Un grito extraño atravesó el aire, aturdiendo momentáneamente a los atareados guardias.
Al oír la conmoción, varios Dragones Celestiales salieron de sus residencias. Al ver el rostro de Noir, sus expresiones se transformaron en máscaras de terror.
Ese hombre detestable... el enemigo de Dios... ¡el Asesino de Dioses!
Ninguno de los Dragones Celestiales olvidaría jamás esa noche de furiosas llamas negras, la noche en que Noir, solo, había trazado un camino de destrucción a través de la prisión de esclavos.
Más importante aún, había secuestrado a más de treinta nobles y, a la vista de todos, había ejecutado a uno de ellos.
El horrible infierno quedó grabado a fuego en sus recuerdos. Algunos Dragones Celestiales se derrumbaron aterrorizados, luchando por escapar.
Noir, con la Espada del Diablo en la mano, le dijo a Blueno: "Prepara la ruta de escape. Voy a darles un pequeño regalo de despedida"
Blueno, con una mueca, comenzó a crear una Puerta de Aire, resignado a su papel de conductor de la huida.
Debido a la gran distancia, el portal se abrió lentamente, lo que le dio a Noir tiempo suficiente para causar estragos.
Saltó de la torre y cargó hacia la concentración más densa de personas como un semental salvaje desatado.
La última vez, se vio obstaculizado por la necesidad de proteger a su tripulación. Hoy, estaba aliviado.
La enorme sombra debajo de él se estiró y se expandió, atrapando a un gran grupo de guardias.
Las sombras se retorcieron y un crujido repugnante resonó cuando los cuellos de los atrapados en su agarre se rompieron.
Este era el poder de su Fruta del Diablo Paramecia, la "regla" de las sombras. Las sombras imitaban sus movimientos. Pero lo inverso también era cierto; manipular las sombras podía controlar los movimientos de aquellos conectados a ellas.
Incluso los edificios atrapados en las sombras comenzaron a desmoronarse y colapsar. Varios Dragones Celestiales se acurrucaron en las esquinas, temblando de miedo.
Noir, que sujetaba un bulto envuelto, sonrió siniestramente mientras más guardias se acercaban a él.
Una ola roja de Haki del Conquistador surgió de él, inundando el campo de batalla. Incontables guardias se desplomaron, inconscientes.
"Hum hum hum..."
Noir tarareó una melodía alegre mientras caminaba entre los cuerpos caídos. Luego levantó su espada con una sonrisa juguetona, atravesando la puerta de un edificio cercano.
Dentro, varios Dragones Celestiales de ojos saltones lo miraban con absoluto terror.
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One Piece: ¡Sistema de copia de talentos!
AventuraEn el vasto y peligroso mundo de One Piece, donde los mares están llenos de piratas, marinos y misterios incalculables, un joven recibe una segunda oportunidad en la vida. Reencarnado en este universo fantástico, descubre que posee un "Sistema de co...