Kevin Castaño.

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| 25 de octubre, 2023
| Medellín, Colombia – 4:10PM |

Habitación de concentración

El celular vibró una vez más sobre la mesa. Yo seguía sin poder creer lo que había leído hace unos minutos. El grupo del equipo estaba lleno de mensajes, y mi nombre aparecía en más de la mitad. ¿Qué hiciste, Laura?Esa frase daba vueltas en mi cabeza como una maldita campana. 

No podía apartar los ojos del mensaje que alguien había mandado al grupo. Una captura de pantalla del bendito audio, acompañado de una descripción cargada de veneno: 

Claro que buscan ganar, si juegan todos con el mismo balón ¿Mismas tácticas?

Mis manos temblaban. Mi nombre estaba ahí, asociado a un lío en el que no tenía ni idea de cómo había acabado metido. Y Laura… Ella, supuestamente mi mejor amiga de toda la vida, estaba en el centro de todo. ¿Por qué? ¿Por qué carajos? ¿Jugo conmigo?

Me levanté de la cama de golpe, sin saber si quería golpear algo o salir corriendo. Richard había estado muy raro últimamente, y ahora esto… Era obvio lo que pasaba. Ese malnacido se estaba metiendo con Laura. ¿Y ella? ¿Qué? ¿Se lo permitía?

— No, esto no puede quedar así. — Dije en voz baja, mientras salía al pasillo sin pensar. 

Caminé directo hacia la habitación de Richard. Mi cabeza hervía de rabia. Ya había bastado con las miradas y comentarios, pero ahora había pruebas. Pruebas, carajo. No podía dejarlo pasar. 

Toqué la puerta dos veces, pero no esperé respuesta. La abrí de un golpe. 

— ¿Qué putas pasa contigo, Richard? — solté, con la voz cargada de furia. 

Él estaba sentado en la cama, con una actitud serena qué me emputo más.

— Uy, ¿qué tal vos? — dijo, levantándose lentamente. — ¿Qué pasa, Kev? ¿Te enteraste? 

— ¿Me enteré? — repetí, sintiendo cómo la rabia se desbordaba. — ¡Me duele que seas tan perro, malparido! ¿Qué necesidad tenés de jugar con Laura así? 

Richard se cruzó de brazos, como si disfrutara de verme explotar. 

— ¿Jugar? — respondió, examinadome de arriba hacia abajo. — El único que se está haciendo ilusiones aquí sos vos. ¿O qué? ¿Pensaste que Lau iba a quedarse contigo para siempre? 

Su tono me hizo perder la cabeza. Sin pensarlo, lo empujé contra la pared. 

— ¡Decime qué hiciste, hijueputa! — grité. — ¿Le estás metiendo mierda para que me deje a un lado? ¿O qué es lo que querés? ¿Fuiste tu el malparido que subió ese audio? Porque te veo muy calmado, hijueputa.

Richard me apartó de un empujón, pero yo no me moví ni un centímetro, su tono de voz cambió a algo más serio.

— ¿Yo? — dijo, con una risa sarcástica. — Kevin, no necesito meterle nada. Vos solito te enterraste al no dar el siguiente paso con ella, no subí nada no tengo necesidad de nada de este show.

— ¡Callate! — grité, y antes de darme cuenta, mi puño ya había volado hacia su rostro. 

Richard retrocedió, llevándose una mano a la mandíbula, pero en lugar de enfadarse, sonrió. 

— ¿Eso es todo? — provocó, avanzando hacia mí. — ¿De verdad creés que podés ganarle a esto con golpes?  Estas viendo todo desde tu realidad trastornada, peleas solo papi.

No sé cuánto tiempo estuvimos ahí, gritándonos, empujándonos como dos niños de colegio. En algún momento, otros compañeros llegaron a separarnos. Aún respirando agitado, no podía dejar de mirarlo con odio. 

— Vos no la merecés. — le escupí, con el corazón en la garganta. 

Richard me devolvió la mirada, ahora sin la sonrisa. 

— Tal vez no. — respondió, ajustándose la camiseta. — Pero parece que ella tampoco está tan segura de que vos sí.  Además ella elige lo que mejor le parezca, no es mi decisión o la tuya. Idiota.

Esas palabras me dejaron helado. Richard salió de la habitación, dejándome ahí, con el pecho apretado y la cabeza hecha un caos. ¿Qué quería decir con eso? ¿Laura realmente...?**

Sentí un vacío en el estómago. Había perdido más que un partido; parecía que estaba perdiendo a mi mejor amiga aunque para mi era mas qué eso a este punto. ¿Y ahora qué se supone que haga?

— Soltame, malparido. — le grite al que sea que me estuviera comiendo de la camisa.

Salí alterado del lugar rumbo a su habitación, porqué quería saber su respuesta nunca fue un si, pero tampoco un no otra mi. Pero ¿Había necesidad de expresarse así de mi?

— Oh. Kevincito, mor. Vi lo sucedido y volé hacia aquí no preguntaré lo evidente. — Escuche la voz femenina y me detuvo buscando con mis ojos.

— Nicole, déjame. No es momento. — Murmuré con mi mandíbula apretada por el mal genio que me consumía.

— Estas muy alterado, puedo ayudar, creo que me necesitas más que al que iba a ver. — dijo con un tono de ironía mientras se acercaba y me ponía una mano en el hombro sonriéndome.

***
Maybe I'm too emotional
Your apathy is like a wound in salt
Maybe I'm too emotional
Or maybe you never cared at all
By: Good 4 u • Olivia Rodrigo.



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Un plus ¿deberíamos creer esta versión?

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