REVELACIÓN

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“Hay un encanto en lo prohibido que lo hace indeciblemente deseable”

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“Hay un encanto en lo prohibido que lo hace indeciblemente deseable”.

“LUCAS”

Un día antes de la fiesta…

Me encontraba en un café oscuro y discreto, esperando a Paolo, mi amigo de confianza y uno de mis ojos en la calle. La tensión en mi pecho era palpable; algo en el comportamiento de Rea me había inquietado, y necesitaba respuestas.

Cuando finalmente llegó, se sentó frente a mí con un semblante serio. Sin perder tiempo, sacó su teléfono y comenzó a pasar las fotos que había tomado. Cada imagen me golpeaba como una ola, pero no de la forma que esperaba. Las fotos mostraban a Rea y Liam en diferentes lugares: un parque, una librería, un café y, lo que más me sorprendió, la playa. Allí estaban, caminando juntos por la orilla, riendo y disfrutando del sol, pero no había nada romántico en esas imágenes. No había besos ni gestos de afecto que sugirieran una relación amorosa.

—Tus sospechas son ciertas. Tu hermana y ese hombre Salvatore se han estando viendo.

la incomodidad crecía en mi interior. La idea de que Rea se estuviera viendo con Liam, aunque no hubiera señales de romance, me llenaba de celos. La imagen de ellos compartiendo risas en la playa, con el sonido de las olas de fondo, me resultaba perturbadora, mientras miraba las fotos de nuevo, la confusión y la frustración se apoderaron de mí. No sabía qué pensar. ¿Era esto solo una amistad inocente o había algo más que no estaba viendo? La incertidumbre me carcomía, y sabía que tenía que confrontar a Rea, aunque eso significara abrir una caja de Pandora llena de emociones que había estado tratando de ignorar.

—Vigila a ese hijo de puta. Mantenme informado de todo.

—Crei que tú hermana era inteligente, pero con esto…No es mas que una tonta.

Miré a mi mejor amigo con frialdad.

—Insultala otra vez y te corto la lengua.

Paolo se estremeció y asintió sabía que meterse con Rea era un ataque seguro.

—Te mantendré informado hermano.
Asistí y me marché.

En el despacho, la luz tenue de las lámparas apenas ilumina los retratos de mis antepasados, hombres duros que nunca mostraron debilidad. Estoy sentado detrás del escritorio de mi padre un color caoba, revisando documentos, pero mi mente está en otro lugar.

Cuando la puerta se abre y Rea entra, siento cómo mi corazón se acelera. Su cabello rojizo brilla a la luz, y por un momento, olvido mis preocupaciones, pero esa tranquilidad se disipa rápidamente al recordar lo que he descubierto: ella se ha estado viendo a escondidas con Liam Salvatore, el esposo de la bioquímica de la familia.

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