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Capítulo 29_ Mensajes inesperados.

Narra Rachel...

Al cabo de unas horas todos volvemos a casa, curiosamente después de ese momento tan profundo el silencio hizo papel protagonizó todo el camino a casa.

Sin contar que Helen estaba extrañamente intranquila, mientras Heidi se veía más calmada, estoy muy segura que cualquier problema que exista entre ella y la familia de Peyton es completamente manejable.

La primera parada es la casa de nuestro padre y Helen y yo nos quedamos mientras ellos siguen su camino hasta la residencia de Heidi.

Es alrededor de las nueve de la noche cuando entramos a la casa y lo primero que ven mis ojos es a mi madre nuevamente chateando y sonriéndole al teléfono, ese tal Max, la tiene un poco irreconocible.

Paso por su lado directo a la cocina en busca de algo para comer y allí me encuentro a Isabella junto a mi padre bebiendo algo de vino. 

Preparo un rápido sándwich de jamón y queso y me siento a disfrutarlo al lado de mi padre, quien no pierde tiempo en brindarme una coca cola de la nevera.

Y si, ese es mi padre, por el día abogado, director general de una firma de abogados exitosa y de noche un hombre de familia que disfruta de beber coca cola con vino.

—Denisse parece volver a tener 20 años pegada a ese celular —Me dice Isa—Es lindo ver a la gente así de ilusionada.

Mi padre le da una pequeña mirada que no me pasa desapercibida y continúa bebiendo su copa de vino tranquilamente 

—Según me dijo se llama Max—Explico—Y sí, la  verdad es que se ve bastante feliz y ya viene siendo hora de que ella rehaga su vida.

—La vida sentimental de tu madre no ha sido fácil Rachel—Explica mi padre —Después de que algún idiota la engañó aparecí yo, que simplemente llegué a remover su mundo con un bebé y una esposa en casa con mellizos recién nacidos, ella debe convertirse en tu ejemplo, nunca le han importado los comentarios, y aunque no ha sido fácil ha sabido elegir sabiamente, y puedes ver fácilmente que continúa dejando que el amor entre  a su vida, la admiro por eso.

—Sé que nuestra dinámica familiar es más que rara—Explica Isabella—Pero de mi parte nunca verás un reproche ni malas caras hacia ella, los comentarios no importan cuando se ama como yo amo a tu padre, y a veces los errores son de ambos no de uno solo.

—Es raro—Les digo—Pero de alguna forma tiene sentido. Supongo que si funciona para nosotros nadie debe meterse donde no lo llaman.

Mi padre me da un beso en la frente y luego abraza a su esposa con el mayor cariño notable, Isabella es una gran mujer y mi padre es un gran hombre que ha sabido enmendar su vida de la mayor forma posible.

...

La claridad de la mañana me hace despertarme y estiro mis brazos y piernas en señal de que tuve una buena noche de sueño, al terminar de comer mi sándwich tomé un baño, y después de un día tan agotador la cama parecía llamar mi nombre a gritos. 

Hago mis necesidades matutinas en el orden correspondiente y a la hora de elegir ropa me arrepiento de no estar ya en mi hogar, allí pudiera tener la libertad de estar en pijama en un fin de semana como lo es hoy.

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