Me cerré el entalle de la bota derecha, tenía el pie encima de la silla que estaba frente a mi tocador, me mire al espejo a la brevedad acomodándome el mostacho en concreto y estirando mi traje color vino tinto, esa noche dejaría de ser Catalina Winston y pasaría a ser Philip Velaour, con el cabello recogido en una boina y un traje hecho a medida que mande a hacer con la ayuda de Alicia, un caballero con corbata y pipa se reflejaba ante mi.
Recientemente llegó una carta muy especial al recinto central de los Winston, escrita con el puño y letra de Antonieta Smith la hija del comerciante rico que forma parte de mi grupo de amistad de mayor confianza, en ella describía una invitación para acudir la siguiente semana a la granja de su familia.
Sin embargo, la carta tenia otro mensaje oculto, para evitar que nuestra Sociedad fuera descubierta, decidimos que cada una escribiría una carta cada determinado tiempo haciendo invitaciones de recato, más no obstante, si la primer letra de cada renglón se juntaba, aparecía la invitación a una reunión oculta.
En esta ocasión nos reuniríamos en un bar clandestino de los barrios bajos y jugaríamos al billar, además pensaba acudir a un teatro para empezar a ofrecer mis servicios como bailarina, en primera porque necesitaba ganar dinero de manera autónoma y en segunda debido a que, próximamente se viene un momento imprescindible de la novela, donde Catalina hace un show erótico. No lo iba negar, estaba emocionada.
Alicia se asomo por el rabillo de la puerta para avisarme que era momento de salir, le asentí con la cabeza, tome una cartera grande con mis cosas dentro y salí de mi habitación con cautela, pensaba salir por la puerta trasera de la cocina que conecta con el jardín de la mansión para después, trepar una de las enredaderas y subirme a un carruaje que alquile con antelación.
Sin embargo, mi escape perfecto tenia un inconveniente: La Señora Dolores, el ama de llaves y persona más allegada a mi madre, le tenía un pacto no visible de fidelidad y respeto. Por lo tanto si Dolores me llegase a descubrir, todo se acabaría para mi. Ella era la última persona en irse a dormir, eso lo descubrí al salir de noche los días anteriores, tiene hábitos bien establecidos, a las 11:30 deja todo preparado para el día de mañana y acude a su habitación privada, que por obviedad estaba justo al lado de la cocina.
Eran las 11: 35, supuestamente ya no había nadie por las afueras, así que camine con velocidad por las escaleras en forma de caracol, enfrente mío Alicia me avisaba con prudencia que avanzara más rápido, corrí de puntitas pasando por toda la sala central, los candelabros y los ventanales que permitían la entrada de la luna llena iluminaban un poco mi camino.
Al llegar, Alicia saco sus llaves y abrió con cuidado la cocina, en cuanto empujó la puerta un chirrido resonó en todo el lugar, las dos nos observamos con angustia, mi mucama me jaló con una fuerza descomunal y cerró la puerta de la cocina con lentitud, después empezó a saltar haciendo caras y señas inentendibles, alce una ceja confundida.
—¡Venga Rápido!— me susurró.
Terminamos metidas dentro un armario con puerta, los trastes hicieron un poco de ruido y Alicia y yo estábamos pegadas la una con la otra, podía sentirle el pecho en mi cabeza, pues yo tuve que agacharme para entrar, ambas nos abrazamos con nerviosismo en el momento justo en que Dolores ingreso a la cocina, empezando a examinar lugar por lugar con escudriño.
Gracias a los cielos y tierra, no nos descubrió, pero si que estuvo cerca, finalmente llegué al jardín y me despedí de Alicia.
—Si deseas algo, puedes pedírmelo con total confianza, has hecho mucho por mi— fue lo que le dije.
La joven me observo dudosa y con una inseguridad en la mirada que no había visto nunca saco una carta y un papelito con una dirección.
—Se que no soy nadie para solicitárselo, pero ¿podría darle esta carta a mi madre de mi parte? es muy importante, pero lamentablemente no tengo permitido salir de la mansión a menos de que sea su dama de compañía.
Escuchar eso me entristeció bastante, ni siquiera tenia conocimiento sobre ello, la tome con cuidado y la metí en mi sostén un tanto pensativa.
—No te preocupes, esa carta llegará a las manos de tu mamá sin ningún rasguño, gracias por todo y regresa a tu habitación con cuidado.
—¡Muchas gracias señorita!— se inclinó con furtividad para después desaparecer entre las sombras.
Mientras tanto escalé la enredadera con habilidad y salté del otro lado, me subí al carruaje y entorne directamente a la capital del barrio con más popularidad en todo Londres.
Aquel en el que la etiqueta no existe, ni mucho menos las reglas sociales, solo un espacio para la diversión y los excesos, independientemente de si eres pobre o rico.
*Aquí les dejo una imagen de Alicia vvs 💕💕*
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Catalina la Duquesa de la Familia Winston
Historical FictionCatalina Winston no recuerda nada de su pasado. En cuanto sus ojos se abrieron unos días después de estar inconsciente por un choque automovilístico, se percata de que ha sido absorbida dentro de la novela histórica que leyó antes de morir. Pero no...