Vulnerabilidad Compartida

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La noche había caído sobre el refugio, y la atmósfera estaba más tranquila que nunca. Los demás se encontraban descansando en distintas habitaciones, pero Kayden no podía dejar de pensar en Kartein. Aunque el curandero era uno de los despertados más poderosos del mundo, su habilidad de sanar a otros, por increíble que fuera, también era una de sus mayores debilidades. Cada vez que usaba su poder, la energía de su cuerpo se agotaba rápidamente, y no pasaba mucho tiempo antes de que el agotamiento le pasara factura.

Kayden caminaba por los pasillos del refugio, una expresión de preocupación pintada en su rostro. Sabía que Kartein, a pesar de ser el mejor curandero del mundo, no era inmune a los efectos secundarios de su propia habilidad. Cada vez que usaba sus poderes en alguien, especialmente después de la intensidad de las curaciones a Sucheon, se agotaba más de lo que quería admitir.

Al final, llegó a la habitación donde Kartein descansaba. El curandero estaba en la cama, sus ojos entrecerrados, claramente agotado por haber usado tanto poder en el día. Kayden entró sigilosamente, preocupado, y se sentó junto a él.

-¿Cómo te sientes? -preguntó con suavidad, sin querer alarmar a Kartein, pero con la clara preocupación en su tono.

Kartein lo miró por un momento, y aunque su rostro estaba cansado, una leve sonrisa apareció en sus labios. -Estoy bien, Kayden. Solo un poco agotado, nada que no pueda manejar.

Kayden frunció el ceño, sin creerse sus palabras. -No me mientas, Kartein. Te he visto usar tus poderes curativos una y otra vez. Sabes que cada vez que lo haces, el precio es mayor.

Kartein intentó levantarse un poco, pero Kayden lo detuvo con una mano firme sobre su pecho, obligándolo a recostarse de nuevo.

-¡Kayden! -protestó Kartein, aunque la resistencia era débil-. Solo necesito descansar un poco, en serio.

-No quiero que sigas forzándote -respondió Kayden, sin apartar la mirada de él. Sabía muy bien que Kartein nunca escuchaba cuando le hablaban sobre descansar, especialmente cuando se trataba de salvar a los demás. Era un rasgo que siempre había admirado de él, pero también lo aterraba.

La expresión de Kayden se suavizó por un momento, y se inclinó hacia adelante, pasando sus dedos suavemente por la mejilla de Kartein. -Me preocupa verte así, sabes que no eres invencible. Eres mi todo, Kartein, y no quiero perderte.

Kartein cerró los ojos por un momento, sintiendo el calor de la mano de Kayden sobre su rostro. Sabía que, aunque su poder era excepcional, su cuerpo necesitaba descansar. Pero, al igual que siempre, no podía evitar preocuparse por los demás, incluso si eso significaba sacrificar su bienestar.

-Te prometo que descansaré, solo... no quiero que me mires como si fuera una carga -murmuró Kartein, con una leve risa cansada.

Kayden sonrió, pero su preocupación no desapareció. -Nunca serás una carga para mí, Kartein. Eres mi compañero, y quiero que estés bien. ¿Te imaginas qué haría si algo te pasara?

Kartein lo miró a los ojos, la suavidad en su mirada era la misma que siempre había visto en Kayden, pero ahora, más que nunca, la sentía con una intensidad profunda.

-Te prometo que estaré bien -respondió Kartein, esta vez con una sonrisa más genuina, aunque todavía podía sentir el peso del cansancio en su cuerpo.

Kayden no pudo evitar inclinarse hacia él, besando su frente con suavidad. -Me haces sentir que nada en el mundo puede hacernos daño. Pero, Kartein... también necesitas ser cuidadoso. No quiero perderte.

Kartein dejó escapar un suspiro, esta vez no de cansancio, sino de calma. No importaba cuán agotado estuviera, siempre encontraba consuelo en la presencia de Kayden. No podía entender cómo Kayden lograba darle esa sensación de paz, pero lo hacía de una manera que solo él podía.

Aun así, Kartein sabía que tendría que descansar más y usar su poder de manera más responsable. Era algo que a menudo dejaba de lado por la urgencia de las situaciones, pero ahora entendía lo importante que era. No solo por él, sino por Kayden, por su relación, y por el bien de todos los que estaban a su alrededor.

-Te prometo que descansaré, pero solo porque tú me lo pides -dijo Kartein, un poco más relajado.

Kayden lo miró y, al ver que finalmente se había rendido, le dio una sonrisa satisfecha.

-Así me gusta -respondió, sus ojos brillando de alivio. -Y no te preocupes... cuando te despiertes, te voy a consentir como nunca. Tienes mucho que recuperar.

Kartein sonrió, dejándose llevar por la calidez de las palabras de Kayden. No importaba cuántas veces intentara negarlo, el amor que compartían era innegable.

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Mientras tanto, en otra habitación, Jiwoo seguía junto a Sucheon, ajeno al mundo que giraba a su alrededor. Aunque su mente estaba llena de preocupaciones, no podía dejar de sonreír cada vez que buscaba la mirada de Sucheon. Algo en su interior le decía que, a pesar de todo lo que había sucedido, había algo más profundo que estaba empezando a surgir. La cercanía con Sucheon, las miradas furtivas, los momentos en los que ambos se sentían más vulnerables, todo se estaba transformando poco a poco.

Pero por ahora, solo había una cosa que Jiwoo necesitaba hacer: estar al lado de Sucheon, como había prometido.

¿Amor? (Jiwoo X  Sucheon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora