Capítulo 13: 10 Días

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Diez días han pasado desde que me transformé en un humano.

Al principio, todo fue extraño. Volví a tener una forma humana, algo que pensaba que no volvería a experimentar.

Mi cabello, que antes de reencarnar era negro, ahora era blanco como la nieve que cubría los alrededores, algo que me desconcerto cuando lo vi por primera vez. Mi rostro también había cambiado, antes de reencarnar como un kaiju tenía un rostro común, ahora tenía un rostro común distinto al anterior.

Elise, Marek y Karl estaban sorprendidos de verme en una forma humana. Durante los primeros días, me observaron con una mezcla de incredulidad y cautela. Elise, siempre práctica, fue la primera en romper el hielo. Me ofreció una camiseta que me quedaba algo grande, pero que agradecí profundamente, ya que el frío era algo con lo que aún no estaba acostumbrado en esta forma.

Las conversaciones entre ellos giraron constantemente en torno a mí. Podía escucharlos a menudo mientras discutían mis acciones, especulaban sobre mi y trataban de encontrar una explicación lógica para lo que estaban presenciando. No podía culparlos. Para ellos, yo era una anomalía que desafiaba todo lo que sabían sobre los kaijus.

Una cosa que Kai me explicó fue que mis estadísticas habían disminuido al tomar una forma humana. Ahora, mis estadísticas eran solo un 10% de lo que eran cuando estaba en mi forma de kaiju. Según ella, era un efecto natural de la "Humanización". También me aseguró que, cuando volviera a ser un kaiju, recuperaría mi poder original.

Nombre: Ryu
Tamaño: 1,50m
Peso: 40kg

PV: 35/35
PE: 6/6

Fuerza: 7
Agilidad: 4
Defensa: 8
Potencia: 5

Era un golpe duro, no solo porque mi poder se había reducido drásticamente, sino porque la diferencia era tan abismal que parecía ridículo. Ahora tenía un poder de 338, un número tan pequeño comparado con mis 32.050 de poder anterior.

Durante estos 10 días, los humanos me alimentaron con unas latas de comida que Elise me había dado. Aunque al principio no me gustaba el sabor ni el olor, pronto me acostumbré. La textura era rara, el sabor demasiado artificial, y el olor me hacía preguntarme cómo podían disfrutar de algo así.

Cada vez que comía una lata, obtenía 5 puntos. Al principio me extrañó, pero Kai me explicó que como la comida de las latas contenía carne, y como obtenía puntos por comer carne, obtenía los puntos de los kaijus que contenían en esas latas.

También durante estos diez días, me he ido enterando de algunas cosas sobre los humanos. He descubierto que existe un gobierno llamado Unión Humana, de la cual Elise, Marek y Karl forman parte. Los tres forman parte de una ciudad llamada Naryon, una ciudad que estaba bastante lejos.

También descubrí por qué estaban en la isla, era para investigarla. Elise, Marek y Karl habían estado estudiando la isla durante dos meses. Al principio me pregunté por qué de todos los lugares de la isla decidieron establecerse en la cima de una montaña, pero pronto me di cuenta de que no había ataques de kaijus en la base.

Algo que descubrí que pasaba todos los días era que Elise pasaba largos periodos del día sentada con los ojos cerrados. La primera vez que la vi, pensé que estaba meditando, pero me di cuenta de que no era así. Ella convocó a tres aves, y las reconocí como la misma ave que me encontré en el bosque.

Intrigado, le pregunté al respecto. Elise me explicó que las aves eran creadas usando una técnica llamada "Ave Pequeña Espectral" y las usaba para explorar la isla utilizando otra técnica llamada "Visión Compartida". Según lo que me dijo, al usar esa técnica, podía ver lo que las aves veían en tiempo real. Era como si tuviera un par de ojos adicionales en la isla, permitiéndole observar las áreas que de otro modo serían demasiado peligrosas para explorar directamente.

Cuando escuché sobre esas técnicas, le pedí a Kai que me mostrara si existían en la tienda del sistema. No me sorprendió descubrir que ambas habilidades estaban allí, pero el precio de la más barata costaba aproximadamente el triple de la cantidad de puntos que tenía.

Supongo que tendré que seguir acumulando puntos. — pensé, observando el panel de la tienda.

Mientras ella seguía absorta en su tarea, me quedé mirando por la ventana de la base. La nieve caía de manera constante, cubriendo el paisaje en un manto blanco.

Al principio, fue extraño ver la nieve. Antes de reencarnar como un kaiju, vivía en un lugar donde nunca vi nevar. Mi único contacto con la nieve venía de series o películas.

Por la noche, dormía en un sofá en la esquina de la sala principal de la base. Era pequeño y apenas lo suficientemente largo para que pudiera estirarme por completo, pero no me quejaba. Era mejor que dormir en el suelo o en una cueva.

Estos días han sido... lentos. No puedo salir de la base. Me dejaron en claro desde el principio que debía permanecer aquí para evitar que me perdiera.

Cinco días más... sólo cinco días. — me repetía a mí mismo, mirando la nevada como si pudiera acelerar el paso del tiempo con mi mirada.

Kai apareció a mi lado, flotando como siempre, con una sonrisa que parecía burlarse de mi aburrimiento.

— Te estás aburriendo mucho, ¿no? — dijo, mirándome con una expresión traviesa.

No tienes idea. — respondí, dejándome caer en el sofá con un suspiro. — Si no estuviera nevando tanto, al menos podría salir a caminar por la montaña.

— Bueno, al menos tienes una vista bonita. Podrías contar los copos de nieve o pensar en como crear un universo cinematográfico de Marvel y DC. — dijo Kai con tono sarcástico.

Qué graciosa. — repliqué, rodando los ojos. — Estoy seguro de que tú lo pasarías genial en una caja cerrada durante diez días, ¿verdad?

Kai soltó una pequeña risa, pero no dijo nada más.

De repente, una duda me asaltó, algo que no había pensado en todo este tiempo.

Oye, Kai, ¿Dónde estás cuando no estás conmigo? Es decir, siempre estás flotando por aquí, pero... ¿dónde vas cuando no estás a mi lado? — pregunté, sin apartar la vista de la ventana.

— Bueno, cuando no estoy contigo, estoy en otro lugar. Un espacio en otra dimensión que está situado entre el vacío de los universos. — explicó Kai, como si fuera algo totalmente normal. — Allí es donde se encuentra la fuente del Sistema Kaiju.

Así que ese es el lugar de donde proviene el Sistema... — pensé, tratando de asimilarlo. — ¿Y tú vienes de ahí?

— Algo así. — Kai respondió con una ligera sonrisa en su voz. — Pero no te preocupes por eso ahora. Lo importante es que tienes el Sistema y me tienes a mí para ayudarte.

¿Y cómo se ve ese lugar? — pregunté, más por curiosidad que por otra cosa. — ¿Es como un enorme servidor cósmico lleno de luces y datos?

Kai se rió.

— Si quieres imaginarlo así, está bien. Pero en realidad es muy diferente. — dijo, cruzando los brazos mientras flotaba cerca de mí.

No pregunté más. Tal vez porque sabía que cualquier respuesta que obtuviera me dejaría con más dudas que antes. Y, para ser sincero, ya tenía demasiadas cosas en mi cabeza como para agregar una incógnita cósmica a la lista.

Volví a mirar por la ventana, observando cómo la nieve seguía cayendo sin descanso.

Cinco días más... sólo cinco días. — me repetí a mí mismo.

Reencarne con un Sistema KaijuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora