La castaña ajustó la correa de su bolso Chanel con un gesto de impaciencia, observando a Lisa con una mezcla de desconcierto y arrogancia.
—Gracias por ayudarme... pero, ¿sabes dónde queda el restaurante L'Atelier Monoban? Estoy tarde para una reunión importante —dijo, sin molestarse en suavizar el tono.Lisa arqueó una ceja, divertida. Se metió las manos en los bolsillos, evaluando a la hermosa castaña frente a ella. Su porte impecable y la forma en que hablaba dejaban claro que estaba acostumbrada a obtener lo que quería, sin importar cómo.
—L'Atelier Monoban, ¿eh? —repitió con un toque de sarcasmo—. Claro que sé dónde queda. Pero, ¿Qué harás a cambio?La castaña lo miró como si acabara de escuchar una broma de mal gusto.
—¿A cambio? —rió, aunque su tono estaba cargado de incredulidad—. Supongo que un "gracias" debería ser suficiente, ¿no crees?Lisa sonrió, disfrutando de la reacción de la castaña.
—Ah, claro, gracias —respondió, con una burla implícita—. Está a unas cinco cuadras, pero el tráfico puede ser un desastre a esta hora. ¿Seguro que no necesitas que te lleve alguien?Ella se cruzó de brazos, frunciendo el ceño.
—No sabía que los guías turísticos daban servicio de taxi ahora.Lisa soltó una carcajada y dio un paso hacia ella, inclinándose un poco para reducir la distancia entre ambas.
—Bueno, resulta que soy multifacético. Por cierto, no me has dicho tu nombre.Jennie alzó la barbilla, evaluándola con esos ojos oscuros que parecían juzgar cada detalle.
—Jennie Kim. Modelo de Chanel. Pero, claro, no espero que sepas quién soy.—Oh, claro que no —respondió Lisa, su sonrisa creciendo—. Pero ahora que lo mencionas... tal vez deberías cuidarte de los guías turísticos. A veces también somos fotógrafos frustrados.
Jennie puso los ojos en blanco, pero sus mejillas adquirieron un leve tinte rosado.
—¿Sabes qué? Solo dime cómo llegar.Lisa se encogió de hombros y señaló hacia una dirección con despreocupación.
—Derecho por esa calle. No puedes perderte.Jennie le dio una mirada larga, como si intentara descifrar si estaba siendo completamente honesta, antes de girarse para marcharse. Lisa la observó alejarse, todavía con esa sonrisa divertida en su rostro.
Jennie caminaba con paso decidido, aunque en su mente seguía resonando el tono burlón de aquel extraño. Había algo en esa sonrisa y en su actitud que la hacía hervir por dentro, pero también la intrigaba. ¿Por qué estoy pensando en eso? Concéntrate, Jennie.
Sin embargo, después de unos minutos de caminar, notó que algo no cuadraba. Las calles eran cada vez más tranquilas y el ruido del tráfico había desaparecido. Miró a su alrededor y frunció el ceño: no había rastro de ningún restaurante.
—Esto no puede ser... —murmuró, sacando su teléfono para revisar el mapa. Pero antes de que pudiera abrir la aplicación, una risa familiar llegó a sus oídos.
Se giró bruscamente y allí estaba Lisa, apoyada despreocupadamente contra un poste, con los brazos cruzados y una sonrisa triunfante en su rostro.
—¿Perdida otra vez?Jennie entrecerró los ojos, su molestia evidente.
—¿Qué estás haciendo aquí?Lisa dio un par de pasos hacia ella, como si no tuviera ninguna prisa en responder.
—Solo disfrutando del día. Aunque parece que tú también decidiste cambiar de planes.—¿Cambiar de planes? —Jennie lo miró incrédula—. ¡Tú me diste la dirección equivocada!
Lisa levantó las manos en un gesto inocente, aunque su sonrisa seguía intacta.
—¿Equivocada? Claro que no. Dije que era un lugar bonito, y mira a tu alrededor.
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Marry me?
FanfictionLalisa Monoban vive atrapada en una mentira que la ha consumido por años: ser Leo, el hijo muerto de su familia. Obligada por las expectativas de sus abuelos y la presión de su padre, ha perfeccionado su papel hasta convertirse en el rostro de la fa...