Capítulo 6

292 47 3
                                    

Una luna después que se confirmó que la princesa Alicent estaba embarazada, la fortaleza roja se llenó de gritos de alegría, el rey estaba emocionado de tener un nuevo heredero. Un nuevo príncipe para la corona, La más feliz de todo era Rhaenyra y La reina Aemma la cual estaba feliz por todo lo que estaba pasando, un nuevo pequeño al reino, era felicidad con nuevos niños, llenarían el castillo con sus risas. Alicent caminaba por la fortaleza roja presumiendo su lindo vientre de siete lunas, recibía todo tipos de halagos, las personas no dejaban de decir lo lindo que sería su bebé, y ella solo asentía con entusiasmo. Ella lo sabía su bebé sería hermoso, ella era las más feliz de todo esto, tendría a su bebé en sus brazos solo debía esperar dos lunas más.

—Princesa Alicent, Lord mano la necesita.— La pelirroja lo miró y terminó por asentir. Caminó hasta los aposentos de su padre y entró sin tocar.—-

—Padre ¿me necesitas?— Pregunto directamente y se acercó sigilosamente a él.

—Llevó días viéndote Alicent, cada día me decepcionas más. No sirves para nada más que para abrirle las piernas al bastardo de Deamon, una zorra igual que tú madre, se nota que eres su hija.— Miro con desagrado a su hija la cual se estremeció ante la mirada fría que le dirigía su madre.—

—¿Porque, por qué me dices todo esto ahora? Acaso que es mi culpa que madre jamás de allá podido amar como tú lo hacías con ella, por algo ella te aborrecía con toda su alma.— Lo único que sintió fue una fuerte bofetada sobre su mejilla la cual se volvió roja y algo hinchada, miró con odio a su progenitor el cual mantenía su mandíbula apretada como si se fuese a romper.—

—Eres igual de hermosa y venenosa que tu maldita madre, por eso no soporto verte más de 15 minutos, eres tan idéntica a ella.—

Los susurros del hombre la hacían sentir miserable y mal, su madre, su amada madre murió por su culpa; era algo que jamás podría perdonarse ella misma. Cuando sus ojos se llenaron de lágrimas su padre agarro con fuerza sus mejillas hasta al punto de dejarlas marcadas, de forma Instintiva sus manos fueron a su vientre abultado de tan solo 7 lunas. Alicent jadeaba de dolor sus mejillas dolían bastanta estaba arta de oír los gritos y humillaciones.

—Solo susurras cosas horribles de mi, te odio tanto. Por tantos años anhelé tú cariño atención, pero jamás fuiste capaz de hacer eso. Cuando por fin pense que estarías orgulloso de mi. Por cargar a tu nieto nuestra sangre.. tu solo me desprecias y aborreces, no fue culpa mía que tu conciencia te este matando, te maladigo en esta y en todas tus vidas, Ojalá caigas en un abismo con fin por todo el dolor que yo he sentido toda mi maldita vida. .— La joven a como pudo lo empujo y salió corriendo, el hombre le pisaba los talones, estaba furioso. Choco contra alguien y sollozo cuando se aferro a los brazos de la Reina Aemma la cual la sostuvo con susto y preocupación. Cuando vió quien era miro de forma fulminante.—

—Lord mano, le advierto que no haga algo que le pueda costar la vida.— Sentenció la reina sin quitar su fulminante mirada.—

—Mi reina sin sonar descortés, no se meta en donde no la llaman, solo hablaba con mi HIJA.— Recalcó lo último viéndolas con burla.—

—Lord mano le recuerdo que está ante la reina de los siete reinos, no me haga cortarle la lengua.— Otto trago sus palabras al ver a la heredera con varios capa dorada detrás de ella cuidándola. La adolescente se acercó a su amiga y la examinó con la mirada, sus mano fue hasta la mejilla de su mejor amiga donde abrió sus ojos sorprenda al notar la hinchazón y el rojizo.—

—Alicent...— La platinada sintió una furia rugir en su interior, tanto que en pozo dragón se oyó un fuerte gruñido de un dragón, la joven se dio la vuelta con el rostro lleno de ira.—

