**Capítulo 8: La Resolución**
Kara se sentía llena de energía mientras salía de la sala de conferencias. El éxito de la reunión había reforzado su confianza y la conexión que había empezado a formar con Lena le daba una chispa de emoción que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que estaban a punto de enfrentar el desafío de ayudar al niño de 9 años, y eso la llenaba de determinación.
Mientras caminaba por los pasillos del hospital, se encontró con Joseph y Lena, que discutían animadamente sobre los próximos pasos para el tratamiento del paciente.
—Creo que deberíamos asegurarnos de que el niño reciba el apoyo psicológico adecuado antes de que se inicie cualquier tratamiento físico —sugirió Joseph, cruzando los brazos mientras hablaba.
Lena asintió, su mirada centrada en su hermano.
—Tienes razón, Joseph. La salud mental es tan crucial como la salud física en un caso como este. Necesitamos que el niño y su familia se sientan seguros y comprendidos durante todo el proceso —respondió Lena, su tono firme.
Kara se acercó a ellos, sintiendo que la conversación era relevante para lo que habían aprendido en la reunión anterior.
—Me gustaría hablar con la familia del niño antes de iniciar el tratamiento, para asegurarme de que comprendan todo lo que está sucediendo y para que podamos abordar cualquier pregunta o preocupación que tengan —dijo Kara, con entusiasmo.
Lena sonrió, claramente impresionada por la iniciativa de Kara.
—Esa es una excelente idea, Kara. Tu capacidad para conectar con los pacientes y sus familias es una de tus grandes fortalezas. Vamos a hacerlo —dijo, dándole un ligero toque en el brazo.
Joseph miró a Kara, su expresión seria, pero con un destello de admiración en sus ojos.
—Es importante que el niño sepa que no está solo en esto. Te felicito por tu enfoque, Kara. Estoy seguro de que podrás hacer que se sienta más cómodo —dijo, antes de dirigirse a Lena—. ¿Podemos programar una reunión con la familia para mañana?
—Claro, haremos que eso ocurra. Quiero que todos estén al tanto del plan. La comunicación es clave en estos casos —respondió Lena, mientras se ajustaba el cabello detrás de la oreja, una señal de que estaba lista para el siguiente paso.
Kara sentía que la colaboración entre el equipo estaba floreciendo. Habían pasado de ser simples colegas a convertirse en un grupo unido por un propósito común: ayudar al niño y a su familia. Era una sensación gratificante que la impulsaba a seguir adelante.
A medida que avanzaba el día, el equipo trabajó incansablemente para establecer un plan de tratamiento que incluía consultas con especialistas, un enfoque en la salud mental y un seguimiento constante para asegurarse de que el niño estuviera recibiendo la atención adecuada en todos los niveles.
Finalmente, llegó el momento de reunirse con la familia del niño. Kara se sintió un poco nerviosa, pero sabía que era una parte fundamental de su papel como médica. Se reunió con Lena y Joseph antes de la reunión, asegurándose de que todos estuvieran en la misma página.
—Recuerden, nuestro objetivo es que la familia se sienta apoyada y comprendida. No solo les estamos presentando un diagnóstico, sino también un plan de acción —dijo Kara, sintiendo que su entusiasmo era contagioso.
Lena asintió, mirando a Kara con orgullo.
—Tienes una gran comprensión de lo que esto significa, Kara. Estoy segura de que harás un gran trabajo —respondió, dándole una sonrisa alentadora.