The green Fury

Capituló 10.

Alicent Hightower. 

La pelirroja caminaba por los largos pasillos de la fortaleza roja, detrás de los venían dos pequeños niños, Aegon, Jacaerys. Ambos pequeños andaban vestidos iguales, con unos trajes de las mejores telas de todo el reino. Ahora mismo se encontraban caminando al gran patio de la fortaleza el rey había mandado ya hacer una caza por el nacimiento de Aemond, el castillo se empezó a llenar de todas las casas del reino, desde la más alta hasta la más baja. Todo esta hermoso para ella, algunas personas Halagaban a la joven por el hermoso vestido que llevaba, era un vestido totalmente rojo y largo con sus hombros descubiertos, tenía unas mangas de negras de encaje las cuales se le veían preciosas, y unos cuantos accesorios sobre ella, todo de oro. Alicent presumía a sus hijos y sobrinos demostrando lo hermosos que eran y lo unidos que eran. Jacaerys se puso al lado de su "tía" mientras se aferraba a su largo vestido con fuerza, por otro lado Aegon iba al lado de su mami mientras caminaba con superioridad y altanería, como le enseñó su padre y su tía nyra.

—Tía Alicent, que celebramos hoy?— Pregunto el infante confundido.—

—Celebramos el nacimiento de tu primo Aemond, cariño.— El Niño abrió sus ojos sorprendió y luego asintió con una sonrisa llena de emoción.—

—¡Eso es genial! Pronto podremos jugar juntos.—

—Pff... para eso falta mucho jace, Aemond todavía es un bebé que depende de la tía ali, cuando sea más grande claro que jugarán juntos.— Hablo suavemente acariciando las mejillas regordetas del niño, Aegon bufo con molestia ante eso.—

—Me adelantare, buscaré a la abuela.— Se alejo corriendo chocando con algunos guardias que rápidamente se fueron atrás de él. La joven suspiro cansada ante el comportamiento inapropiado de su hijo.—

—Tía Alicent, ¿puedes cargarme?— Dijo el pequeño con un pequeño sonrojo en sus mejillas, Alicent se derritió ante eso y solo lo tomó en sus brazos con una sonrisa.—

—No tienes que pedirlo, siempre voy a cargarte. Aun cuando estés grande, mi lindo guerrero.— Beso suavemente su cabellera castaña, mientras caminaban hacia el patio los susurros e hicieron presentes. Sintió a Jacaerys tensarse en sus brazos. Miro por su hombro a las mujeres enviándoles una mirada fulminante.—

—No le hagas caso a esos comentarios, son personas sin sentido común. Recuérdalo jace, eres el hijo de tú madre eres un dragón, no te dejes señalar como si fueras cualquier persona, eres un Targaryen y eso es lo que importa, la sangre del dragón recorre tus venas, la sangre de tu madre.— Hablo suavemente en su oído, Jacaerys se aferró más a su cuello ocultándose de la vista de las personas , Alicent lo acomodó mejor en su brazo llevando su mano a su espalda mientras que con la otra lo sostenía de sus muslos para que no se cayera.—

—Todos ellos nos llaman bastardos... no me parezco a madre o a Aegon... o a Aemond... —

—Deja eso, eres un Targaryen y eso es lo que importa, olvídate de esos comentarios. Ellos no saben de lo que hablan. Estamos llegando, ahora sonriamos y seamos lindos.— Soltó una pequeña risa que al segundo el niño se contajeo de ella. Sonrío dulcemente ante esas risas.—

Apretó más al niño contra ella cuando empezó a pasar por algunas personas que la saludaban, falsamente tenía que aceptar esas sonrisas, cuando llegó a la mesa de la familia real, sonrió al verlos a todos reunidos.

—Lamentamos la tardanza, a alguien se le ocurrió ir a ver a vermax.— Las miradas cayeron en jace el cual soltó una risa llena de complicidad, Rhaenyra se levantó y besó tres veces la mejilla de su pequeño, ella y Alicent se vieron, con una sola mirada supo lo qué pasó. Eso la hizo suspirar y solo atinó a sentarse nuevamente.—