—¡Usted de verdad desea no tener más su maldito puesto! Haré que lo exilien se lo juro no dejare pasar esto!— Gruño con enojo la princesa. —

— Mi princesa usted malinterpreto todo, solo reprendía a mi hija.—

—¿Reprender? Usted cree que esas son formas, Ser criston, saque a lord otto de mi vista y hágale saber a mi esposo lo que acaba de suceder.— Hablo con frialdad la reina, aquella dulce mujer había desaparecido, ahora había un dragón defendiendo a sus crías. —

El hombro atacó la orden y entre varios tuvieron que llevarse al hombre entre varios. Alicent miraba todo mareada empezaba a sentirse mal, un pequeño quejido salió de sus labios llamando la atención de las mujeres, levantó la falda de su vestido y tocó entre sus piernas sacó su mano y lo que miró la dejó sin aliento, Sangre su bebé ya venía. Soltó un pequeño grito de susto ante eso. La primera en reaccionar fue la reina que rápidamente la ayudó a entrar a sus aposentos. Rhaenyra seguía en shock al ver eso hasta que el grito de su madre la hizo volver a ella.

—¡Rhaenyra , rápido busca un maestre y avísale al rey!— La joven salió corriendo en busca del maestre mellos y Geraldys. —

La joven tenía sus mejillas bañadas en lágrimas, las contracciones se hacían más fuertes que nunca, sentía como si su cuerpo fueran despedazadas. Con su voz debilitada llamó a la reina la cual se acercó rápidamente.

—Por favor, si tienen que escoger a cual de los dos, que sea a mi bebé, se lo imploró.— La reina negó horrorizada ella no podría hacer eso.—

—No digas eso! Tú y el bebé estarán bien, solo aguanta un poco más, mi dulce esmeralda.En ese momento la charla fue interrumpida por la llegada de los maestres detrás de ellos se podía ver al rey y a su hermano, el príncipe logró ver un poco a su esposa la cual estaba pálida como si estuviera muerta. La puerta se cerró la cara de los tres, Rhaenyra la cual se estuvo haciendo la fuerte calló al suelto soltando pequeños sollozos su padre se agachó rápidamente y la abrazó consolándola. —

—Ella es fuerte, no te preocupes. Ella estará bien, mi niña.—

—Tienes que exiliar a otto, ¡fue su culpa que mi sobrino llegara antes de tiempo! Ese maldito hijo de perra...— La princesa se expresó con asco de ese hombre mientas agarraba con fuerza los hombros de su padre.—

—¿De que hablas hija mía? Que tiene que ver otto con esto?—

—La agredio, llegó con su rostro rojo e hinchado, venía llorando. Madre tuvo que intervenir, si mi sobrino muere juro que lo misma iré en mi dragón y lo matare vivo. Lo juro por los dioses.—

Viserys y Deamon se quedaron en silencio ante eso, uno más furioso que el otro.  Un desgarrador grito fue lo que se oyó atrás de la puerta, hizo que los presentes se estremecieran,  una hora después de oír gritos y maldiciones por parte de la joven, se oyó un fuerte llanto y lleno de vida fue lo que se logró por después de un largo silencio, la reina abrió la puerta su vestido azul lleno de sangre.

—Es un niño, está sano, pero es débil.— Deamon entró rápidamente a la habitación donde vio al maestre con su hijo envuelto, exigió que se lo dieran, acercó a su bebé a su pecho el cual movió suavemente su nariz causando que el corazón frió de Deamon se ablandaba al ver a su hijos, sonrió con superioridad al ver los rasgos valyrios de su primogénito, su mirada se fue a la cama donde estaba su esposa pálida y con él rostro lleno de lágrimas y sudor, con cuidado se acercó a ella y  acarició su mejilla, se estremeció al sentirla fría y buscó rápido a la reina la cual negó.—

—Se desmayó cuando Aegon salió.—

—¿Aegon?—

—Así quiso llamarlo.—

Ese día de caos y tormenta donde hubo más de una muerte ; nació el príncipe Aegon Targaryen, segundo de su nombre, apodado el dulce niño de papá, la adoración del rey Viserys, que en vez  de verlo como un sobrino lo miraba con un nieto, un nuevo heredero para la corona.

The green FuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora