¿Amor? (Jiwoo X Sucheon)

La Tensión Persistente

Al día siguiente, Jiwoo estaba en su casa, terminando de alimentar a sus gatos. El aire era tranquilo, pero en el fondo, no podía dejar de pensar en Sucheon. Las palabras de el resonaban en su mente; había algo más detrás de su enojo que simples derrotas.

Mientras colocaba el último plato de comida, su puerta resonó con un golpe firme. Al abrirla, se encontró cara a cara con alguien que no esperaba ver tan pronto.

-¿Sucheon?

El joven estaba allí, cruzado de brazos, con su característica expresión de molestia.

-No te emociones. No vine aquí para ser amable -dijo rápidamente, como si aclararlo fuera lo más importante.

-Oh... ¿Entonces? -preguntó Jiwoo, ladeando la cabeza, más curioso que preocupado.

-Quiero que me entrenes.

El silencio llenó la habitación. Jiwoo parpadeó, completamente desconcertado.

-¿Qué?

Sucheon apretó los dientes, claramente molesto consigo mismo por lo que acababa de decir. -Dije que quiero que me entrenes. Quiero entender cómo es que puedes hacer lo que haces.

Jiwoo tardó un momento en procesarlo. -¿Entrenarte?

-¡¿Tengo que repetirlo otra vez?! -gruñó Sucheon, dándole un manotazo a un poste cercano que se dobló bajo su fuerza.

El impulso inicial de Jiwoo fue negarse. Sucheon nunca había mostrado interés en aprender de nadie, y su carácter era lo opuesto al tipo de personas con las que solía entrenar. Pero luego recordó la sinceridad en los ojos de Sucheon, por breve que fuera, durante su conversación del día anterior.

-De acuerdo -dijo Jiwoo finalmente, una sonrisa cálida extendiéndose por su rostro-. Pero si vamos a hacer esto, hay una condición.

-¿Qué condición? -preguntó Sucheon, sospechoso.

-No puedes intentar aplastarme en cada sesión -dijo Jiwoo, levantando un dedo en tono de broma.

Sucheon bufó, cruzando los brazos de nuevo. -No prometo nada.

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Los días siguientes fueron... interesantes. Sucheon tenía una actitud impaciente, buscando siempre superar sus propios límites, mientras que Jiwoo se enfocaba en la disciplina y el control. Sus personalidades chocaban constantemente, pero había momentos en los que el entrenamiento parecía conectar algo más profundo entre ellos.

Un día, mientras Jiwoo demostraba una técnica evasiva, Sucheon se detuvo de repente, mirando al suelo.

-Siempre pensé que tenía que demostrar que soy el mejor, que no podía permitirme ser superado por nadie -dijo, su voz baja, casi inaudible.

Jiwoo se detuvo también, observándolo con atención. -¿Y ahora qué piensas?

Sucheon levantó la mirada, su expresión más suave de lo habitual. -Todavía quiero vencerte, pero... no es lo único que importa.

Jiwoo sonrió. -Eso suena como un buen comienzo.

Aunque no lo admitieran abiertamente, algo había cambiado entre los dos. La rivalidad seguía ahí, pero poco a poco, estaba dejando espacio para algo más parecido a una amistad... o al menos un respeto mutuo.