Capítulo XVI: Cuidad Inglesa.

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| Semanas después |

📍Viseu, Portugal.

📳 Laura: João, salimos mañana a Lisboa, para luego tomar el primer vuelo a Londres —informé a través del móvil, mientras al mismo tiempo terminaba de arreglar la maleta de mi abuela

📳 João: Vale. El viaje no es largo, así que lo más seguro es que lleguen el mismo día. Tendré partido, así que le diré a Norman que esté al pendiente de vosotros, cuando lleguéis al aeropuerto.

📳 Laura: Vale, está bien. Nos vemos, entonces —me despedí, luego de haber hablado con el futbolista por algunos minutos

📳 João: Vale, adiós —se despidió y acto seguido, cortó la llamada—.

Me quité el móvil de la oreja y suspiré.

Mi vida había dando un cambio tan drástico, que ni siquiera había tenido el tiempo de analizarlo todo.

Tras aquella llamada con João, la noche que le pedí ayuda con lo de mis abuelos, mis siguientes acciones no estaban en armonía con mis pensamientos. Dejé mi orgullo a un lado, y simplemente me enfoqué a aceptar toda la ayuda que el futbolista llegó a ofrecerme, por lo que sin pensarlo dos veces, metí un reposo médico en todos mis trabajos, y procedí a venir a Portugal para buscar a mis abuelos, y posteriormente irme con ellos a Londres.

Alessandro no tuvo la mejor reacción cuando le dije que nos hospedaríamos en casa del portugués, y que yo me quedaría el tiempo que fuera necesario en la cuidad Inglesa. Se puso tan molesto, que pensé que en algún momento iba a golpearme o algo parecido. Tras una larga charla, donde yo intentaba hacerlo entrar en razón, el italiano terminó por aceptar la realidad, con la única condición de que todos los días le escribiera y le llamara para saber de mi.

En cuanto a Raquel, murió de la felicidad cuando lo supo todo. Ella había sido la mente maestra en esto, así que no dudé en agradecerle repetidas veces.

Había llegado a Viseu luego de haber estado al rededor de dos semanas planificando el viaje y organizando todo con el portugués, para que las cosas pudieran marchar correctamente. Él era mi única ayuda en este momento, por lo que prácticamente todos los días hablábamos para tener comunicación. No podía negarme o tratarle groseramente, porque al final, él era mi única esperanza.

Nuestras conversaciones se basaban únicamente en hablar de la situación de mis abuelos. Jamás pronunciamos ni una sola palabra con respecto a nosotros. João siempre se mantenía sereno, me hablaba con mucho respeto y, muchas veces sentía que estaba hablando con un desconocido, ya que su manera de referirse a mí, solía ser bastante fría a mi parecer.

Sabía que no me tenía que interesar su modo de ser conmigo, pero me era inevitable no sentirme incómoda las veces que me llamaba "usted" y su tono de voz reflejaba su seriedad.

Beatriz: ¿Te falta mucho? —preguntó, entrando a la habitación con los brazos cruzados—.

Laura: No, ya casi termino —alcé la mirada, y le regalé una pequeña sonrisa—.

Beatriz: Tu abuelo tiene miedo de viajar en avión —confesó, mientras sonreía—. Creo que es porque la última vez que lo hizo, la avión estaba fallando mucho —hizo una mueca, y sentó en la orilla de la cama—

Laura: De seguro es por eso —solté una pequeña risita—. Pero dile que no se preocupe —dije, cerrando la maleta—. Todo estará bien —sonreí, tratando de convencerme a mi misma de lo que acababa de decir—.

Beatriz: Jamás pensé que luego de tantos años, João volvería a tu vida de est--... —la interrumpí—

Laura: Mamá, João no volvió a mi vida —la corregí, y bajé la maleta de la cama para sentarme a su lado—. Simplemente recurrí a él porque realmente necesitamos su ayuda, y bueno, él aceptó ayudarnos grandemente —sonreí con los labios juntos—. João no está volviendo a mi vida, y creo que él tampoco lo mira de esa manera —murmuré, desviando la mirada de mi madre—.

Orgullo [João Félix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora