"TOO LATE"

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Tu trabajo como investigadora para la CIA te había llevado ese día a un antiguo bar situado en el centro de Londres. No sabías si lo encontrarías allí, pero habías escuchado que ese era uno de sus sitios favoritos para pasar los viernes por la noche, así que entraste te pediste una copa, y te sentaste disimuladamente en una de las mesas de la parte trasera, de las que estaban pegadas a la pared, y esperaste.

Sabías cómo era físicamente debido a los informes del departamento mutante, así que sería fácil reconocerlo. Le diste otro trago a tu bebida, cuando de pronto un par de voces hombres se levantaron para saludar a una tercera que entraba por la puerta. En cuánto se apartaron pudiste ver quién era.

Charles Xavier, ataviado con unos pantalones negros de traje, chaleco del mismo color y una camisa blanca, entró en el local. Les sonrió a los que le habían saludado y se sentó en la barra para pedir una cerveza. Trataste de mantener la profesionalidad, te recordaste que tenías que acercarte a el, hablar con el para recabar pruebas sobre su conducta, y así hacerle saber a la CIA que no era un hombre peligroso.

Tragaste saliva con fuerza al ver como se pasaba la mano por el pelo para echárselo hacia atrás. Sostuviste con más fuerza el vaso, tus pensamientos iban a toda velocidad mientras tenías la mirada puesta en el.

Por supuesto el se dio cuenta. Se giró lentamente hasta donde estabas, pero tu fijaste la mirada en tu vaso, para intentar disimular. El esbozó una sonrisa de medio lado, antes de darle un trago a su bebida.

Al instante pensaste que no iba a haber manera humana de que pudieras entablar una conversación seria con el sin sonrojarte hasta la raíz del pelo. Era demasiado atractivo, tu TDAH estaba a punto de hacer que tu cuerpo colapsara debido a todo lo que tenías que procesar, pero te mantuviste fuerte. Inspiraste hondo y te levantaste con piernas temblorosas para acercarte a el.

Te sentaste en la silla a su lado delicadamente. El se giró para mirarte. Para ser totalmente sincero consigo mismo le habías llamado la atención desde que había entrado en el bar. Se preguntaba cómo alguien como tú estaba en un sitio como aquel. Te observó un momento cuidadosamente, antes de que tu hablaras.

-Profesor –dijiste- le estaba buscando

-Vaya, eso no es algo que oiga todos los días –esbozó una sonrisa coqueta- y menos viniendo de alguien como usted –te sostuvo la mirada unos instantes antes- ¿Puedo saber porqué me buscaba?

Te lo preguntó por educación, pero realmente ya lo sabía. Tus pensamientos profesionales se proyectaban hacia el con fuerza, al igual que los que habías tenido hacia su persona anteriormente.

-Trabajo para la CIA –respondiste- me han enviado en una misión de reconocimiento

-De reconocimiento –repitió el esbozando una sonrisa divertida, a la par que le daba otro trago a su jarra de cerveza- ¿Y qué es lo que tenía que reconocer?

-A usted –confesaste, se suponía que no debías decírselo, pero tu boca simplemente escupió lo que tenías en la mente- quieren asegurarse de que no es usted un peligro para la sociedad ni para usted mismo –explicaste-

-Ya veo –murmuró el- entonces me temo que su misión ha terminado antes de lo esperado –se giró hacia ti, sus piernas rozaron las tuyas, lo que hizo que un escalofrío recorriera tu cuerpo- no supongo ningún peligro, así que puede volver a encargarse de otros asuntos –sonrió- seguro que la CIA tienes mejores cosas que hacer que vigilar a un mutante como yo

-Puede que mis compañeros tengan otras cosas que hacer –dijiste- pero como empleada del departamento para mutantes, este es mi trabajo, profesor –respondiste esbozando una sonrisilla divertida, a la par que extendías la mano hacia el- Sira Green

-Charles Xavier –se presentó estrechándosela, sentiste un breve momento de electricidad estática cuando tus dedos se rozaron- aunque eso ya lo sabías

-Si, lo sabía –murmuraste-

-Sé que lo sabía –sonrió el- al igual que se que su bebida se ha terminado y que está pensando en cómo es posible que mis ojos sean de un azul tan claro –

Confesó haciendo que te sonrojases violentamente. Lo cierto era que no sabías dónde meterte, estabas muerta de vergüenza. Mientras tanto Charles simplemente te observaba con una sonrisilla divertida en sus rosados labios.

"Tengo que dejar de pensar en su boca, en sus labios ¡En el en general, antes de que me oiga!"

-Demasiado tarde –rio el al escuchar la lucha mental que estabas llevando a cabo contra ti misma- podría enseñarte a hacer que tus pensamientos tengan un volumen más bajo –sonrió- así ningún otro telépata podría escucharlos

-¿Ni siquiera tú? –cuestionaste, el negó con la cabeza-

-Yo tengo la mente más poderosa del mundo –ladeó la cabeza divertido- no es por fardar ni nada de eso, pero yo simplemente podría entrar en tu mente y localizar el origen de dicho pensamiento para escucharlo al volumen que quisiera tantas veces como quisiera –se encogió de hombro- no es por fardar ni nada de eso

-Te creo –dijiste el negó con la cabeza-

-No es verdad –aseguró mirándote con firmeza- ¿Cuánto tiempo dura tu misión?

-Una semana –dijiste, el asintió-

-Puedes aprender muchas cosas en una semana, cariño –dijo a la par que dejaba un par de billetes sobre la barra, se levantó e hizo un gesto con la cabeza hacia la salida- sígueme, no hay tiempo que perder

One Shots : Marvel (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora