Capítulo XXVIII: Mánchester.

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  。 Laura:
   
   
Aunque me había esforzado para tratar de ocultar todo el dolor que sentía, tener al portugués tan al pendiente de mi, solo hizo que me sintiera más desprotegida. Necesitaba que alguien me cuidara. Necesitaba que él me cuidara.

El castaño no dudó ni un segundo para acercarme más hacia él y rodearme con sus brazos, dándome ese abrazo que tanto anhelaba tener, y que no tuve vergüenza en pedírselo.

Mis brazos quedaron atrapados en mi pecho, por lo que simplemente me dediqué a disfrutar de su tacto, mientras mantenía los ojos cerrados, esforzándome para no llorar más.

João: Me preocupas Laura —susurró, mientras acariciaba mi espalda—.

Laura: Aún no me sueltes —pedí con debilidad, al sentir que su agarre había aflojado—.

João: No lo haré nunca —dijo, y besó mi sien—. Ahora que te he vuelto a tener, jamás te soltaré, Minha Rainha —susurró, y se separó levemente de mí, para mirarme a los ojos—. No te he dejado de amar Laura —dijo, y sentí cómo mi corazón comenzó a latir con rapidez—. Jamás he dejado de hacerlo —confesó, y yo sonreí con las mejillas empapadas—.

El portugués llevó sus dos manos a mis mejillas, quitando toda la humedad que había en ellas, y luego de hacerlo, sus ojos volvieron a clavarse en los míos. Tenerlo tan cerca era un tentación. Podía sentir su respiración chocar con mi rostro, mientras que la calidez de sus manos sobre mis mejillas, me hacían sentir como una niña. Al final, ninguno de los dos pudo seguir aguantando, y simplemente unimos nuestros labios al mismo tiempo en un tierno beso.

Todo lo mierda que me sentía, disminuyó en gran medida al tener la seguridad que este hombre estaría conmigo siempre. Y no solo lo creía porque él me lo había dicho, sino que sus ojos me lo gritaban. Tenerlo a él era mi abrigo. Él era mi paz. Siempre lo había sido, pero ahora más que nunca estaba convencida de ese sentimiento.

Te amo Laura. Esas tres simples palabras se repetían en mi cabeza una y otra vez, mientras sus labios seguían pegados a los míos, moviéndose con delicadeza.

Nos separamos luego de unos segundos, y no me pude aguantar más, abrí mis ojos y lo miré fijamente, para darle cabida a las palabras que venían directo del corazón.

Laura: Te amo demasiado —dije, he inmediatamente sus pupilas se dilataron hasta ya no más—.

Él sonrió, y sin perder más tiempo, volvió a unir nuestros labios, en un beso un poco más pasional.

20:15 PM

Llegamos a casa luego de haber pasado la mayor parte del día en el hospital con mi abuelo. Gracias a Dios, no fue nada grave, solamente sufrió una deshidratación severa, y como consecuencia de eso, también sufrió una fuerte descompensación que lo obligó a estar en un área médica especial para su mayor cuidado.

Luego de aquel beso en el restaurante, João y yo no volvimos a hablar más de nosotros, ya que yo me dediqué a cuidar a mi abuelo el tiempo que estuvo despierto y él aprovechó que todo estaba bien, para salir a hacer algunas cosas.

Aunque insistí a las enfermeras encargadas de mi abuelo, que me dejaran quedar con él, ellas simplemente no aceptaron. Me dijeron que no era necesario, y que mejor era que me fuera a casa a descansar y que mañana volviera a visitarle. De tanto insistirles y no hacerlas cambiar de opinión, tomé la decisión de venirme a casa con João.

Apenas entré a la casa, me dirigí a la habitación de mi abuela para saludarla. Ella al verme, se alegró muchísimo y no dudó en extenderme sus brazos para que yo la abrazara.

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⏰ Última actualización: 4 hours ago ⏰

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