Capítulo 154: Recompensas, Ojos hechizantes

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Treinta y siete dragones celestiales...


Los labios rojos de Hancock se entreabrieron levemente mientras miraba a Noir, estupefacta por su audaz afirmación.


Debía estar fanfarroneando. ¿Secuestrar a treinta y siete dragones celestiales y vivir para contarlo?


La expresión de Hancock se volvió fría. Noir, percibiendo su incredulidad, se encogió de hombros. "Es comprensible que no me creas"


Tal afirmación sonaría absurda para cualquier persona sensata.


Con tiempo de sobra, Noir hizo un gesto a su tripulación para que trajeran té y explicó con calma los acontecimientos que habían sucedido.


No era un secreto, después de todo. Solo los ciudadanos y los cobardes lo trataban como un tabú.


Mientras Noir relataba sus hazañas en Mariejois, la expresión de Hancock pasó de la indiferencia a la fascinación y, finalmente, al asombro absoluto.


Devil Noir había replicado la legendaria hazaña de Fisher Tiger, liberando a una parte importante de los esclavos de Mariejois.


No, en cierto modo, las acciones de Noir superaron incluso a las de Tiger.


Mariejois no era la misma que había sido años atrás. Sus defensas eran mucho más fuertes, los refuerzos mucho más rápidos. No era algo que se pudiera lograr mediante pura fuerza bruta y furia justificada.


Sin embargo, Noir había escapado. Había escapado de dos almirantes. Ni siquiera la propia Hancock podría haberlo logrado.


Devil Noir... es poderoso, pensó Hancock, asombrada por su fuerza.


Noir, sin embargo, sintió una punzada de vergüenza. Sobrevivir a una confrontación con dos almirantes no era fácil, pero Kizaru apenas había movido un dedo, y los poderes de Aokiji fueron contrarrestados por su Amaterasu.


Incluso entonces, su escape había sido una experiencia desgarradora. Esos protagonistas superpoderosos de las historias de isekai probablemente se reirían de él...


Hancock miró a Puff, que estaba de pie junto a Noir, y preguntó vacilante: "Entonces, él... ¿y el resto de tu tripulación también son...?"


Noir asintió, admitiendo fácilmente la verdad. "Sí, alguna vez fueron esclavos. Pero ahora, dejaron atrás su pasado y se pusieron bajo mi protección"


El cuerpo de Hancock tembló involuntariamente ante la palabra "esclavos".


Era la palabra que ella y sus hermanas más odiaban, un recordatorio constante de su trauma pasado. La idea misma de la esclavitud se había convertido en un miedo profundo, una herida que no sanaba.


Noir, notando la reacción de Hancock, preguntó con preocupación: "¿Estás bien?"


One Piece: ¡Sistema de copia de talentos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora