Conección prohibida.

capitulo 21

Narrador omnisciente.

Los recuerdos seguían deslizándose frente a ellos, cada imagen más oscura que la anterior. Patrick, Christopher, Antoni e Ilenko observaban en silencio, cada uno procesando lo que veía de manera distinta, pero todos marcados por el mismo impacto: la transformación de Lynx Malfoy.

Lynx estaba de pie en una sala oscura, su varita en mano. Frente a ella, varios muggles gritaban, aterrados, mientras intentaban escapar de su destino. Pero no había piedad en su mirada.

-Crucio. -Su voz resonó fría, casi monótona, como si el hechizo no significara nada para ella. Los muggles cayeron al suelo, retorciéndose de dolor. Uno tras otro, lanzó hechizos, sin inmutarse.

Patrick apretó los puños mientras observaba la escena. Su mandíbula estaba tensada, y sus ojos reflejaban una mezcla de pena y furia.

-¿Que demonios? -murmuró, casi para sí mismo.

-No puedes culparla. Es lo que hicieron de ella -respondió Antoni con tono cortante, pero había algo en su voz que delataba incomodidad.

Lynx terminó con los muggles y salió de la habitación, sus pasos resonando por el pasillo. Entonces, otra escena surgió. Bellatrix Lestrange estaba frente a ella, con su varita en alto, y su risa maníaca llenaba el aire.

-¿Crees que puedes superarme, niña? -se burló Bellatrix.

-No creo. Lo sé. -La respuesta fue tan afilada como la hoja de una espada.

La pelea comenzó, hechizos cruzando el aire en destellos de luz. Patrick sintió un nudo en el estómago cuando vio a Lynx enfrentarse a su tía. La crueldad y la locura estaban presentes en ambas, pero Lynx llevaba ventaja. Con un movimiento final, desarmó a Bellatrix, apuntando su varita hacia el cuello de la mujer mayor.

-Parece que tu vida se acabó, tía. -Lynx sonrió, pero era una sonrisa fría, desprovista de calidez.

-¡Sii! -gritó Patrick, incapaz de contenerse, aunque sabía que Lynx no podía escucharlo.

-Cálmate -gruñó Christopher, aunque sus ojos seguían fijos en la escena. Él no podía ignorar el leve temblor en su interior al ver a Lynx así.

La siguiente escena mostró a Lynx sentada en un trono de piedra oscura en la Mansión Riddle. Voldemort estaba frente a ella, con una corona en sus manos.

-Has demostrado ser digna de más, Lynx -dijo Voldemort, sus palabras llenas de una extraña reverencia-. Eres más que una alumna. Eres mi igual.

Lentamente, colocó la corona en la cabeza de Lynx, y sus labios rozaron el dorso de su mano en un gesto que hizo que Christopher frunciera el ceño.

-Es repugnante -murmuró Antoni.

-Es un maldito asqueroso -gruñó Ilenko, su voz cargada de odio.

Patrick, por su parte, no dijo nada. Sus ojos estaban fijos en Lynx, viendo cómo aceptaba ese título y esa corona. No podía dejar de pensar en la niña que había conocido, en la risa que ahora parecía un eco perdido en el tiempo.

-Lynx... ¿qué te hicieron? -susurró Patrick, con una mezcla de tristeza y amor en su voz.

La escena terminó, pero el silencio entre los cuatro hombres era ensordecedor. Nadie quiso ser el primero en hablar, porque lo que habían visto no podía ser ignorado. Lynx Malfoy no solo había cambiado; había sido destruida y reconstruida como un monstruo... uno que aún guardaba rastros de la niña que una vez fue.

Los recuerdos continuaban desarrollándose en el pensadero, y ellos estaban procesando cada fragmento del pasado de Lynx, cargado de sangre, miedo y sumisión.