One Piece: ¡Sistema de copia de talentos!

Capítulo 157: ¡Borrando su cicatriz! La rivalidad entre Robin y Hancock

La Pezuña del Dragón Volador era una marca grabada a fuego en la carne de los esclavos por los Dragones Celestiales. Esta marca de vergüenza era increíblemente difícil de eliminar.

Incluso si se les quitaba la piel, la marca permanecía, grabada profundamente en el hueso.

Todas las personas que Noir había rescatado de Mariejois llevaban la Pezuña del Dragón Volador, un recordatorio constante de su pasado humillante.

Noir se negó a dejar que llevaran esta carga por el resto de sus vidas, incluso si eso significaba ocultar las marcas. Buscó una forma de borrarlas por completo.

Con las cicatrices desaparecidas y una figura poderosa que les ofrecía protección, los esclavos liberados se habían recuperado notablemente bien. Su ánimo estaba alto y no había señales externas de su antigua esclavitud.

Hancock observó a los individuos que pasaban, con una mirada de incredulidad en su rostro. No era posible que todos y cada uno de ellos tuvieran la marca oculta.

"No hay ninguna marca. ¿Por qué?"

Hancock se perdió momentáneamente en sus pensamientos.

Noir, notando su expresión, explicó: "He borrado las marcas en sus cuerpos"

La cabeza de Hancock se giró hacia él, su voz estaba cargada con un dejo de emoción. "¿Puedes eliminar por completo la Pezuña del Dragón Volador?"

Noir sonrió y asintió. "Es una especie de cirugía estética, una técnica de curación. Bastante útil"

Mientras hablaba, Noir sintió que sus brazos de repente eran agarrados. El rostro cautivador de Hancock estaba a centímetros del suyo, su voz urgente.

"¿Puedes ayudarme? Yo también..."

Se detuvo abruptamente, la alegría inicial reemplazada por una compleja mezcla de emociones."Yo también..."

Hancock apretó su agarre en sus brazos. Noir, entendiendo su súplica tácita, colocó suavemente una mano sobre su cabello liso.

Hmm... se siente como acariciar a un gato grande.

Le acarició la cabeza suavemente. "Entiendo. ¿Te ayudo?"

Hancock tembló, sus ojos abiertos con incredulidad.

¿Él entiende? ¿Se dio cuenta de que yo también era una esclava?

"Perdóname, Boa"

Noir abrazó suavemente a Hancock. Su suave cuerpo se sentía como un gatito cálido en sus brazos, lo que lo hacía reacio a soltarla.

Hancock jadeó, a punto de darle una patada rápida, cuando una ola de calor recorrió su espalda. Una extraña energía fluyó de la mano de Noir hacia su cuerpo.