Las horas pasaron lentamente, y aunque el refugio estaba lleno de los sonidos normales del día a día, Jiwoo parecía estar en su propio mundo. Se sentó junto a la cama de Sucheon, sin importarle lo cansado que se sentía. Había algo en ese momento de quietud, de estar simplemente allí, que lo reconfortaba.
Sucheon, por otro lado, no podía evitar sentirse extraño por la constante presencia de Jiwoo. Al principio, cuando todo esto había comenzado, se había sentido incómodo, como si no mereciera tanta atención. Pero ahora... ahora había algo diferente. La preocupación que Jiwoo mostraba no era solo por un amigo, era algo más profundo, algo que hasta él, con su arrogancia, no podía ignorar.
Jiwoo no decía nada. Solo permanecía allí, leyendo en silencio, observando a Sucheon cuando sus ojos se encontraban. De vez en cuando, le ofrecía un vaso de agua o le pasaba algo de comida, como si estuviera en una misión constante de cuidar a su amigo.
Finalmente, Sucheon rompió el silencio, mirando al chico de cabello rubio que no lo dejaba en paz.
-Te lo dije antes, ¿no? Eres como un perro. -Su tono no era el de antes, no tan burlón ni indiferente, sino casi... cariñoso.
Jiwoo sonrió tímidamente, sin apartar la vista de su libro. -Y tú eres como un gato gruñón que no puede dejar de maullar.
Sucheon soltó una leve risa, sorprendiendo a Jiwoo, quien inmediatamente levantó la vista.
-¿Te reíste? -preguntó Jiwoo, sus ojos brillando de sorpresa.
-No te emociones, rubio. No fue tan gracioso -respondió Sucheon, pero su sonrisa estaba ahí, más sincera que nunca.
Jiwoo no pudo evitar sentir una calidez en su pecho. De alguna manera, sabía que esa pequeña risa significaba algo. No podía decir qué exactamente, pero se sentía bien.
Justo en ese momento, Kayden entró en la habitación, mirando con una mezcla de diversión y preocupación a Jiwoo.
-¿Todo bien aquí, Jiwoo? -preguntó, cruzándose de brazos.
Jiwoo asintió, pero no apartó la mirada de Sucheon. -Sí, todo bien. Sucheon está descansando.
-No es por ser pesimista, pero no quiero verte llorando de nuevo si este chico se atreve a levantarse antes de tiempo -dijo Kayden, lanzándole una mirada a Sucheon.
Sucheon frunció el ceño. -No soy un niño. Puedo levantarme cuando quiera.
-Lo dudo, -dijo Kartein entrando en la habitación-. No te atrevas a moverte de esa cama, o tendré que poner más presión sobre tus heridas.
Kartein estaba agotado, su rostro ligeramente pálido por haber usado tanto poder para sanar a Sucheon. Se dejó caer en una silla junto a la cama.
-Lo que él intenta decir -continuó Kartein- es que tu cuerpo está en peor forma de lo que te das cuenta. Y aunque tu ego no lo acepte, necesitarás descansar si no quieres acabar con algo aún peor.
Sucheon se encogió de hombros, sin realmente preocuparse. -Supongo que no puedo hacer mucho, ¿eh?
Jiwoo, con una mirada de preocupación, se acercó a la cama y le acarició suavemente el brazo, como si inconscientemente buscara reconfortarlo. -Solo te quiero ver bien... -dijo, casi en un susurro.
Sucheon se tensó ligeramente al sentir el toque de Jiwoo, pero algo dentro de él hizo que no lo apartara. Por alguna razón, esa cercanía no le molestaba como antes. De hecho, le gustaba. Apretó los dientes, molesto consigo mismo, pero no dijo nada. Al contrario, se permitió disfrutar del cuidado que Jiwoo le ofrecía, aunque su orgullo no lo dejaba admitirlo.
-¿Así que tienes un perrito, eh? -dijo Kayden, cruzando los brazos y mirando a Jiwoo con una sonrisa burlona.
Jiwoo se sonrojó, su mano apartándose rápidamente de Sucheon. -¡No soy un perro!
Kartein soltó una risa cansada. -No necesitas demostrar nada, Jiwoo. La manera en que lo miras es suficiente.
Jiwoo se giró hacia Kartein, confundido, mientras que el resto del grupo intercambiaba miradas cómplices. Sin embargo, Jiwoo no se percató de nada, su atención completamente absorbida por Sucheon.
Sucheon, por otro lado, observaba la interacción con una expresión inexplicable. No entendía por qué, pero en esos momentos, el estar rodeado de esas personas le traía una paz que no había conocido antes.
-Vas a arruinarlo con todo este mimoso comportamiento -dijo, aunque su tono había perdido la dureza de antes.
Jiwoo lo miró, con una expresión que no podía disimular su cariño. -No me importa. Te quiero ver bien, ¿entiendes?
Sucheon permaneció en silencio, aunque un destello de comprensión cruzó sus ojos. No decía nada, pero la mirada entre él y Jiwoo hablaba más que mil palabras.
Al final, todos dejaron la habitación, dejando a Jiwoo junto a Sucheon. En la puerta, Kartein se detuvo un momento y miró a Jiwoo.
-No te preocupes por él, Jiwoo. Sé que no te gustan los juegos de palabras, pero este chico tiene algo más que una máscara de arrogancia. Cuídalo, pero también cuídate a ti mismo.
Jiwoo asintió sin decir nada, volviendo a mirar a Sucheon, quien ya había cerrado los ojos, aunque sin dormir.
-Voy a cuidarlo, señor Kartein... -susurró Jiwoo, aunque él mismo sabía que, de alguna forma, también estaba aprendiendo a cuidar de sí mismo.
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¿Amor? (Jiwoo X Sucheon)
RomantikLos personajes no son mios esta historia está como basada después del último capítulo publicado ya que seria el tiempo donde los amigos de jiwoo empezarían con su entrenamiento personal