Reencarne con un Sistema Kaiju

Capítulo 14: Naryon

Ya llegó el día. Los cinco días que me habían parecido interminables finalmente habían pasado. Elise, Marek y Karl comenzaron a recoger todo en la base. Desde temprano, los vi cargar equipo hacia el almacén, el mismo lugar donde desperté aquí.

Marek bajó una escalera desde lo que parecía ser el techo del almacén, y Karl lo siguió. Elise, que estaba de pie junto a la entrada, me indicó que la siguiera.

— Vamos, Ryu. Es hora de partir. — dijo Elise, con una sonrisa.

Sin dudarlo, subí por la escalera, sintiendo mis pies resbalar ligeramente en los escalones metálicos.

Cuando llegué arriba, me encontré con algo que nunca hubiera imaginado. La estructura que antes pensaba que era un simple almacén, resultó ser solo una parte de una nave.

— ¿Qué es esto? — pregunté, sabiendo ya que era una nave.

— Es una nave de transporte. — dijo Elise, señalando a nuestro alrededor. — Lo que ves es la cabina de control. Aquí es donde Marek se encarga de pilotar y Karl se encarga de la navegación. El resto del espacio es para el cargamento, la zona donde guardamos todo el equipo y suministros.

Elise me señaló un asiento cerca de una de las ventanas. Me senté, y al mirar a través de la cristalera vi el paisaje nevado de la montaña.

— Esto es lo más cercano a volar que he estado... — pensé, con una mezcla de asombro.

Marek, desde los controles, comenzó a ajustar algunos botones, y la nave comenzó a ascender a una velocidad constante. Un leve zumbido llenó el aire mientras la nave se elevaba con elegancia.

— ¿Cómo funciona esta nave? — pregunté, incapaz de contener mi curiosidad.

— Utiliza un mineral llamado Grabitonita. — respondió Marek sin apartar la vista de los controles. — Es un recurso raro que permite generar un campo antigravitacional que nos permite volar.

La nave surcaba el aire con suavidad, dejando atrás el frío paisaje de la isla. Pasé la mayor parte del tiempo mirando por la ventana, viendo cómo las montañas nevadas daban paso a vastas extensiones de océano.

Después de unas horas, algo comenzó a hacerse visible en el horizonte. Era una estructura metálica colosal en forma de arco, con una energía morada pulsando en su interior.

— Elise, ¿qué es eso? — pregunté, señalando hacia el vórtice.

— Es un Portal Warp. — explicó Elise con calma. — Permite conectar diferentes mundos. Es lo que utilizaremos para llegar a Naryon.

El portal me recordó de inmediato al que había visto cuando esa figura enmascarada me transportó a un coliseo.

— Espero que no sea similar al anterior. — pensé, sintiendo un leve escalofrío al recordar la experiencia.

La nave continuó su curso hacia el portal, y Marek, desde los controles, rompió el silencio.

— Recibí un mensaje del grupo B. — anunció, ajustando un par de interruptores en el panel. — Dicen que se retrasarán uno o dos meses. Parece que encontraron complicaciones en su exploración.

Elise suspiró, cruzándose de brazos mientras se apoyaba en uno de los paneles laterales.

— Era de esperarse. Ellos se ocuparon del mar, y la superficie de este planeta es un 80% agua. Es probable que hayan encontrado alguna especie de kaiju marino o dificultades logísticas.

— Mejor ellos que nosotros. — comentó Karl con una sonrisa irónica desde su estación. — No me quejo de la nieve si significa evitar bichos gigantes en el agua.