Dieciochoavo capítulo (parte 2, Caín)
Desperté en la cama de Lexa, pero ella no estaba. "¿Dónde cojones está?" pensé. Entonces me acordé. La universidad. Teníamos clase desde primera hora. Cogí mi móvil de encima de su mesita de noche. Eran las nueve y media de la mañana; me había saltado dos horas. "Joder, para un día que tengo tiempo de ir, y no voy" pensé. Aunque tampoco me importaba mucho; por más clases que perdiera aprobaba los exámenes igual. La carrera era mía.
Tenía media hora para vestirme, desayunar y llegar a la segunda clase, así que me lo tomé con calma.
Después de vestirme, me senté en la cama para revisar el móvil. Tenía seis llamadas perdidas de Crystel. "Qué pesada" pensé. No quería absolutamente nada de ella, pero era la hija de Mike; el dueño y encargado tanto del local en el que se organizaban las veladas como de las veladas; y, con ello; las apuestas, quién se enfrentaría a quién, y, alguna que otra vez, de amañar las peleas. Aunque conmigo había intentado hacerlo, siempre me negaba. Tengo unos principios, y no voy a cambiarlos nunca por nadie. Además, yo no me paso la vida entrenando para que venga un soplapollas con dinero y me diga que me pagará el triple si me dejo ganar. Prefiero darme de hostias cuatro veces el mismo día, que caer tan bajo. En ese momento, me vino a la cabeza la cara que pondría Lexa si veía esas llamadas, así que las borré. No quería que pensara que me importaba un mínimo cualquier chica que no fuera ella.
Después de borrar las llamadas, me puse mis zapatillas y mi chaqueta, y salí de la habitación y fui a la cafetería para tomarme un café.
Cuando entré a la cafetería, vi a Caleb y a Liam sentados en una mesa. Pedí el café, y cuando me lo sirvieron, fui a sentarme con ellos.
-¿Cómo estás?- Me preguntó Caleb, mientras me daba la mano.
-Bien. Salió peor parado tu hermano.- Le respondí, mientras le daba la mano a Liam para saludarlo.
-Qué dices Liam.
-Qué hay tío. ¿Qué ha pasado?- Preguntó.
-Que a veces tu amigo Blake cree que puede faltarme el respeto, y tengo que recordarle quién soy.- Respondí.
-¿No será que pensaste que se había tirado a Lexa?- Preguntó Caleb. Seguramente Blake le había contado la primera parte de nuestro encuentro.
-Me llamó hijo de puta, hermano. Y además no tengo nada con Lexa. Sólo somos amigos. Puede acostarse con quien quiera.
-Ya.- Dijo Caleb, mientras asentía con la cabeza y sonreía sarcásticamente. Miré el reloj que había en la pared de la cafetería, y vi que eran las diez menos diez. Me acabé el café de un trago, y me levanté.
-Me voy a clase.- Dije.
-Ah, ¿pero tú vas a clase?- Dijo Liam, en tono de broma. Le di una collega, y me fui, mientras él y Caleb se reían.
Sabía que a Caleb no le gustaba un pelo mi relación con su hermano, pero él tenía claro que no estaba en sus manos cambiarlo; y éramos muy amigos, así que no iba a dejar de hablarme, y Blake lo sabía. Supongo que eso también le molestaba de mí. A mí me molestaría si fuera mi hermano y siguiera siendo amigo de un tío con el que siempre estoy de bronca.
Cuando llegué a la puerta del aula, la clase ya había empezado, así que piqué, y, después, abrí la puerta y entré.
-Otra vez tarde, Sr, Strong.- Dijo el profesor.
-Cinco minutos.- Respondí, sonriéndole.
-Venga, pase, pase pero no haga ruido.- Me dijo, sacudiendo el manuscrito que tenía en su mano. Era increíble, pero mi sonrisa no solo servía con las mujeres, también servía con los profesores. Era casi el único al que dejaban entrar si llegaba tarde, y más si lo hacía tantas veces.
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𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐎𝐂𝐄𝐑𝐓𝐄 (Esquivando el dolor)
Teen Fiction𝐔𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫á 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐩𝐚𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐫, 𝐢𝐧𝐜𝐥𝐮𝐬𝐨, 𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐦á𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬. Una joven escapa de una relación de maltrato y se embarca e...