**Capítulo 9: Rumores y Realidades**
El avión avanzaba rápidamente hacia su destino, y el ambiente en el interior estaba lleno de nerviosismo y anticipación. Kara miró a su alrededor, observando a sus compañeros mientras repasaban sus notas y discutían estrategias. Sabía que estaban a punto de embarcarse en una misión que no solo pondría a prueba sus habilidades médicas, sino que también fortalecería los lazos entre ellos como equipo.
Lena, sentada en la fila delantera, mantenía su mirada fija en la pantalla de su computadora portátil, revisando los protocolos de emergencia y los informes sobre la situación en Tailandia. Se podía ver la determinación en su rostro, y Kara se sintió aliviada de tenerla como líder en este viaje.
—¿Estás lista para esto? —le preguntó Nia, inclinándose hacia Kara, su voz suave pero llena de inquietud.
Kara asintió, aunque sentía mariposas en el estómago.
—Sí, solo estoy tratando de prepararme mentalmente para lo que vamos a enfrentar. He leído sobre la situación, y es grave —respondió, recordando los informes sobre los heridos y la crisis humanitaria en el terreno.
Emet, que estaba sentado al otro lado del pasillo, se unió a la conversación.
—Es normal sentirse así. Todos hemos pasado por mucho en la residencia, pero esto es diferente. Será un desafío, pero confío en que lo manejaremos bien —dijo, su voz llena de optimismo.
Kara sonrió, sintiendo que la camaradería del equipo la ayudaba a calmar sus nervios. La experiencia que habían ganado en el hospital sería invaluable, y sabía que cada uno de ellos aportaría algo único a la misión.
A medida que el vuelo avanzaba, el equipo revisó los detalles logísticos. Cada uno tenía un rol específico, y era fundamental que estuvieran preparados para actuar rápidamente en cualquier situación. La comunicación sería clave, y Kara estaba decidida a mantener el espíritu de colaboración.
Después de varias horas de vuelo, el piloto anunció que estaban a punto de aterrizar. La emoción en el aire era palpable. Kara miró por la ventana y vio el paisaje tailandés extendiéndose ante ellos, con montañas verdes y campos de arroz que se perdían en el horizonte.
Una vez que el avión aterrizó y el equipo salió, fueron recibidos por un grupo de soldados tailandeses y personal médico local. El general Jones se acercó para darles la bienvenida.
—Bienvenidos a Tailandia. La situación aquí es crítica, y necesitamos que estén listos para actuar de inmediato. Hay un centro de atención establecido en la ciudad, y nos dirigiremos allí para comenzar a trabajar —dijo, su tono grave reflejando la urgencia de la misión.
Kara sintió una oleada de adrenalina mientras el grupo se dirigía a la furgoneta que los llevaría al centro de atención. El aire caliente y húmedo de Tailandia chocó con la frescura del avión, y Kara tomó una respiración profunda, preparándose mentalmente para la intensidad de lo que estaba por venir.
Al llegar al centro de atención, se encontraron con un ambiente caótico. Médicos y enfermeras trabajaban a toda prisa, atendiendo a una multitud de pacientes que necesitaban atención urgente. Kara sintió un nudo en el estómago al ver la gravedad de la situación, pero sabía que debían actuar rápidamente.
Lena se dirigió al grupo, su voz clara entre el bullicio.
—Escuchen con atención. Vamos a dividirnos en equipos. Kara y Nia, ustedes manejarán la sala de triage. Breniac y Emet, se encargarán de las emergencias quirúrgicas. Necesitamos que todos estén en constante comunicación. No podemos permitirnos perder tiempo —dijo, su tono autoritario y motivador.