Cicatrices visibles y ocultas

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Jiwoo despertó en una habitación desconocida, con el sonido de una máquina de monitoreo cardiaco a su lado. Parpadeó varias veces, tratando de ajustar la vista a la luz tenue que entraba por las cortinas. Sentía cada músculo adolorido, pero estaba vivo.

Cuando intentó moverse, una mano cálida lo detuvo. Giró la cabeza y encontró a Sucheon sentado en una silla junto a su cama. Tenía el rostro pálido y el cabello despeinado, pero sus ojos estaban llenos de alivio.

—Por fin despiertas, dormilón —dijo Sucheon, con un intento de sonrisa que no alcanzaba a ocultar su preocupación.

—¿Dónde… estamos? —preguntó Jiwoo, su voz apenas un susurro.

—En una base segura. Kartein nos curó a ambos, aunque insistió en que no volviera a moverme tanto porque, según él, "nadie tiene tanta paciencia como él para arreglar idiotas". —Sucheon intentó sonar casual, pero su mirada permanecía fija en Jiwoo, como si temiera que pudiera desaparecer de nuevo.

Jiwoo dejó escapar una pequeña risa que se convirtió en una tos.
—Eso suena como él.

El silencio que siguió fue pesado, pero no incómodo. Ambos sabían que había algo que debía decirse, algo que había estado suspendido desde antes de que perdieran el conocimiento.

—Jiwoo… —comenzó Sucheon, su voz más suave de lo habitual. —Lo que pasó allí… ¿lo recuerdas?

Jiwoo asintió lentamente, su rostro enrojeciendo ligeramente.
—Sí. Y lo decía en serio. Cada palabra.

Sucheon bajó la mirada, jugando con las mangas de su sudadera como si estuviera tratando de ordenar sus pensamientos.
—Yo también… —su voz se quebró ligeramente, pero la firmeza en sus ojos cuando levantó la vista hacia Jiwoo lo decía todo. —Yo también lo decía en serio.

El corazón de Jiwoo latía con fuerza, no por miedo, sino por una mezcla de felicidad y alivio. Extendió su mano hacia Sucheon, quien la tomó sin dudar.

—Creí que íbamos a morir —admitió Jiwoo, sus dedos apretando suavemente los de Sucheon. —Y lo único en lo que podía pensar era en que nunca te lo había dicho.

—Yo también tenía miedo… —Sucheon dejó escapar un suspiro tembloroso, su voz llena de emoción. —Pero ahora estamos aquí. Y quiero que sepas que no pienso volver a dejar que algo como eso suceda.

Jiwoo sonrió, con una calidez que iluminó incluso el momento más sombrío.
—Estamos juntos en esto.

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El primer paso

Días después, cuando ambos estaban lo suficientemente recuperados para caminar, Kayden los reunió en una sala de entrenamiento dentro de la base.

—Bien, par de torpes. —Su tono era directo, pero había un toque de afecto escondido en sus palabras. —Si quieren sobrevivir la próxima vez, tienen que entrenar como si sus vidas dependieran de ello. Porque lo harán.

Sucheon bufó, cruzándose de brazos.
—¿Y quién dice que habrá una próxima vez?

Kayden lo miró con una sonrisa maliciosa.
—Ah, claro. Porque las personas con habilidades raras nunca son un blanco, ¿verdad?

Jiwoo, aunque aún débil, dio un paso adelante.
—Estamos listos para lo que sea, Kayden.

El entrenamiento fue intenso, pero también sirvió como un espacio para que Jiwoo y Sucheon se apoyaran mutuamente. Cada vez que uno caía, el otro estaba allí para levantarlo. Kayden los observaba desde la distancia, con los brazos cruzados y una ligera sonrisa.

—Van a estar bien… —murmuró para sí mismo.

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Una nueva promesa

Esa noche, mientras descansaban después del entrenamiento, Jiwoo y Sucheon se sentaron en el techo de la base, mirando las estrellas.

—Esto es más tranquilo de lo que esperaba —comentó Sucheon, apoyando su cabeza en el hombro de Jiwoo.

Jiwoo rió suavemente, rodeándolo con un brazo.
—Creo que lo necesitamos después de todo lo que pasó.

Hubo un momento de silencio antes de que Jiwoo hablara nuevamente.
—¿Sabes? Por un momento, pensé que nunca tendríamos otra oportunidad como esta.

Sucheon levantó la vista hacia él, sus ojos brillando con determinación.
—Pues aquí estamos. Y no pienso desperdiciar ni un segundo más.

Jiwoo lo miró, sus rostros tan cerca que podía sentir su respiración. Sucheon no desvió la mirada, sus mejillas sonrojándose pero sin apartarse.

—¿Puedo…? —preguntó Jiwoo, su voz apenas un susurro.

—No tienes que pedirlo, idiota. —Sucheon sonrió suavemente antes de cerrar los ojos.

Jiwoo inclinó la cabeza y lo besó, esta vez sin miedo ni desesperación, sino con la certeza de que tenían un futuro por delante, juntos.

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⏰ Última actualización: Nov 16 ⏰

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¿Amor? (Jiwoo X  Sucheon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora