarse es conmigo.

—Tengo un plan para rescatar a Lilibeth y a tu hijo antes de la boda —me comenta Damián entregándome un arma que escondo detrás y que cubre mi cazadora.

—Hagámoslo.

Paso la siguiente hora trazando y analizando el plan para entrar a la propiedad de Artemis sin que se dé cuenta, el hecho de que Damián hubiera vivido ahí parte de su infancia, ayuda mucho. Una vez trazado todo, queda la espera a que amanezca, Elsa se une a nosotros e incluso Teal, quien se supone se va a encargar de que Artemis salga de la casa primero. La seguridad que ha puesto es extrema, pero ni eso me va a detener para recuperar a mi familia.

—Es tiempo —dice Damián cuando amanece y es la hora en la que Artemis tiene planeado todo.

—Afuera están sus hombres, tendremos que tener cuidado de que no nos vean —habla Elsa.

Asiento y salimos de la habitación, me pongo una maldita gorra hacia atrás para que no se note la venda que cubre mi cabeza, al girar al pasillo que lleva a las escaleras de emergencia, nos damos cuenta de que cinco tipos entran vestidos de doctores.

—Son de Artemis, rápido —anuncia Teal siendo la primera en salir disparada y entrar al área de emergencia.

Los tipos se detienen a hablar con una enfermera, aprovechamos ese momento para salir, cuando estamos seguros, me asomo para verlos, al parecer la mujer los dirige a otra área, uno de ellos se queda y me apresuro a bajar las escaleras. Cuando lo hacemos, una ambulancia nos está esperando, entramos y enseguida nos ponemos en marcha.

—Conseguir esta mierda ha sido difícil —resopla Damián pisando el acelerador, revisa la hora en su reloj—. Vamos bien, Elsa se va a adelantar para escabullirse en la casa e ir por Cole.

—Todo va a estar bien —Teal pone su mano en mi rodilla y la miro mal—. Perdón.

Aparta la mano, no es que quiera ser un hijo de puta con ella, pero lo único que deseo en estos momentos es poder tener en mis brazos a la madre de mis hijos y a estos. Los minutos pasan, Damián aparca a unos cuantos metros alejados de la propiedad de Artemis. Bajamos y Elsa se marcha primero.

—Tranquilo —Damián me da una palmada en la espalda.

—Es mi turno —dice Teal y se escabulle entre los arbustos.

Desaparece de mi campo de visión. Respiro profundo, intento mantener la calma, sin embargo, no puedo.

—A la mierda —exclamo.

—Mierda, espera.

Damián me sigue los pasos, me adentro al bosque y me quedo atrás de un árbol cuando veo una camioneta negra, en la que se encuentra Artemis, detrás va otra, me aseguro que no esté, entonces salgo, uno de los tipos me ve, saca el arma y me le abalanzo dándole un par de golpes, luego le golpeo la nuca con la pistola dejándolo inconsciente, Damián se encarga de los otros dos que nos siguen.

Estoy por entrar a la casa cuando las puertas se abren y el llanto de mi hijo me revive, Elsa lo trae cargando, siento que me quitan la culpa de encima, pero toda la oscuridad se desvanece cuando la veo, la mujer que amo. La madre de mis hijos con un enorme vestido de novia, sus ojos grises se agrandan.

—Oliver —dice y luego comienza a llorar.

—Lilibeth.  

  

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Un Corazón Maligno #2 © [COMPLETA]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora