Ladee la cabeza hacia la derecha con cierto enfoque en la pintura que tenia enfrente mío, un canal de Venecia con aguas cristalinas que yacían de los adentros con delicadeza, las cuales se acentuaban con movimientos curvilíneos. A través del río cruzaban personas en pequeñas barcas, la pintura parecía estar remontada en el atardecer, con una iluminación que cautivaba algo en mi interior, quizá era la luz que se reflejaba en los edificios color ladrillo rojo elaborados a gran detalle o quizá solo era que la obra me hacia sentir parte de algún lugar que ni siquiera había conocido, podía imaginarme dentro de ella, respirando con tranquilidad, sintiendo el clima de Venecia, admirando un simple día común.
Me acerque para observar el creador de semejante obra maestra, Canaletto llevaba por nombre.
Amelia a unos cuantos metros de distancia le dedicaba su completa atención a una pintura, sus ojos brillaban con ternura, pude notar como sacaba una libretita y daba unas cuantas anotaciones, su delgada figura se perdía en ese piso de madera clara, con paredes color hueso rodeadas de cuadros con bordes café obscuro, el lugar era rectangular y tenia una anchura que lo hacia muy silencioso, el ruido no llegaba de ningún lugar, todo permanecía en un sosiego total.
Le lance un ultima mirada, solo para cerciorarme de que se encontrara bien, esa pequeña amaba el arte y disfrutaba de la soledad, así que le permití explorar la galería con total libertad.
En el medio, habían algunos sillones acolchonados color vino, decidí sentarme en uno, gracias a los cielos el día de hoy no traía corsé, de hecho, mi conjunto era un vestido vaporoso que solo me sostenía el busto y se desplegaba en olanes verdes olivo a los lados, dejando entrever un centro color verde pastel, traía guantes del miso tono y unas decoraciones florales en la sección del pecho y puntas del vestido. Era el segundo de mis 6 vestidos seleccionados por mi madre para esta temporada.
Saque mi abanico y empecé a abanicarme, al mismo tiempo pensaba en mi plan para evitar a Leonard, la primera movida fue hecha en nuestra reunión de L.S.S.T.N (La Sociedad Secreta de la Tinta Negra) donde realice un breve comentario insinuando la posibilidad de un compromiso con la princesa Elizabeth, después, de forma directa y concisa le dije lo mismo a Leonard durante el baile del banquete real, la idea es que el rumor se vuelva lo bastante grande como para generar un escándalo y así, obligarlos a apresurar la boda. Además quería probar que tanto poder tenía sobre la historia como para poder alterarla.
Unas voces se acercaban a mi encuentro, los observe de reojo, era un Duque muy allegado a mi padre que conversaba amenamente con el joven príncipe de ojos violetas, eso me puso nerviosa de cabeza a puntas, el corazón me empezó a latir con mayor rapidez. Ambos me visualizaban a pesar de parecer discutir temas importantes, suspiré, seguramente le estaba comentado sobre mi debut y que actualmente me encuentro en búsqueda de un marido, al parecer el cortejo era un tema muy importante para los caballeros jóvenes.
—Lady Winston, que alegría encontrarla en un evento tan exclusivo. (Haciendo referencia a mi estatus al formar parte de la aristocracia más alta, ya que, uno de los requisitos para ser un invitado en la apertura de la nueva galería es pertenecer al sector social de más alto calibre en el reino).
—Su alteza el placer es mío, ha pasado un tiempo desde la última vez que tuvimos contacto.
—Ciertamente, espero su padre goce de buena salud, sin embargo, he venido con un motivo en mente, quería presentarle a un invitado muy especial, Frederick Clifford el heredero al trono del reino de Arcelia.
—Un gusto vernos de nuevo su majestad— contesté con una breve inclinación.
Él solo respondió con un gesto amable.
—¿Ya se conocen?— preguntó el Duque.
—Si, en el banquete imperial se hizo la presentación oficial.
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Catalina la Duquesa de la Familia Winston
Historical FictionCatalina Winston no recuerda nada de su pasado. En cuanto sus ojos se abrieron unos días después de estar inconsciente por un choque automovilístico, se percata de que ha sido absorbida dentro de la novela histórica que leyó antes de morir. Pero no...