Al día siguiente, desperté como un hombre adulto en la cama de Juliette. El reloj marcaba las 11:00 a.m.
—...
Abrí los ojos de una vez y miré al techo. Estaba totalmente desnudo, tenía abiertas piernas y brazos, y estaba bien descansado. Ya nada de eso me parecía extraño.
Sin levantarme aún, busqué mi ropa. Descansando desvergonzadamente sobre el buró al lado de mi cama estaban mis trusas blancas de adulto, perfectamente al alcance de mi mano.
—¡Hm! —las ignoré y me levanté, andando hasta la puerta con una sensación de certidumbre.
—Buenos días... —en la sala, Juliette me dio la bienvenida tan pronto me oyó llegar.
Estaba usando nuevamente su atuendo de 'ama de casa', esta vez con una falda negra, blusa verde sin mangas, tacones y un mandil. Se encontraba claramente en medio de su faena, desempolvando los sillones con un plumero en su mano.
*SWEEP-SWIIIP*
Viendo que ni siquiera ponía interés en tenerme frente a ella (cosa un tanto rara, pues no solo era un hombre completamente desnudo en mitad de su sala ... sino que había pasado de ser un bebé a un adulto literalmente de la noche a la mañana, pero a ella no parecía importarle), decidí no responder nada; no hasta que en verdad se dignara a prestarme atención.
*RUB RUB*
Luego de terminar con el sillón en el que estaba, Juliette se volteó de espaldas a mí, levantó una rodilla hasta subirla al colchón del sofá (la falda subiéndosele hasta dejar ver un cachito de abajo de su ropa interior, un calzón blanco apretado), y sujetándose con una mano de la cabecera, se agachó y siguió con la dura tarea de desempolvar, mientras tarareaba tranquilamente.
—♪ ¡Mm-jhm-jhm-jh-jhm...! ♫
*¡SWIP-SWIP!*
Pero yo, extrañamente tranquilo, solo me le quedé viendo, esperando pacientemente a que acabara.
Hasta que, terminando al fin...
—Ahh —dijo, en voz baja.
*TAC*, se dio la vuelta, bajó el sacudidor, colocándolo en su mesita. Se alisó la falda, y una vez hizo todo eso... se irguió y levantó su cara, para mirarme a los ojos.
—... —nuestros ojos se encontraron con exactamente la misma expresión, y después de un par de segundos...
*WOBBLE-WOBBLE* Juliette asintió discretamente hacia mí, con un rostro de seriedad y entendimiento mutuo.
—Jmm... —le sonreí.
Y luego, ella también lo hizo. La suya era una sonrisa de satisfacción, con una pizca de picardía.
Entonces, con total calma, Juliette se dio la vuelta y se dirigió al sillón que acababa de despolvar.
*THAP*, sentó luego su perfecto trasero en este, y después: *¡CHAP!*, dio una palmadita suave sobre su regazo.
—... —no reaccioné inmediatamente, pero observé atento.
Así que, Juliette, enderezando el cuello:
—... —me dio otra mirada a los ojos, serena pero insistente.
—Mm —un segundo después, me decidí.
Y sin titubear...
*PAP* *PAP*... comencé a caminar hacia ella, con mis pies descalzos chapaleando sobre el limpísimo suelo de mosaico (que Juliette acababa de trapear).
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En brazos de mi alumna
RomanceThomas Greer es un joven profesor universitario y toda su vida ha estado solo, pero el entrar en relación con una de sus ex alumnas cambiará su vida para siempre...