One Piece: ¡Sistema de copia de talentos!

Capítulo 40: La línea roja/Red Line

Noir persiguió a Ace, quien se escapó.

Ace bromeó, "Atrápame si puedes~" y se rió con una risita de niña que sonó como una campanilla.

Noir estaba empapado en sudor frío, sintiéndose tan avergonzado que deseaba poder cavar un hoyo en el suelo y esconderse.

¿Cómo podría no sentirse avergonzado de actuar así?

Pero no hubo elección. Al menos era una buena excusa para alejarse de los Marines...Si lo creyeran...

En medio de la lluvia, el sonido de pasos y gritos se hizo más fuerte a medida que la gente comenzaba a reunirse.

Se acercó una gran oleada de marines.

Gotas de lluvia frías cayeron sobre el rostro de Noir, manteniéndolo alerta.

Aunque siempre pensó en traicionar a Ace, no estaría feliz si Ace terminara como en la historia original.

Después de pasar tanto tiempo juntos uno se encariñaba, incluso con un perro, ¿verdad?

El viento en la calle se hizo más frío y, a medida que aumentaba la lluvia, la gente del pueblo se retiraba a sus casas para mantenerse calientes.

Pero el celo del Marine por atrapar criminales no disminuyó; sólo se hizo más fuerte.

Los marines continuaron persiguiendo a Ace, y su número crecía, con Smoker a la cabeza.

Smoker voló hacia arriba, impulsado por el humo bajo sus pies, pareciendo un mono montado en una nube.

Volando junto a Noir, Smoker lo miró dubitativo y dijo: "¿Ni siquiera puedes seguir el ritmo?"

Noir mintió sin perder el ritmo, "Oh, bueno, me he sentido un poco débil últimamente..."

Smoker le dirigió una mirada molesta, poco impresionado por su excusa.

La persecución continuó y ambos grupos estaban a punto de abandonar la ciudad.

Con el poder de Flame Fruit, a Ace le resultó fácil defenderse de sus perseguidores.

Smoker, por otro lado, tuvo que proteger a sus subordinados de los ataques de Ace, lo que lo frenó.

Sin mencionar que Noir se estaba conteniendo deliberadamente...

Mientras tanto, el nuevo barco de Ace, el Spade, esperaba en la orilla.

Sentada en el barco estaba Mihar, que acababa de llegar del barco de Noir.

Incluso desde una distancia donde Ace y su grupo apenas eran visibles, Mihar levantó su arma con confianza.