**Capítulo 4: Nuevas Perspectivas**
Kara se sintió orgullosa al escuchar las palabras de Lena, que resonaban en su mente como un eco de validación. A medida que todos tomaban asiento en la mesa, el ambiente se tornó más relajado. Las luces tenues del restaurante y el murmullo de las conversaciones creaban un ambiente acogedor, perfecto para celebrar el final de un emocionante primer día.
—Así que, ¿qué sigue para ti, Kara? —preguntó Luthor, inclinándose hacia adelante con una expresión curiosa—. ¿Tienes planes para el futuro?
Kara pensó un momento, sintiendo el peso de la pregunta. Había soñado con ser cirujana desde que era niña, pero ahora, con la experiencia del primer día latente en su mente, sentía que su visión se ampliaba.
—Quiero especializarme en cirugía pediátrica. Pero, honestamente, me gustaría explorar un poco más antes de decidir. Hay tantas áreas que me interesan —respondió, sintiendo que el entusiasmo brotaba dentro de ella.
Lena levantó una ceja, interesada.
—La cirugía pediátrica es un campo desafiante y gratificante. Pero recuerden, no se limiten a una sola especialidad demasiado pronto. A veces, las experiencias inesperadas pueden abrir nuevas puertas —dijo, mirando a todos con una sabiduría que solo la experiencia podía otorgar.
Kara asintió, pensando en las posibilidades. Mientras el grupo comenzaba a pedir su cena, el ambiente se llenó de risas y anécdotas. Win, que había estado escuchando, se unió a la conversación.
—Kara, si sigues así, podrías terminar siendo la residente más famosa de nuestro grupo. Imagínate, "Kara Danvers, la médica que salvó vidas y rompió corazones" —bromeó, guiñándole un ojo.
Kara soltó una risa, sintiéndose un poco más cómoda en la mesa.
—No estoy aquí para romper corazones, solo para salvar vidas —respondió, sonriendo.
Mientras la cena avanzaba, Kara se dio cuenta de lo importante que era crear lazos con sus colegas. Cada uno compartía sus propias historias, desafíos y sueños, y el sentido de camaradería crecía entre ellos.
Después de un par de platos, Luthor propuso un brindis.
—Por los nuevos comienzos y las nuevas amistades. ¡Y, por supuesto, por Kara, que ya ha demostrado ser una estrella en ascenso!
Todos levantaron sus copas, incluida Lena, que sonreía con satisfacción.
—¡Por Kara! —gritaron al unísono.
Kara sintió que una ola de calidez la envolvía. Era un momento especial, y se dio cuenta de que había encontrado no solo un lugar en el hospital, sino también un grupo de apoyo en su viaje médico.
—Gracias a todos. Estoy emocionada de estar aquí y de aprender de cada uno de ustedes. Espero que podamos ayudarnos mutuamente a lo largo del camino —dijo Kara, levantando su copa.
A medida que continuaban la noche, la conversación se tornó más ligera, y las risas fluyeron sin esfuerzo. Kara se sintió más en sintonía con sus compañeros, lo que hizo que la idea de enfrentar los desafíos del hospital fuera menos intimidante.
Al final de la cena, mientras el grupo se preparaba para salir, Lena se acercó a Kara nuevamente.
—Kara, una última cosa —dijo, con un tono más serio—. Recuerda lo que hablamos sobre la observación y la intuición. Utiliza esas habilidades, pero también mantén la mente abierta. A veces, la medicina te lleva por caminos inesperados.
Kara asintió, sintiéndose agradecida por el consejo.
—Lo haré, doctora. Gracias por su apoyo.
Mientras salían del restaurante, la brisa fresca de la noche acarició sus rostros. La ciudad vibraba con vida, y Kara sintió que todo era posible.
