HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE

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Una vez hemos acabado con la cena de ensayo organizada por mis padres y en la que han participado hambas familias, Ana y yo tenemos que separarnos. Ella se queda en casa de mis padres, en mí antigua habitación, mientras yo vuelvo al Escala.

-La tradición manda que los novios no pueden dormir bajo el mismo techo, ni ver a la novia antes del altar.

Insistió mi madre cuando le dije de quedarme yo también en casa.

-Y ya que lo quieren todo tradicional y por la iglesia me temo que después de la cena te tienes que ir. No querrás tentar a la suerte el día de tu boda.

Así que mientras alargados nuestra despedida Ana me da una pequeña caja de regalo.

- ¿ Qué es esto? - le pregunto. La muevo pero no suena.

- Mi regalo de bodas. Quería que lo tuvieras antes de la boda, lo entenderás cuando lo abras. Pero tienes que esperar hasta mañana, ¿me lo prometes?

- Esta bien, nena, si eso es lo que quieres. Tú recibirás el tuyo después de la boda. ¿De verdad tengo que irme? Suspiro. Odio dejarla así.

- A menos que quieras pasar a hurtadillas entre nuestras madres, Kate y Mia, creo que será lo mejor.

Trata de convencerme.

- Supongo que no. No puedo esperar a verte caminar por el pasillo hacía mí, no puedo esperar a decir nuestros votos y hacerte mía. Mi esposa. La señora Grey.

Sonrío, mientras la tomo en mis brazos y la beso.

-Yo también. Estoy muy contenta con las palabras que elegimos al final, ¿y tú?

Me presiona Ana.

- Sí, supongo que también. Eso no quiere decir que hagas lo que se te dice cuando sea necesario.

Le advierto.

- No volvamos a eso.

Me besa en los labios y se acurruca en mi pecho.

- ¿ Vas a darme una pista sobre dónde vamos de luna de miel? Vamos a estar fuera durante tres semanas, me podrías dar una pequeña pista, ¿no?

- De ninguna manera. Es una sorpresa. Así que tendrás que esperar.

- Pero, ¿ Cómo puedo estar segura de llevar lo necesario?

- Confía en mí, ya me he ocupado de todo. Y si necesitas algo, sólo tendremos que comprarlo.

Le sonrío sabiendo que ella ha estado tratando de dónde vamos interrogando a Taylor y a Gail, pero sin suerte.

- ¿ Te ha perdonado ya Elliot por rechazar su despedida de soltero en las Vegas?

Me pregunta Ana.

- Él siempre supo que no tenía ninguna oportunidad, ¿ Te ha perdonado Kate a ti por negarte?

- No, realmente no. Sigue pensando que me niego por hacerte feliz, cuando en realidad se que no me fuera gustado, no me van mucho las despedidas, ¿alguna vez me dirás como las dos reservas misteriosamente se perdieron?

Me pregunta Ana.

Habíamos salido para lo que iba a ser nuestra despedida de solteros, una cena tranquila, pero Kate y Elliot tenían otros planes, por supuesto Taylor reveló sus planes, a los que puso fin.

-No se lo que quieres decir.

Sonrío enigmaticamente.

- Venga, ustedes dos. Es hora de irse Christian. Ana necesita descansar está noche.

EN LA PIEL DE GREY 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora