Capituló 7

311 39 4
                                    

"Cuando te tuve entre mis brazos
Supe que era el amor verdadero."


Cuando el sol empezaba a salir por las costas en una lejana habitación una dulce joven empezaba a abrir sus ojos cuando el reflejo del sol chocaba contra su rostro, sus párpados se movían tratando de adaptarse a la luz. Cuando por fin lo hizo soltó un pequeño quejido de dolor, llevó su mano a su vientre, ya recordó, su bebé ya había nacido. Miro a ambos lados en busca de su bebé, no había rastro de nadie, desesperada y levantó de la cama con todo el dolor del mundo, no hacía muchas horas que dio a luz su cuerpo estaba débil, abrió la puerta de sus aposentos y miró por ambos lados estaba vacío. Como pudo iba aferrándose a las paredes de piedra, siguió caminando por los pasillos de la fortaleza hasta llegar a una habitación donde logró oír pequeños halagos, abrió la puerta como pudo y ahora ella era el centro de atención.

—¡Alicent!— Una alarmada Rhaenyra se acercó rápidamente a ella regañando la por levantarse, Alicent no le prestó la mínima atención, su atención se fue al pequeño bulto que el rey tenía entre sus brazos, Deamon la miraba fijamente a punto de levantarse y llevarla a la habitación.—

—A-ah.. Aegon... ¿mi bebé?— Su mirada viajó a los presentes que se quedaron cayados, Alicent pensó lo peor y eso alarmó uno poco a los presentes que vieron como sus ojos se llenaban de lágrimas.—

—¡Ali no pienses mal! Madre lo tiene. El bebé no dejaba de llorar y— No logró no hablar cuando su amiga había salido corriendo, con algo de susto la siguió pensando en lo peor, estaba delicada por el embrazo, un recuerda que su madre tuvo un desgarro cuando se levantó después de dar a luz. No era la única que iba detrás, también su padre y tío le pisaban los talones.—

Caminaba con rapidez sintiendo su corazón bombeando ignorando los llamados de su esposo, antes de entrar tocó dos veces y se adentró, eso sobre salto a la reina la cual la miró con preocupación, pero después sonrió y le hizo una señal que se acercara, y eso hizo se acercó lo más
Rápido que pudo, Alicent juró quedar embobada, su hijos, su bebé era hermoso. Era claro que cuales genes eran más fuertes.

—Adelante, princesa. Toma a tu bebé.—

Solo bastó eso para que tomara a su bebé entre sus brazos, sintió un nudo en su garganta antes que las lágrimas se hicieran presentes. Su Aegon, su pedazo de alma, su pequeño bebé. Alicent admiraba la belleza de su hijo, el pequeño empezaba a abrir sus ojos y lo primero que vio fue a una chica que lo miraba con amor, era su mami. La joven pegó su frente con la de su hijo y empezó a susurrar palabras lindas. La puerta se abrió nuevamente, la reina alzó su mano negando cualquier palabra. Rhaenyra ya estaba a punto de llorar ante tan hermosa escena de madre e hijo. Las manos del pequeño príncipe se aferraban al camisón de su madre como si temiera que algo lo alejaran de ella.

—Príncipe Deamon, es mejor que los lleve a la habitación , necesitan pasar rímelo juntos.— El nombrado solo suspiro y como con cuidado la cintura de su esposa saliendo de ahí. Alicent no se dignó a mirarlo, parecía hipnotizada viendo a su hijo, su pecho se llenó de un calor, de amor. Al ver como su esposa no dejaba de repetir lo lindo y perfecto era su bebé. Al llegar a los aposentos que ambos compartían soltó su agarre y dejó que esta se sentara en la cama.—

—Aegon, Aegon. Dulce bebé de mamá.— Susurro apenas para ambos oyeran esas palabras. El niño frotó su nariz en el pecho de su madre tratando de buscar algo.—¿tienes hambre mi dulce príncipe?—

—Buscaré una nodriza.—

—No.— Miró rápidamente a su esposa la cual ya había descubierto uno de sus pechos amamantando a su hijo. Miro esa acción y solo suspiro con resignación, no lo negaría, su esposa se veía linda amamantado a su hijo.— ¿No crees que es hermoso? Todavía no creo que esta cosita allá salido de mi.—

The green FuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora