Capítulo 100: ¡Enel contra los dragones celestiales!

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La furiosa maldición de Enel resonó en voz alta, llegando a los oídos de todos al instante. Los espectadores se quedaron estupefactos, ¿ese tipo de orejas largas realmente estaba maldiciendo a un Dragón Celestial? ¿Tenía un deseo de muerte?


Saint Charlos, aturdido como si estuviera aturdido, rugió incrédulo: "¿Cómo te atreves a insultarme? ¡Soy el más noble de los Dragones Celestiales!"


"¡Tu supuesta nobleza puede irse al infierno!"


En un instante, Enel fue rodeado por relámpagos crepitantes. Con un estruendo atronador, destrozó la pared del restaurante y cargó contra el obeso Saint Charlos.


Presa del pánico, Charlos disparó varios tiros con desesperación. Enel los ignoró a todos, su mirada feroz mientras transformaba su mano en una espada, el sonido de un relámpago crepitante resonó en el aire.


Aprovechando lo que había aprendido de Noir, [Chidori], la mano de Enel, ahora una afilada lanza de electricidad, atravesó fácilmente la carne. La sangre carmesí salpicó, tiñendo instantáneamente la mitad de su rostro.


Pero el que Enel había atravesado no era San Charlos; era el esclavo que el padre de Charlos había estado guiando con una cadena.


El esclavo, al ver a Enel cargando, saltó reflexivamente, colocándose entre Charlos y el ataque. En esa fracción de segundo, aunque Enel dudó, finalmente siguió adelante.


Sacando su brazo empapado en sangre, Enel miró impasible al hombre que ahora estaba arrodillado a sus pies.


Los labios del hombre se movieron ligeramente, una voz débil, casi inaudible llegó a los oídos de Enel: "Mi hija... está en sus manos... lo siento..."


"... Gracias..."


El pecho del esclavo estalló, un agujero enorme donde solía estar su corazón. Con los ojos bien abiertos, murió a los pies de Enel.


Al recordar los murmullos del hombre y la mirada de alivio en sus ojos mientras la muerte se acercaba, Enel sintió una extraña irritación brotando dentro de él.


Cuando las personas son asesinadas, intimidadas y torturadas, deberían estar enojadas, ¡deberían buscar venganza!


Pero esa expresión cobarde, ¿qué se suponía que era eso?


El comportamiento del esclavo de alguna manera le recordó a Enel ciertas experiencias de su pasado, y el aura que emanaba de él cambió por completo.


Si el aura inicial de Enel era de vanidad y orgullo, ¡ahora fue reemplazada por una intención asesina pura y sin adulterar!


Su mirada hacia San Charlos ahora era una que lo veía como un hombre muerto.


Charlos, abrumado por la feroz intención asesina, se desplomó en el suelo, pero aún así gritó obstinadamente: "¿Tienes la intención de matarme?"

One Piece: ¡Sistema de copia de talentos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora