Capítulo 164: El Rey Oscuro Rayleigh

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El archipiélago Sabaody era un refugio para los talentos ocultos. Muchas figuras poderosas de la primera mitad de Grand Line pasaron por allí, y la mezcla de belleza natural y anarquía de la isla la convertía en un lugar ideal para pasar desapercibido.


Liderado por uno de sus compañeros de tripulación, Noir llegó a un edificio opulento. El rostro del compañero de tripulación era sombrío. "Está ahí. Parece que lo capturaron"


Puff levantó la vista, sus rasgos de hombre-pez se oscurecieron. "¿No es esta la casa de subastas de esclavos?"


Noir se cruzó de brazos, con una mueca de desprecio en los labios. "¿En mi isla? ¿Alguien hizo esto?"


Desde la llegada de Noir a Sabaody, aunque no lo había prohibido explícitamente, las casas de subastas de esclavos habían cerrado sabiamente sus puertas.


Los clientes de estos establecimientos eran típicamente dragones celestiales, y las casas de subastas sabían lo que Noir les había hecho...


Nadie traicionaba a los Piratas del Inframundo en esta isla.


Sin embargo, allí estaban, alguien llevando a cabo descaradamente una subasta de esclavos.


¡Esto era un punto de inflexión para todos los miembros de los Piratas del Inframundo!


Puff bajó la cabeza, su rostro normalmente amable lleno de ira. Preguntó en voz baja: "Capitán, ¿qué deberíamos...?"


Los ojos de Noir se entrecerraron. "Si quieren abrir sus puertas, significa que están dispuestos a pagar el precio"


"No pretendamos ser santos. ¡Destruyamos!"


Puff asintió con entusiasmo, con un brillo cruel en sus ojos. Se dio la vuelta y aplaudió con fuerza.


Los Piratas del Inframundo entraron en acción. Nylph, su experto residente en demoliciones, dio un paso adelante y golpeó con el puño la gran entrada.


Las puertas aparentemente resistentes y lacadas en rojo se astillaron bajo la fuerza de su golpe, y los fragmentos de madera explotaron hacia adentro. La onda expansiva recorrió el salón principal de la casa de subastas.


Dentro, un escenario muy iluminado contenía una gran jaula de hierro que contenía niños de varias edades y razas, tanto humanos como hombres-pez.


Al otro lado del escenario, el subastador, que momentos antes había estado describiendo con entusiasmo la mercancía, ahora yacía paralizado en el suelo, señalando con un dedo tembloroso la entrada y tartamudeando:


"¡Devil Noir!"


Entre los muebles volcados y los invitados en pánico, hombres y mujeres ricos se agitaban aterrorizados, sus rostros palidecían ante la mención del nombre de Noir.


Todos eran nobles que disfrutaban de tener esclavos, pero desde que llegaron a Sabaody, no habían podido comprar ninguno debido a la presencia de Noir.

One Piece: ¡Sistema de copia de talentos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora