**Capítulo 2: Primer Día en el Hospital**
Con la celebración de graduación aún resonando en sus mentes, Kara y Alex se preparaban para su primer día en el Nacional Residen Hospital. Mientras Kara se sentía emocionada pero nerviosa, Alex se mostraba más segura, habiendo transitado por este camino años atrás.
Esa mañana, Kara se levantó temprano, revisando una vez más su uniforme y asegurándose de tener todo lo necesario en su bolso. Sentía una mezcla de ansiedad y anticipación mientras se miraba al espejo, ajustando su bata blanca con cuidado.
—Tranquila, Kara —se dijo a sí misma, respirando profundamente—. Vas a estar bien. Solo recuerda todo lo que has aprendido.
En la cocina, Alex ya estaba lista, tomando un rápido desayuno mientras revisaba algunos expedientes.
—Buenos días, dormilona —bromeó Alex al ver a Kara entrar—. ¿Lista para tu primer día?
Kara asintió, aunque no pudo ocultar del todo su nerviosismo.
—Creo que sí. Pero aún me siento un poco abrumada. ¿Y si olvido algo importante? ¿Y si cometo un error?
Alex se levantó y le dio un cariñoso apretón en el hombro.
—Oye, tranquila. Todos nos hemos sentido así alguna vez. Pero recuerda, eres una de las mejores de tu clase. Vas a estar bien.
Kara sonrió, sintiéndose un poco más segura con el apoyo de su hermana.
—Gracias, Alex. Supongo que solo necesito dejar de ser tan dura conmigo misma.
—Esa es mi chica —dijo Alex, guiñándole un ojo—. Ahora, vamos, que se nos hace tarde.
Mientras se dirigían al hospital, Kara miraba por la ventana, observando el ajetreo de la ciudad. Aunque se sentía nerviosa, también estaba emocionada por este nuevo comienzo.
Al llegar al Nacional Residen Hospital, Kara y Alex se encontraron con un grupo de residentes y estudiantes que también se preparaban para su primer día. Kara reconoció a algunos de sus compañeros de la facultad, como Samantha, la novia de Alex, y Nia, una residente brillante y carismática.
—¡Kara! ¡Alex! —exclamó Samantha, acercándose con una gran sonrisa—. ¡Por fin están aquí! ¿Están listas para el gran día?
—¡Más o menos! —respondió Kara, riendo nerviosamente—. Pero estoy segura de que todo saldrá bien.
Nia se unió al grupo, saludando a todos con entusiasmo.
—¡Chicos, bienvenidos! Es genial verlos a todos aquí. ¿Listos para demostrar lo que valemos?
En ese momento, un residente alto y guapo se acercó al grupo. Kara lo reconoció como Win, uno de los mejores de su clase.
—Bueno, bueno, miren quiénes decidieron honrarnos con su presencia —dijo Win, con una sonrisa encantadora—. Bienvenidos al Nacional Residen Hospital, donde los sueños se convierten en realidad... o se hacen pedazos.
Kara soltó una risita, sintiéndose un poco más relajada ante la actitud desenfadada de Win.
—Gracias, Win. Espero que mis sueños se mantengan intactos, al menos por hoy.
Win se acercó a Kara, mirándola con un brillo travieso en los ojos.
—Bueno, si necesitas ayuda para mantenerlos a salvo, estaré encantado de ofrecerte mi asistencia —dijo, guiñándole un ojo.
Kara se sonrojó ligeramente, pero antes de que pudiera responder, una voz fuerte y autoritaria los interrumpió.
—¡Residentes! ¡Atención aquí!
